Month: י״ח באדר ב׳ ה׳תשע״ט (March 2019)

Deuteronomio Lección 10 Capítulos 6 y 7

Deuteronomio

Lección 10, Capítulos 6 y 7

Terminaremos el capítulo 6 hoy y continuaremos al capítulo 7 de nuestro estudio de Deuteronomio.

La semana pasada nosotros tomamos otro vistazo al Shema, el Escucha O Israel, que es el credo espiritual y nacional del pueblo hebreo……..y es sin duda alguna el principio central del cristianismo, es justo que se ha presentado (a lo largo de los siglos) como una doctrina del NT que nunca antes había existido. Terminamos estudiando la parte media de Deuteronomio 6 en la que se emitió una advertencia para dos tentaciones principales que Israel podría caer: 1) mudarse a la Tierra Prometida con su maravillosa abundancia y (para aquel tiempo) su vida fácil, y luego olvidarse del Dios que lo hizo todo por ellos. La advertencia es que Israel debe recordar que ellos no fueron los que construyeron las ciudades y las aldeas donde vivirían, ni sembraron los viñedos y los huertos de los que comerían. Más bien, el Señor lo TOMÓ de los cananeos y se lo DIÓ a Israel como herencia.

Piensa en eso por un segundo; Aunque la palabra “herencia” por lo general sólo se utiliza en nuestra sociedad como algo que recibimos cuando nuestros padres mueren, en realidad la misma lleva consigo un significado subyacente muy importante. Y ese significado es recibir algo de valor en el que alguien más trabajó para lograrlo. Es una cosa que de ninguna manera hemos ganado; sólo se logra por derecho de nacimiento o por gracia de la persona.

La 2nda advertencia es que el pueblo redimido de Israel que ahora ha heredado (por medio de la gracia) la abundancia y el privilegio de una relación especial con el Dios del Universo, no debe adoptar y juntarse con los dioses del pueblo entre los que van a vivir. Y si el hebreo no presta atención a esta advertencia, la destrucción será la consecuencia.

Yo pasé un tiempo la semana pasada conectando el verdadero significado de la idolatría (que es el seguir otros dioses) con la verdadera advertencia que está detrás de este principio de Dios. Y ese principio es que la idolatría habla de la búsqueda de cualquier cosa que tenga un lugar en la vida de uno que sea igual o mayor que Jehová. Ha habido tanta enseñanza alegórica dentro de nuestra fe cristiana que es fácil de poner este principio como alegoría también; pero este claramente no es el caso aquí. El Señor habla de la búsqueda de la riqueza, el poder y la tierra, y otras cosas, como siendo “idólatras” si su lugar se mantiene demasiado alto para nosotros.

Si nosotros meditamos en esto por un momento, veremos que en cierto modo la “adoración de otros dioses” es una especie de oxímoron Bíblico. La adoración de otros dioses es SOLO en sí mismo un acto de intención y de la maldad interior, porque en realidad no HAY otros dioses. No hay otros seres semejantes a Jehová…… ni siquiera inferiores…. por lo que podemos adorar estas cosas todo el día, pero en efecto estamos adorando a nada.

El problema no es que a Dios le preocupa que algún otro ser espiritual rival esté obteniendo la gloria que Él con toda razón debe tener; es que nuestras mentes y corazones carnales y malvados eligen ignorarlo y hacer de otra cosa… de cualquier otra cosa… la meta definitiva (o incluso compartida) de nuestras vidas. Hoy, cuando escuchamos la palabra “idolatría” tendemos a enfocarnos en pequeños ídolos de madera u objetos de arcilla en la cual la gente de antaño hizo oraciones, pero esto pierde la esencia de lo mismo. CUALQUIER COSA que tenga un lugar tan alto como, o por encima del Señor Dios, Jehová lo llama idolatría; y realmente no creo que Él esté interesado en nuestros contraargumentos lógicos. Nuestra esposa, nuestros hijos, nuestra riqueza, nuestra salud, nuestra jubilación, nuestros trabajos, nuestra seguridad y nuestras aficiones tienen el potencial de convertirse en “dioses”. Y estos dioses son de hecho los dioses de “otros pueblos”. Moisés dice, que como pueblo redimido, Israel no debe adoptar a esos dioses; los mismos son para las personas no redimidas. Bueno, así mismo es con nosotros; el amor al dinero, el sexo, el placer, la seguridad a cualquier precio, y así sucesivamente no son para los creyentes. No es que algún nivel adecuado de estas cosas está prohibido; es que nosotros debemos examinarnos constantemente para ver si negamos al Señor su debido lugar en nuestra vida porque estas otras cosas están en el medio.

VOLVAMOS A LEER DEUT. 6: 16 – HASTA EL FINAL

Comenzando en Deuteronomio 6:16 Moisés le dice a Israel lo que NO deben hacer. Después de que Moisés ha explicado que el Señor va a satisfacer todas las necesidades de Israel (y por lo tanto no hay ninguna necesidad para ellos adorar los ídolos de dioses de las otras personas ni deben ir en busca de las metas idólatras de los cananeos como la riqueza, el poder y el placer), Moisés ahora explica lo que Israel DEBE HACER. Y lo que Israel debe HACER es obedecer a Dios y no ponerlo a prueba. Y como medio de demostración y ejemplo, Moisés apunta a un incidente que sucedió muy temprano en el éxodo, el incidente en Masah. Ahora, en realidad, la gran mayoría de las personas con las que él está hablando NO pasaron esta experiencia de Masah porque ellos no habían nacido o eran niños pequeños. Sin embargo, debe ser que este acontecimiento infame se había convertido parte de los cuentos estándares que los padres le contaban a sus hijos porque Moisés no trata de reiterar las circunstancias; la mera mención del nombre Masah bastaba para que su audiencia entendiera plenamente su punto.

Pero para nuestro beneficio permítanme refrescar sus memorias; Masah fue el nombre dado al lugar donde los israelitas carecieron de agua para tomar y por consiguiente se quejaron a Moisés al respecto. Masah (con una “m”) significa “tentar” y la idea es que la gente dudaba de la capacidad de Dios para proveerles a ellos. Y este versículo en Deuteronomio dice (integrando un poco de hebreo), “No nassa a Dios, como lo hiciste en el lugar llamado tentando”. Nassa (con una “n”) significa ponerlo a Él en juicio, como una persona acusada de un crimen sería juzgada. La misma NO significa “probar” la paciencia de Dios, como pudiese parecer a nuestra mente en la representación típica de este versículo.

Así que después de que Moisés amonesta a la gente a no ser NUNCA tan audaz como para poner a Dios a prueba como la 1ª generación del éxodo hizo (consigo mismo como Su juez), más bien esta nueva generación debe hacer lo que se dice en el versículo 17: ellos deben OBEDECER a Dios. La idea es que Israel no debe determinar por sí mismo lo que es el bien y el mal, o si las leyes y mandamientos de Dios son opcionales o incluso justos o injustas; más bien su trabajo no es cuestionar y decidir, sino APRENDER y SEGUIR esas leyes. Y este pensamiento se explica un poco más cuando dice que siempre “se haga lo correcto ante los ojos del Señor”. Esto es en contraposición a hacer lo correcto en su PROPIA vista. A medida que nosotros (seguidores de Cristo) continuemos estudiando tanto el AT como el NT, nosotros vamos a ser exhortados en varias ocasiones a “hacer lo correcto ante los ojos de Dios”. Aquí en Deuteronomio capítulo 6 nosotros tenemos la definición de lo que es justo ante los ojos de Dios: y es obedecer las leyes y órdenes de Jehová. Esto no tiene nada que ver con ser agradable, o tolerante, o verse piadoso, o feliz de acuerdo a los pensamientos y filosofías.

Y hay una recompensa divina por obedecer; y la misma es que Israel poseerá la tierra y que Dios va a alejar a los enemigos de Israel, y así las cosas le van a ir bien a Israel. Resumiendo ahora el pensamiento que comenzó con el versículo 7 (que era críticamente importante que la Ley se enseñara a cada generación sucesiva), Moisés dice que los niños hebreos eventualmente tendrán curiosidad sobre el modo de vida único de Israel y le van a preguntar a sus padres POR QUÉ deben seguir dichas leyes y mandatos. Típicamente un niño pregunta POR QUÉ algo se hace SI ellos tienen algo más con que compararlo (SI parece haber otra manera viable). ¿POR QUÉ nos reunimos en comunión para adorar a Dios cuando todos estos otros niños no lo hacen? ¿POR QUÉ tengo que comer mis vegetales cuando prefiero tener un pedazo más grande de ese pastel que está allí? ¿POR QUÉ estudiamos la Torá y el Antiguo Testamento junto con el Nuevo Testamento cuando todos mis amigos solo leen las historias de los Evangelio sobre Jesús? Son estas diferencias obvias las que hacen que haya curiosidad. Por consiguiente Moisés dice, cuando tus hijos se den cuenta de estas diferencias entre lo que ellos están obligados a hacer versus a lo que los paganos están obligados a hacer, los padres hebreos dirán lo siguiente: y comienza diciendo, “fuimos esclavos en Egipto y nuestro Dios nos liberó de ellos”. En otras palabras, nuestra historia es lo que nos hace tan únicos y como resultado de esta historia única que se basa en nuestra relación con Jehová, es por eso que seguimos los caminos de aquel que nos separó de todos los demás pueblos para Sí Mismo.

Y Moisés dice que los padres deben decir que después de que Dios los ha establecido como un pueblo separado y único, y después de que Dios los ha redimido y rescatado de la esclavitud de un malvado capataz, y después de que Él les envió a una tierra propia, entonces el Señor les MANDÓ a ellos a observar Sus fiestas y festivales designados, reverenciarlo, y así complacerle a Él. Por lo tanto, dice este gran líder de Israel, “será para nuestro mérito” si hacemos lo que el Señor (que ha hecho todas estas cosas por nosotros) ha ordenado que hagamos; Todas las cosas.

Permítanme señalar aquí que al Moisés decir aquí “a nuestro mérito” significa que la obediencia trae consigo la bondad y el bienestar hacia nosotros como un regalo de Dios. Las cosas que Él le GUSTARÍA darnos Él es capaz de darnos DEBIDO a nuestra obediencia. Esto es lo opuesto cuando desobedecemos, lo ofendemos a Él y, por consiguiente, incurrimos en culpa ante Dios; en ese caso, Su justicia no le permite darnos el Shalom (el bienestar general) que tanto Él desea darnos a nosotros. En cambio, su santidad incomparable no tiene más remedio que negarnos y disciplinarnos.

Vamos a movernos a Deuteronomio 7.

LEER DEUTERONOMIO 7 completo

Hay un principio importante al que debemos referirnos constantemente cuando estamos comprendiendo las instrucciones que Jehová ha dado (y dará) en cuanto a cómo Israel debe llevar a cabo la próxima Guerra Santa en Canaán. Y es que Israel debe proceder sabiendo que Dios es el Dios de TODA la historia, no sólo de la historia Israelita. Dios es el Dios de toda la humanidad, no sólo de los hebreos. Que todos los demás que no sean Israel por definición adoran dioses falsos (los dioses de su cultura gentil que son inexistentes) y por lo tanto no honran al verdadero Dios Creador. Hay que señalar aquí dos lecciones clave: 1) el que Dios ciertamente sea el Dios de todo NO significa que cada dios honrado (por cualquier nombre o característica que sea conocido por) está en cierto nivel honrando a Jehová. Y 2), como Jehová es el Dios de todo y de todos, Él tiene el derecho y la autoridad para tomar las decisiones que Él está tomando. Jehová tiene el derecho de desposeer a los cananeos de su tierra y Él tiene el derecho a transferir esa tierra a quien quiera que Él escoja porque en primer lugar es Su tierra.

Hablemos por un momento sobre ese primer punto. Se ha vuelto cada vez más popular en nuestros días (incluso entre algunos evangélicos) decir que no importa si una persona adora el nombre de Buda, Alá, Krishna, o quien sea, porque lo que estas personas no saben es que en realidad están todos adorando a Jesús. No sé si es de un deseo insaciable de tolerancia o paz a cualquier costo, o simplemente ignorancia Bíblica, que esta noción nace pero esta doctrina está tan lejos de la verdad que es difícil ignorarla o exagerarla. Si aceptamos esa opinión, entonces debemos preguntarnos si tal cosa como la idolatría puede existir en nuestra época actual. ¿Estaban los cananeos adorando realmente al Jesús pre encarnado cuando sacrificaban a sus hijos a Ba’al? ¿Estaban los amorreos limitándose a adorar a Jehová cuando realizaron la prostitución ritual ante la diosa de la fertilidad Ashtoreth? ¿Es sólo que ellos no usan el nombre correcto?

¿Puedes ver el problema aquí? Parte del problema es hasta el concepto erróneo de la palabra hebrea Shem que se traduce en inglés a “nombre” (como en el nombre de Dios). La palabra Shem significa mucho más que simplemente la identidad familiar formal dada a alguien. La misma significa MÁS reputación, naturaleza o características. Para los hebreos los nombres tenían un gran significado porque encarnado dentro de un nombre estaba un conjunto de atributos de la persona por el que ese nombre sería conocido y se esperaba que mantuviese.

Por lo que debemos entender que cuando el Señor ordena a Israel que NO adore a otros dioses, no es sólo una cuestión de los hebreos usando un nombre incorrecto para adorarle a Él, es que las características asignadas a esos dioses falsos son polos opuestos de las características que definen a Jehová.

Esto también significa que NOSOTROS los creyentes modernos de hoy en día tenemos que tener mucho cuidado cuando nosotros, a la vez, definimos quién es Dios y le asignamos características que Él no tiene, o le quitamos esas características divinas que preferiríamos que Él no tenga. El hacer que Dios sea un Dios que da guiños al pecado, pero que ya no toma acción; o un Dios que acepta la homosexualidad y la bestialidad porque Él ama a todos y coloca ese amor por encima de Sus leyes y mandamientos; o como un Dios que disciplina a todos excepto a los cristianos es un error peligroso. Hacer cualquiera de estas cosas es esencialmente definir un Dios que no existe. Y luego poner el nombre YHWH a ese Dios que es creado en nuestras mentes y doctrinas fantasiosas es la definición más pura del significado de idolatría.

Una vez yo conocí a un hombre que había asistido a la iglesia durante décadas (estaba en mi clase de escuela dominical). Él se acercó a mí después de una lección en particular y dijo que él estaba ofendido y nunca volvería. El problema era que yo había hablado ese día sobre la justicia y el juicio del Señor; y me dijo que su Dios, Jesús, era un Dios de amor puro y nada más, así que debemos estar hablando de dos dioses diferentes. Y fiel a su palabra, nunca regresó a clase.

Hermanos aun cuando todos nosotros amamos el “amor”, y aun cuando todos reconocemos que tal vez la característica sobresaliente de Jehová es el amor, esto apenas define todas Sus características. Entre otras cosas, Dios es un Dios de la luz, de la creación, de la salvación, de la misericordia, del juicio, de la ira, de la furia y de la dulzura; Él es un Dios que está cerca, pero Él no es de nuestro mundo, ni de nuestro universo, ni siquiera de nuestra dimensión. Él no es un hombre, ni siquiera un súper humano; más bien es un ser totalmente diferente, totalmente único. Él da nueva vida, preservará la vida y, sin embargo, destruye la vida de acuerdo a Su voluntad soberana y propósitos. Y lo que estoy enumerando aquí es embarazosamente inadecuado para definir incluso una fracción de quién es Dios. Pero el Señor también nos ha dado suficiente de Sus características por medio de Su palabra escrita, y ha mostrado cómo estas características están en perfecta proporción y equilibrio, para que asignemos Su nombre a otro Dios cuyas características son muy diferentes e infinitamente inferiores y el hacer esto es una abominación de alto orden.

Por lo tanto, el versículo 1 dice que YHWH tu Dios va a a) traerte (Israel) a Canaán, y b) expulsará a los habitantes actuales para que tú (Israel) lo poseas. Y luego se nombran 7 naciones que serán removidas de la tierra y reemplazadas por Israel.

Aunque hablamos de este concepto de “poseer” la tierra hace bastante tiempo atrás, permítanme recordarles brevemente que “poseer” no significa “tener”. Cuando se trata de la tierra de Canaán el término “poseer” se utiliza porque esa tierra SIEMPRE ha sido apartada para uso especial por el Señor y siempre lo será. Una y otra vez la Torá y el resto de la Biblia nos informan que Jehová es el dueño único y permanente de la tierra de Canaán.

La humanidad ciertamente puede poseer, comprar y vender trozos de bienes raíces (no hay ningún requerimiento bíblico en contra de esto). Aquí en Estados Unidos, o en Europa y en la mayor parte del mundo, el concepto de un hombre que posee una propiedad no sólo es legal y fundamental en prácticamente todas nuestras sociedades terrenales, sino que no existe una prohibición en las Escrituras en contra de tal concepto. Sin embargo, esto NO aplica a una porción de tierra muy particularmente definida en el Medio Oriente que la Biblia llama Canaán, y luego eventualmente se llama Israel porque para ese pedazo de tierra el Señor solo esta dispuesto a rentar y no vender. Y el Señor retiene todos los derechos para revocar el arriendo en esa tierra en cualquier momento que él determine. Por lo tanto, Israel NO tiene derecho a vender tierra unos a otros, mucho menos a un extranjero. Esta tierra es especial, sagrada, apartada y reservada por Dios como la sede de Su reino terrenal.

Nosotros encontramos este concepto de posesión versus propiedad a la vanguardia de las leyes del Jubileo donde la tierra que ha sido “vendida” tiene que ser devuelta al propietario original. Esta ley SOLO aplica a la Tierra Santa. O en términos más correctos, el USO de la tierra que ha sido transferida a otra persona eventualmente es finalizado, y el USO de esa tierra se restaura en última instancia a quien se lo asignó originalmente. En la ley el precio que una persona cobra por tierra se basa sólo en lo que la tierra puede producir entre el momento en que lo arrienda y la ocasión del próximo Jubileo, porque es sólo el uso de la tierra que se puede transferir temporalmente. Yo espero que vean la diferencia significativa entre PROPIO y poseer, y por qué cuando Israel fue exiliado de la tierra, el Señor estaba revocando el USO de la tierra por parte de Israel como disciplina, y también estaba transfiriendo el uso de la tierra a los conquistadores de Israel por un tiempo establecido, porque estos conquistadores eran los representantes de Dios para Su castigo sobre Su pueblo. Y es también por eso que esta abominación llamada la Ruta a la Paz, o cualquier otro llamado plan de paz para los gobiernos de los hombres de forzar la transferencia de la propiedad de las porciones de la tierra de Dios, o incluso para transferir la posesión de porciones de esa tierra de Israel a otra persona, es desobediencia y arrogancia al más alto nivel y sólo está desafiando a Dios a reaccionar. El que un segmento considerable de la iglesia retrocede esos planes es una cosa dolorosa para mí presenciar.

Así que lo que tenemos en Deuteronomio capítulo 7 es a Moisés abordando una serie de asuntos muy específicos que los israelitas enfrentarán al invadir a Canaán. Y además del asunto de la posesión de la tierra está lo que hay que hacer con las personas que actualmente viven allí y como deben ser tratadas. Y a los israelitas se les dice (en pocas palabras) que no deben otorgarles a los cananeos ningún término ni darles ningún cuartel. No deben casarse (y esto significa que ningún hijo hebreo se case con ninguna mujer cananita y que ninguna hija hebrea sea dada en matrimonio a hombres cananitas). Además cualquier cananeo que pueda permanecer en la tierra debe tener sus altares de sacrificio a sus dioses falsos derribados y destruidos, cualquier tipo de pilar religioso o monumento a uno de sus dioses debe ser aplastado, y cualesquiera ídolos o imágenes de sus dioses que puedan ser descubiertos deben ser tirados al fuego y quemados.

Ahora, ¿a qué se suma exactamente esto? ¿Se trata de genocidio despiadado? En primer lugar, darles a los cananeos ningún término significa que no se hagan acuerdos ni tratados entre Israel y los cananeos que les permitan seguir siendo sus sociedades soberanas. Esto significa que Israel NO debe de esencialmente hacer lo que SIEMPRE se hace en estas situaciones desde tiempos inmemoriales y es permitir que un rey extranjero permanezca rey sobre su pueblo a cambio de impuestos y tributo y mano de obra pagada al conquistador (en este caso , Israel). Además, los cananeos que se niegan a inclinarse ante el Dios de Israel no pueden permanecer en la tierra, sino que deben ser expulsados forzosamente y si en su lugar insisten en luchar hasta la muerte, deben ser tomados en cuenta.

A pesar de la idea de que a muchos Rabinos les gustaría dejarnos, y los cuentos excesivamente simplista que nos han contado sobre cómo los hebreos no se casaron con otra raza y durante largos períodos de tiempo permanecieron muy puros en su acervo genético, nada podría estar más lejos de la Biblia o la realidad histórica. Los hombres hebreos simplemente no podían resistirse a los encantos de las diversas mujeres paganas y las trajeron constantemente a casa con ellos y las integraron en la sociedad hebrea. En el libro de jueces vemos incluso al gran Sansón casarse con una mujer filistea. Esto, sin embargo, era sólo la punta del hielo. Debido a que en las culturas de Oriente Medio (Israel incluido), una niña no tenía mucha elección de con quien se casaba. Su padre hacia esa determinación y a menudo se basaba en la cantidad del regalo que un hombre podía ofrecerle al padre a cambio de la mano de su hija en matrimonio. Que un padre ofreciera a su hija al mejor postor es bastante malo; que un padre israelita permitiría que un no-hebreo fuera uno de los licitadores estaba prohibido, pero sucedió regularmente y (eventualmente) a menudo. El problema con un hombre hebreo casándose con una mujer extranjera es que (excepto en casos raros) ella traería consigo las costumbres paganas de su tribu y junto con ella la presión familiar y la influencia de sus parientes para que su marido hebreo al menos sea tolerante y respetuoso con ella y sus creencias. Eventualmente veremos al venerado rey Salomón casarse literalmente con cientos de esposas extranjeras, ser abiertamente tolerante de su adoración de dioses paganos, e incluso hacer arreglos para que los altares sean construidos para que puedan hacer sacrificios a esos dioses falsos.

El que una mujer hebrea se casara con un hombre extranjero era un terrible aprieto para esa mujer porque una vez que se casaba con ese extranjero ella perdía su condición de israelita. Además, los niños que ella llevaba serían ahora gentiles y aparte de Israel. La redención que tenía como un derecho de nacimiento se había ido, y la redención que sus hijos pudieron haber tenido como un derecho de nacimiento también se había ido. Así que el efecto de desobedecer el mandato de no casarse con cualquiera de estos 7 grupos de personas nombradas fue de gran alcance.

Ahora, en cuanto a estas 7 naciones enumeradas aquí, no voy a tratar de definirlos cuidadosamente a todos, ya que sería demasiado complejo para nuestros propósitos.

La mayoría de ellos no eran más que tribus descendientes de Canaán (nieto de Noé), y por lo tanto podría ser correctamente agrupados y dada la identidad general de los cananeos (como a menudo lo son) de la misma manera que un hombre de la tribu de Judá o de Rubén o Benjamín podría legítimamente ser llamado un israelita porque descendía de Jacob (llamado Israel). Sin embargo, ese no fue el caso de cada nación de las 7 que se mencionaron específicamente. Algunos de estos nombres son menos acerca de las tribus y más acerca de simplemente describir una región que habitaron. Lo cual no es importante por el momento.

Lo importante son las razones de la drástica acción que Dios pide (la prohibición de los tratados de paz, contra cualquier forma de tolerancia y contra el matrimonio intermatrimonial). Y es que los hijos israelitas (que significa descendientes) de las generaciones futuras se alejarán de Jehová y hacia la idolatría. Tenga en cuenta: esta afirmación es una declaración de hecho, no una amenaza de inactividad o una advertencia hipotética. Eso es lo que el Señor está diciendo, si usted hace alguna de estas cosas es 100% seguro que el resultado será un alejamiento de la verdadera religión y una adopción del paganismo. Ahora, por favor, Escúchenme: cualquiera de nosotros que hayamos vivido lo suficiente en un momento u otro sucumbimos a esta realidad. No hay absolutamente ninguna manera de que podamos casarnos con un no-creyente, o convencernos de los caminos del mundo no-creyente (adorar a sus dioses por así decirlo), o incluso acercarse lo suficiente a las formas del mundo para obtener los beneficios y no ser aspirado en el mismo, sin algunas consecuencias fuertes. He oído a tantos cristianos decir cuando deciden aventurarse por este peligroso camino, “bueno, sé que es peligroso, pero soy fuerte en el Señor por lo que sé que va a estar bien.” Buena suerte. El problema es que lo que estamos diciendo cuando pensamos de esa manera o hacemos ese tipo de afirmación es que podemos hacer las mismas cosas que el Señor dice no hacer, pero que de alguna manera lo honrará y se asegurará de que ninguna de las malas consecuencias ocurra. ¿Acaso nosotros vamos largos períodos de tiempo donde parece que nos HEMOS librado, y respiramos un suspiro de alivio sólo para que repentinamente suceda algo y luego nosotros reconocemos la naturaleza invariable de Jehová y la inmutabilidad de Sus Leyes? Esto es lo que Dios le dice a Israel y le dice a todos los que tienen la intención de depender de Él.

Al final, el requisito fundamental para la supervivencia de Israel en Canaán fue la adoración exclusiva a Jehová. La desobediencia y la idolatría traería automáticamente la calamidad divina; la naturaleza de esa calamidad abarca entre el acoso constante procedente de los extranjeros, las hambrunas, los malvados Reyes israelitas que eran opresivos ante su propio pueblo, y en un par de ocasiones el desalojo absoluto de la tierra, el exilio. Así que Moisés explica un par de hechos de la vida: primero, no te hagas demasiado grande cuando LLEGUES a ganar posesión de la tierra porque no es tu poder o perspicacia militar, o a un gran número de soldados que van a ganar ese día. Esto es SOLO porque el Señor ha favorecido a Israel (y ha discriminado EN CONTRA del pueblo nativo de Canaán) que Israel es capaz de recibir la victoria en de una manera tan monumental. Y segundo, esto es realmente todo acerca del cumplimiento de un juramento (un pacto) que Dios hizo a los patriarcas de que Israel recibirá a Canaán como su única posesión. Pero, Moisés advierte que todo esto puede revertirse por un tiempo si no observan los mandamientos del Señor.

A partir del versículo 12 se dan más razones para que Israel sea obediente. A veces, estos pasajes me recuerdan las charlas que he tenido con mis hijos en particular cuando estaban creciendo. La mayoría de los padres van a recordar y hablar sobre las charlas con sus hijos “hasta que los cansen”, tratando de que entiendan un mensaje muy importante; de mirar esas caras vacías y desinteresadas con una miradas lejana, escuchando al padre decir lo mismo de varias maneras diferentes con la esperanza de que finalmente que logren entender el mensaje y que nuestra amada descendencia preste atención a algunos consejos sabios y eviten graves problemas. De alguna manera me imagino a Moisés mirando a miles de estas caras sabiendo muy bien que casi tan pronto como el mensaje se termine, la rebelión va comenzar.

Pero, no será por no intentarlo, y el Señor establece la misericordia y la abundancia que está a la espera de Israel bajo las condiciones que él ha establecido. Las mujeres serán fértiles. La población de Israel florecerá. El suelo producirá. Los animales prosperarán. No se permitirá que las enfermedades graves y la pestilencia lastimen a los Hebreos (pero las mismas derribaran a los enemigos que viven justo al lado). El Señor hará que Israel sea muy victorioso en la batalla, PERO esto será hasta tanto que los guerreros israelitas NO muestren a sus enemigos piedad. Eso va en contra de la fibra de un cristiano, ¿verdad? Bueno, vamos a referirnos al principio de Dios que expuse al comienzo de esta lección: el Señor es el Señor de todos y de todo. Los cananeos son Sus creaciones tanto como Israel y lo que Él decide es que su destino depende de Él. Es sólo que hemos sido bien educados para pensar en el concepto de pérdida y calamidad más que en términos de una cuenta bancaria encogiéndose, o un hogar siendo embargado, o nuestro trabajo eliminado, o tal vez incluso un ser querido muriendo de un accidente terrible o enfermedad fatal. Pero aquí el Señor está hablando de aniquilar naciones enteras al por mayor para cumplir su voluntad de dar a Israel la tierra de Canaán, como Él lo prometió.

Esta realidad es lo que ha conducido a esta doctrina implícita, si no explícita, de que el Dios del AT es de una naturaleza muy diferente del Dios del NT. Les recuerdo, sin embargo, que el Dios del NT va a continuar su Santa Guerra sobre las personas que no son sus elegidos en una escala inimaginable para nuestras mentes humanas. La batalla de Armagedón va a ser el final más sangriento y devastador de la Guerra Santa que comienza con Josué al timón, y cientos de millones van a morir sin ninguna disculpa del Señor. ¿Y quién va a liderar esa batalla y causar la mega-muerte? Jesús. Yeshua. Nuestro Mesías. El Dios del NT. Va a hacer lo que pasó en Canaán hace 3000 años verse como un juego de niños.

Comenzando en el versículo 17, Moisés aborda lo que él sabe que la gente está pensando. ¿Cómo él lo sabe? Porque él vio lo mismo hace unos 38 años atrás; es que la gente realmente le gusta la idea de tener una tierra maravillosa propia, pero no les gusta mucho la parte de tener que luchar y donde muchos pierden sus vidas en la batalla con el fin de conseguirlo. Hace 38 años la gente tenía tanto miedo a la guerra que traicionaron a Jehová y las consecuencias son bien conocidas, por lo que Moisés está tratando de alejar los temores muy naturales que esta generación más joven podría tener acerca de la conquista de Canaán.

Por lo tanto, le dice a Israel que tenga en mente lo que Dios le hizo a Egipto y que Él va hacer esencialmente lo mismo con los Cananeos.

Entonces Moisés les dice que NO se preocupen ni se molesten cuando les tome un poco más de lo que esperaban en conquistar a Canaán; porque si demasiados cananeos son asesinados demasiado rápido, y la tierra es purgada de ellos demasiado deprisa, Israel ni siquiera tendrá el tiempo necesario para establecer la seguridad y así los animales salvajes se trasladarán allí. Hmmmm. ¿Acaso esto suena un poco a lo que nos topamos en Irak? Lo que el Señor está haciendo con las instrucciones para atacar a Canaán es muy práctico, a pesar de que va en contra de las tendencias humanas. En Irak todos ahora están de acuerdo en que a pesar de que invadimos y ganamos rápidamente de manera casi milagrosa, en realidad era demasiado rápido. No tomamos el tiempo necesario para conquistar zonas más pequeñas y establecer áreas seguras, y luego seguir adelante y tomar otra, hacer lo mismo, y luego otra. Tratamos de tragar el elefante en un bocado y esto llevó a gran costo. Los animales salvajes (al Qaeda y otras organizaciones terroristas) se mudaron a esas tierras.

Al mismo tiempo, así como Dios y Moisés saben que el pueblo va a ser de poca visión futura e impaciente, por consiguiente Moisés está preparando a la gente para lo que sucederá, (esta es la razón idéntica por la que nuestro gobierno decidió que no podían ir lento en tomar Irak porque los estadounidenses quieren resultados rápidos y gratificación instantánea). La mejor y más fructífera forma de atacar a Irak nunca habría sido aceptada por un público estadounidense (o mundial) que quiere un conflicto de videojuegos: en más de una hora y en realidad nadie sale herido. Créeme que no estoy haciendo un discurso político; Sólo estoy tratando de usar una ilustración en la que la mayoría de las personas va a reconocer fácilmente y que es bastante paralela a lo que Moisés enfrentó.

Sin embargo, dice el Señor, no dejes que una velocidad más lenta le parezca a usted como si tal vez las cosas no van bien; más bien, Yo les entregaré a los Reyes cananitas a ustedes y lanzaré a los ejércitos cananitas a un pánico total para que a menudo se escapen. La victoria será tan completa que, como dice el versículo 24, ni siquiera los nombres de los Reyes y líderes militares serán recordados.

Entonces Moisés vuelve a los dos aspectos de la idolatría que hemos hablado en algunas ocasiones: No tomes a sus ídolos (porque serás responsable de adorarlos), y ni siquiera tomes el oro y la plata de que están hechos (porque el deseo de todo ese oro y plata es tan idolatra como los propios ídolos).

Y, como dice el Señor en el versículo 26, él detesta totalmente todo lo que Israel (o nosotros) pudiera traer ante Su presencia que le sea rival. Por lo tanto, cualquier cosa que pueda ser un rival para Él debe ser destruido; no porque Dios es un avaro o un gruñón y no quiere que tengamos cosas agradables o una vida cómoda, sino que es porque el peligro para nuestra relación y armonía con él es demasiado grande.

La próxima vez comenzaremos el capítulo 8 de Deuteronomio.

Deuteronomio Lección 9 Capítulo 6 Continuación

Deuteronomio

Lección 9 – Capítulo 6 Continuación

Me gustaría pedirle su atención y paciencia hoy porque la primera mitad de esta lección es significativamente diferente de la última, y la última mitad trata de uno de los mensajes más desafiantes que he tenido el privilegio de presentar.

Uno de los sabios judíos más venerados, el Rambam, también conocido como Maimónides que vivió durante el siglo XII, dijo lo siguiente:

“Los sabios de antigüedad dijeron:” quien tenga tefilín en la cabeza y el brazo, Tsitsit en su vestimenta, y una mezuzá en su puerta puede presumirse que no pecará “, ya que tiene muchos recordatorios; y estos son los “ángeles” que lo salvan de pecar, como es dicho, ‘ el ángel del Señor acampa alrededor de aquellos que le temen a Él y los rescata”.

El punto de vista de Rambam es que el uso del tefilín y los Tsitsit, y la sujeción de una Mezuza a los dinteles de la puerta de la casa de uno, trae al Señor y a Sus mandamientos en constante recordatorio al judío que hace tal cosa; y por lo tanto la probabilidad de que tal persona pecara conscientemente en contra de Jehová es remota. De hecho: según les he enseñado anteriormente, la palabra hebrea que normalmente (y a veces equivocadamente) se traduce al español, como “ángel” es Malach. Y en su sentido más claro malach significa simplemente mensajero, y ese es más el sentido que Maimónides quiere decir aquí.

A medida que continuamos hoy en nuestro estudio de Deuteronomio capítulo 6 nosotros vamos a estudiar cuidadosamente la práctica del judaísmo ortodoxo en el uso del tefilín, y el de colocar una mezuzá en la entrada a la casa de uno (y a menudo en cada puerta interior a través de la casa).

Vamos a volver a leer Deuteronomio 6 comenzando con el versículo 6 hasta el final del capítulo.

Volvamos a Leer DEUTERONOMIO 6:6 – hasta el final.

Cuando el versículo 6 dice, “estas palabras, que les ordeno, deben estar en tú corazón”, las mismas se refieren inmediatamente al Shema, Escucha o Israel, los 2 versos que vienen inmediatamente antes de lo que les acabo de leer ahora; y nosotros discutimos a fondo esos 2 versículos la semana pasada. Yo no voy a repasar todo eso, pero si te lo perdiste puedes ir a torahclass.com o pedir un CD y escucharlo porque este es el principio central de la fe judeo-cristiana. Por favor, tengan en cuenta que la frase, “estas palabras”, también se están refiriendo a todas las leyes y órdenes que ya han sido dadas, y están a punto de ser dadas, porque esta sección de Deuteronomio es en esencia una interrupción en el flujo de la entrega de la Ley para que así Moisés pueda hacer un punto crucial que los mandamientos de Dios deben llevarse a cabo en el contexto de amar al Señor. La idea es que el seguir estos mandamientos de una manera insensible o como un ritual mecánico pierde la intensión de los mismos. Observe además la instrucción de que la ley, la Torá, debe estar “en su corazón”.

Yo recalqué esto porque ha sido enseñado erróneamente por muchos líderes de la iglesia que el AT era un código de ley rígido y EXTERNO escrito en tabletas de piedra, mientras que el NT tendría la nueva dinámica de ser mandatos de Jesús escrito INTERNAMENTE en nuestros corazones. Tal cosa obviamente no es el caso (al igual que muchos de los mitos del AT versus el NT que han sido perpetuados por doctrinas anti-judías y no basadas en las Escrituras que deben ser eliminadas de nuestro pensamiento).

El versículo 7 le dice a Israel que enseñe estas leyes y mandamientos (especialmente el Shema) a sus hijos; esto no es una exhortación inactiva. Mencioné la semana pasada que Moisés no está gastando todo este tiempo y energía dando una repetición minuciosa de la Ley, y luego explicando sobre su significado, así como algún tipo de ceremonia celebrando el comienzo de la Guerra Santa para conquistar la Tierra Prometida. Más bien era que esta nueva generación no CONOCÍA mucho sobre la Ley. Sus padres, quienes eran la generación original del éxodo, ahora ya fallecidos, no hicieron su deber y trabajo de enseñarle a sus hijos (los que ahora están de pie ante Moisés para escuchar su sermón) las leyes de Dios; tampoco ellos siguieron muy en serio la Ley.

En este punto se obtiene una breve serie de instrucciones que han formado una gran cantidad de tradición judía. Dice que las cabezas de los hogares deben hablar sobre el Señor y Sus mandamientos “cuando estás en casa, cuando estés fuera, cuando te acuestes, y cuando te levantes”. Esta afirmación es una manera literaria que no está en lo absoluto confinada a la cultura hebrea, pero es una que encontramos utilizada mucho en la Biblia; se llama merismo. Es decir, es una declaración poética destinada a transmitir una idea; es una expresión en que varias partes de la misma se combinan para presentar un concepto general. Por ejemplo, en un ejemplo anterior del merismo en Génesis se nos dice que Dios “creó los Cielos y la tierra”. La idea NO es que Él creó SOLAMENTE algo definido como “los Cielos”, y luego otra cosa a que llamamos la tierra…. el planeta mismo…..y luego nos dejan pensando si en realidad Dios NO creó otras cosas además de los cielos y la tierra. Más bien, esto simplemente significa que Dios creó todo porque para el hebreo los cielos representaban el infinito mientras que la tierra representaba lo finito. Así que la declaración acerca de CUÁNDO hablar sobre el Señor (cuando está en casa o lejos, acostado o al levantarse, etc.) simplemente significa “en todo momento” o “en cada situación”.

En el versículo 8 encontramos una instrucción que ha creado una controversia significativa dentro de la religión hebrea, y generalmente ha sido ignorada en el cristianismo; lo que debemos de atar estos mandamientos como un signo en nuestra mano y como un símbolo en nuestra frente. La controversia entre los judíos es si este mandamiento es uno LITERAL en el cual algún tipo de artefacto ritual debe ser realmente puesto en la mano y en la frente, o si se trata de una afirmación metafórica que simplemente significa que al igual que las palabras del Señor deben estar constantemente en nuestras mentes y habladas, las mismas también se deben llegar a ser parte de nosotros en algún tipo de sentido físico. Y el propósito es para uno constantemente recordarse de Jehová y Su Ley.

Un tiempo después de que la Ley fue dada algunos grupos de judíos coincidieron en que esto estaba hecho para ser tomado literalmente por lo que el uso del tefilín llegó a estar en existencia. En griego, y por lo tanto en el NT, nosotros vamos a encontrar la mención directa de estos objetos rituales usando la palabra “filacterias”.

Los tefilines o los filacteros, consistían de dos pequeñas cajas de cuero negro que contienen cuatro pasajes de la Escritura, y estas están pegadas a las correas de cuero negro. Una caja se coloca en el brazo izquierdo por los bíceps y la otra se coloca en la frente por o en el pelo. Las mismas se colocan antes y durante las oraciones matutinas de los judíos ortodoxos; sin embargo, NO se utilizan en el Shabat y otros días sagrados, porque se considera que la observancia del mismo día santo es una señal y nada más es necesario.

Antes de ponerse el tefilá (singular para el Tefilín) en el brazo se ofrece una oración. Esta oración nos dice que para el judío ortodoxo el uso del tefilín es visto como un Mandamiento de Dios. Ellos dicen en hebreo: ‘ he aquí, al ponerse el tefilín yo pretendo cumplir el mandamiento de mi Creador, Quien nos ha mandado a ponernos el tefilín, según está escrito en Su Torá. Y, a luego, en Deut 6:8 se cita: “ Y las atarás como una señal a tu mano, y serán tefilines entre tus ojos”.

La realidad, sin embargo, es que aunque esta última frase proviene de Deut. 6:8 la palabra hebrea tefilín NO está ahí; más bien la palabra es totefet, la cual correctamente significa ‘ bandas’. Por consiguiente, lo que tenemos aquí en el uso de tefilín es Tradición. Sin embargo, no todos los hebreos observaron esta tradición, y no hay evidencia de que esta tradición existiese antes del 250 A.C. Nosotros si sabemos por los registros que los fariseos hicieron el uso del tefilín una parte estricta de sus doctrinas, y en algún momento se llevó a usarlos no sólo en la oración de la mañana, sino que en todo momento, excepto cuando dormían. También sabemos que los hebreos que vivían en Samaria NO observaban esta tradición (que por supuesto era un gran insulto a los judíos de Judea). Parece que esto era principalmente una costumbre de aquellos judíos que vivían en Judea en el centro de la ortodoxia judía, Jerusalén. No hay registro de ningún uso generalizado del tefilín en Galilea donde vivió Yeshua.

Entonces, ¿acaso eran sólo los fariseos los que usaban el tefilín? Aparentemente no porque antiguos tefilínes fueron encontrados entre los artefactos de los Esenios en Qumran, y los mismos son mencionados dentro de los Documentos Comunitarios de los Pergaminos del Mar Muerto. Flavio Josefo también discute sobre el Tefilín y continúa explicando que a veces incluso los 10 mandamientos fueron incluidos entre los escritos que fueron guardados dentro de esas pequeñas cajas de cuero. Así que sabemos que cómo se usaban y lo que contenían cambió con el tiempo, y diferentes grupos de judíos desarrollaron diferentes tradiciones tefilín.

El tefilá principal se coloca en el centro de la frente y otra oración es recitada. Las correas en la parte posterior se anudan para formar la palabra hebrea dalet, y la correa del brazo de la mano debe estar en la forma de un yod. Estas tres letras hebreas forman el nombre Shaddai (Todopoderoso). Alfred Edersheim, un tremendo erudito hebreo/cristiano escribe sobre la importancia mística del Tefilín: por su valor e importancia a los ojos de los rabinos, era imposible exagerarlo.

Los mismos fueron reverenciados grandemente como las Escrituras. “Se dijo que Moisés había recibido la ley de su observancia de Dios en el Monte Sinaí; que el ‘ tefilín ‘ era más sagrado que la placa dorada en la frente del sumo sacerdote, ya que su inscripción encarnaba sólo una vez el nombre sagrado de ‘ Jehová, mientras que el tefilín ‘ lo contenía no menos de veintitrés veces ‘.

Alfred Edersheim también afirma que, aunque los fariseos eran escrupulosos sobre su uso: “la admisión de que ni los sacerdotes oficiantes, ni los representantes del pueblo los llevaban en el templo (Zebach. 19a, b), parece implicar que esta práctica no fue absolutamente universal”

Los fariseos querían ser conocidos por su piedad exterior, y como todos sabemos Jesús los criticó por esto y por otras acciones como hacer sonar trompeta cada vez que ellos contribuían dinero a los fondos del Templo. Pero lo que es clave es notar que (en su típica forma británica sutil) Edersheim dice que esta práctica de usar tefilín “no era muy universal”. Traducción: no fue sino una minoría de judíos los que hicieron esto.

Ahora, he escuchado a varios maestros de las Raíces Hebreas decir que Jesús llevaba tefilínes. Esto es algo muy poco probable. Yeshua era un judío campesino común de Galilea; Él a menudo mostraba la típica actitud Galilea de desdén hacia los inflados egos religiosos de las autoridades religiosas judías de Jerusalén y esto incluía a los fariseos que eran una parte vital de esa autoridad religiosa.

Permítanme ser claro: el uso del tefilín es al menos una interpretación ambigua de la Torá. Por consiguiente, ¿el uso del tefilín es necesariamente algo incorrecto? No. Pero de ninguna manera es un mandamiento Bíblico. El gran Rambam y muchos otros sabios judíos de élite dicen inequívocamente que la afirmación de “atarlos como una señal en el brazo y en la frente” es una metáfora y no está destinada a ser tomada literalmente. Pero al igual que cada tradición artificial o invención de un nuevo símbolo, hay peligro. Y encontramos ese peligro evidente simplemente en la palabra griega utilizada para Tefilín, que es la filacteria. La filacteria NO es una palabra griega especial inventada para describir este único hábito hebreo de algunos judíos que usan cajas de cuero y correas con pequeños pergaminos de las escrituras dentro de los mismos. Más bien la filacteria es un término griego bastante general que significa “Amuleto”. Un amuleto es un encanto mágico. Se trata de un pequeño objeto que se dice que posee poderes curativos o cualidades de protección. Y como uno podría esperar, entre los muchos judíos que decidieron usar el tefilín algunos pensaron en ellos como objetos que poseían el poder divino. De hecho, lo tenemos expresamente expresado en un antiguo Targum judío (en Cant. 8:3), que el ‘ Tefilín ‘ impidió a todos los demonios hostiles de hacer daño a cualquier israelita. Con esto dicho, no creo que debamos juzgar el uso de esta antigua tradición cultural por los judíos; sin embargo el emularlo como gentiles creyentes es una exageración.

Antes de empezar a discutir las mezuzas y su uso permítanme hacer algo bastante claro: la Biblia NO prohíbe toda posible fabricación o uso de símbolos. Fuimos creados como criaturas visuales y por lo tanto los símbolos son un elemento importante para ayudarnos a recordar nuestra posición y lealtad al Dios Todopoderoso.

Sin embargo, existen reglas y principios estrictos que rigen la elaboración o el uso de símbolos en la Torá. Y Deuteronomio en todas partes nos ayuda a ser muy cautelosos para no desarrollar símbolos que puedan ser utilizados (o tomados por otros) de una manera equivocada. La Torá tiende a prohibir firmemente los símbolos que tienden a antropomorfizar a Jehová; es decir, la misma habla en contra de algo que tendría a Dios tomando cualidades similares a las HUMANAS expresadas en formas similares a los humanos. Por lo tanto, no debe haber estatuas, ni pinturas, ni imágenes talladas de ningún tipo que se diga que lo represente a Él. Sinceramente, las maravillosas obras de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina probablemente nunca debieron haberse hecho, porque muchas de ellos tienen a Dios representado como un anciano barbudo flotando en las nubes. Y este tipo de imagen que llegó a ser tan popular en el período Renacentista ha impregnado inconscientemente (y en algunos casos conscientemente) a la iglesia y distorsionado enormemente la imagen de quién Dios es. Nos ha hecho pensar en él más como un sobrehumano, que como un no-humano infinitamente superior.

A nosotros también se nos prohíbe específicamente el uso de CUALQUIER cosa creada (que sea, creada por Dios) como modelo para un símbolo que se identifique con el Señor; cosas como estrellas, o la luna, o animales, o peces, o cualquier tipo de criatura del mar. Por el contrario, la Biblia nos da ciertos símbolos ordenados por Dios que estamos divinamente autorizados a usar, aunque dentro de unos límites. Y entre ellos se encuentran los tzitzit (flequillos) y tal vez el objeto que estamos a punto de estudiar a continuación, la Mezuza. Y note que NINGUNA de estas cosas que son ordenadas por Dios viola las reglas que el Señor establece sobre los símbolos y las imágenes.

La mezuzá es una continuación de la extrema importancia que Él pone en el acto del adorador de recordar quién es Él y que Él es nuestro Dios. Ahora esta instrucción en el versículo 9 de “escribir Sus leyes en los dinteles de las puertas de su casa y en sus puertas” es una donde los el judaísmo está en acuerdo que debe ser un mandato literal de colocar la escritura en la entrada a su hogar y en la entrada a un pueblo o ciudad. Sin embargo, también podría interpretarse razonablemente como una metáfora sobre honrar al Señor especialmente en nuestra propia casa.

Era común en la época de Moisés, así como antes y después, escribir algún tipo de mensaje o epíteto honrando a su Dios encima de su puerta; la mayoría de las sociedades hacía esto de una manera u otra. También era la norma tener algún tipo de mensaje en las principales entradas a las ciudades que pronunciaban la grandeza del rey o el dios honrado en esa ciudad; y no era diferente en Egipto de donde los israelitas habían salido. Por lo tanto, no es de extrañar que la orden de recordar al Señor, y de dedicar los predios al Señor, por medio de escribir algunas de Sus Escrituras en las entradas, se entendiera por completo como la continuación de esa costumbre que era muy común en el Medio Oriente.

Por lo tanto en la era de Jesús esto era algo que todos los judíos….. de Judea, galileos, incluso los judíos Samaritanos y de la diáspora…..estaban de acuerdo. Ahora bien, cómo esto se iba a hacer no es algo que se elaboró en la Sagrada Escritura, por lo que, por supuesto, se desarrollaron tradiciones para poder manejarlo.

Parece que la práctica que vemos hoy en día con este pequeño artefacto rectángulo que puede ser fijado a una puerta comenzó en el segundo período del templo, ligeramente antes y durante el tiempo de Yeshua. Y dentro de este artefacto llamado Mezuza por lo general ponían algunas porciones de la Torá escritas usando letras en miniatura en un pequeño trozo de pergamino. Generalmente Deuteronomio 6:4-9 y 11:13-21 es lo que está escrito. Al igual que con el tefilín, los mezuzot también fueron encontrados en Qumran y además de tener esos versos en particular, varios de esos mezuzot antiguos también incluyeron los 10 mandamientos.

Tristemente, al igual que con el tefilín, este símbolo ordenado por Dios a veces tomó las características de un amuleto. Nosotros encontramos que incluso el gran líder religioso judío el Rabino Judá el Príncipe envió una Mezuzá al rey Ardavan con un mensaje diciendo que si él lo pegaba a los postes de la puerta de su casa el mismo lo protegería.

Al final la mayoría de los detalles que implican el uso de mezuzás son tradiciones, sin embargo, el principio de su uso (como con tefilín) es definitivamente Bíblico. Mi consejo es que si usted quiere utilizar una Mezuzá para indicar la lealtad de su familia al Dios de Israel o simplemente recordarse de los mandamientos del Señor al entrar y salir, que al menos siga las tradiciones judías estándar sobre la colocación PRINCIPALMENTE como testimonio por si una persona judía llega a su casa. Y lo principal a saber es que se debe colocarse en la parte superior 1/3 de la jamba de la puerta (lado derecho desde el exterior mirando hacia adentro), con la parte superior en ángulo hacia el interior de la casa.

Una cosa más: mientras que los dinteles de las puertas se refieren a su hogar personal, las entradas se refieren a la ciudad o el punto de entrada de la aldea. Los portones de la ciudad funcionaban como la Plaza de la ciudad en la era Bíblica e incluso como el área donde se llevaba a cabo la corte. No es nada diferente a la práctica que SOLÍA existir en los Estados Unidos de publicar los 10 mandamientos en nuestros tribunales de justicia para recordarles a todos que eran estos principios los que constituyen la base de todas nuestras leyes. Y que el Señor está mirando hacia abajo los procesos judiciales y quiere que su definición de justicia y misericordia se administre lo más humanamente posible.

Ahora en el versículo 10 el acto de recordar adquiere una clase diferente de importancia del tefilín y del mezuzot. La misma es en la pobreza o la prosperidad uno es exhortado a mirar hacia atrás en la historia (historia Bíblica, la historia de la salvación, e incluso nuestra propia historia personal) a las cosas maravillosas que Jehová ha hecho por nuestro bien. Sin embargo, no se equivoquen; el empuje principal de estos próximos pasajes es sobre recordar Su soberanía, ESPECIALMENTE en el tiempo de la PROSPERIDAD, porque es la tendencia del hombre a mirar más a nosotros mismos y a nuestras sociedades hechas por los hombres, y lejos del Señor, cuando las cosas van muy bien para nosotros. Esta es la parte de la lección de hoy donde está lo más importante así que por favor mantente atento.

El Señor dice aquí en Deuteronomio 6: “no permitas que la abundancia te haga olvidar a tu Dios y recurrir a otros dioses…” cuanto hemos ignorado esa advertencia lo largo de la historia de la humanidad, la historia de Israel, la historia de la iglesia, y tal vez como nunca hoy en día en Europa y América. Es tan irónico que la única cosa que hace que la mayoría de la gente se aparte es la búsqueda y el logro de la riqueza. Eso es porque, en mi opinión, nos sentimos mucho menos dependientes del Señor cuando parece que tenemos todo lo que necesitamos y más. Créeme, no estoy de ninguna manera glorificando la pobreza o criticando la abundancia; Simplemente estoy diciendo que la prosperidad puede ser una cosa peligrosa. Tengo experiencia directa con eso. Hace muchos años atrás a mediados de mi carrera corporativa, el éxito trajo una gran caída para mí. No es que alguna vez haya dudado de que Yeshua fuera mi Salvador, o que el Señor Dios era y es; es que me olvidé de mi relación con Jehová, y no veía ninguna necesidad de consultarle en mi vida cotidiana porque tenía más de lo que jamás había esperado. Todo lo que tocaba parecía convertirse en oro. Me sentía completamente autosuficiente, orgulloso (arrogante probablemente sería una palabra justa para usar). No pensaba en sus caminos y sus leyes, ni siquiera en la realidad de, y en mi necesidad, de Su presencia. Ciertamente no pensaba en Su santidad ni daba gracias por las bendiciones que él me proporcionaba porque yo mismo me felicitaba por todos los logros. Luego vino la caída. Fue una lección dura y dolorosa de aprender que lo que el Señor dice, es lo que Él quiere decir, y la misma aplica a todo el mundo sin excepción.  

Y el Señor dice, comenzando en el versículo 10, que una vez que Israel finalmente posea la tierra que se le había prometido a Abraham 600 años atrás, y una vez que los israelitas comenzaran a beneficiarse de todos los preparativos que el Señor había hecho para ellos, que había algunas cosas que ellos necesitaban tener en cuenta o que (como yo) se encontrarían en un lugar en el que no van a querer estar en lo que respecta a la relación de ellos con el Señor y que tendrían consecuencias severas e ineludibles.

Así que mis queridos hermanos y hermanas en el Mesías, escuchen esta advertencia. En pocas palabras, a los hebreos se les dice que todo lo que están a punto de recibir, ellos no lo edificaron. TODO lo que están a punto de heredar, ellos no se lo han ganado con mérito. Las ciudades y casas en las que vivirán están siendo tomadas a la fuerza de las diversas tribus y naciones de Canaán que las construyeron (por el Señor están siendo tomadas) y todo simplemente entregado a Israel para el beneficio de Israel. Los viñedos con las uvas deliciosas y enormes que ellos disfrutarán, Israel ni las plantó ni las cuido. Los olivares que producirán todo el aceite importante necesario para todo, desde cocinar, alimentar sus lámparas de aceite, hasta ser ingredientes necesarios para varias de las ceremonias rituales que el Señor ha ordenado, son un regalo en el que otros trabajaron (por generaciones) e Israel está recibiendo todo sólo por presentarse. A Israel se le recuerda que ellos no se eligieron a sí mismos ni se separaron ellos mismos para ser el pueblo especial de Dios; el Señor los seleccionó y los bendijo como Suyos. Y, por cierto, no se rescataron de Faraón, tampoco; Dios lo hizo todo.

En resumen: todo lo que Israel necesita el Señor está preparado para entregarlos. Lo que Él quiere a cambio es su amor y confianza en Él. La verdad fundamental sobre el Reino de los Cielos es que todo lo que construimos con nuestras propias manos que provienen de nuestras propias mentes se quemará cuando llegue el fin de la historia; sin embargo, lo que el Señor construye a través de nosotros, sobrevivirá. La lección es que aquello que tiene algo de valor real es voluntad del Señor y alcanzado por el Señor. Y, Él merece todo el crédito y nosotros no.

Esto de ninguna manera indica que vamos a simplemente sentarnos pasivamente y esperar que las cosas buenas vengan a nuestro camino. NO, nuestras vidas deben ser un esfuerzo cooperativo con el Señor. Jehová les dice a los israelitas que Él ha preparado el campo de batalla delante de ellos y asegurado la victoria, pero ellos todavía deben seguir adelante en lucha y pelear la batalla. Ellos deben pelear cuando Él dice que peleen, donde Él diga que peleen, y no como les parezca a ellos. Ellos deben poner sus vidas en riesgo y estar dispuestos a renunciar a todo lo que les sea muy querido. La lección que se nos muestra aquí es que la acción por nuestra parte es invariablemente requerida y exigida por Dios. Pero, ¿cuáles son las características de las acciones que debemos tomar, y cómo sabemos que es el Señor el que nos dirige y no la mentalidad equivocada de un hombre impulsado por su propia agenda?

Moisés, el líder de Israel, sacrificó personalmente todo por la nación hebrea y fue constantemente responsable ante el Señor Y el pueblo. Moisés no vivía bajo un conjunto de reglas y exigía que todos los demás vivieran bajo otro. Los ancianos le eran responsables por cada paso a Moisés. Moisés no era menos apto para ser castigado por el Señor por un pecado o un acto de rebelión que cualquiera de los 3 millones de ciudadanos anónimos de Israel. Los planes y metas, aunque difíciles, eran para el bien del grupo y el Reino de los Cielos (la misma no era para que Moisés ganara una encuesta de popularidad) y cada paso en el camino era el cumplimiento de un pacto o promesa ordenado por Dios. El líder, Moisés, nunca llegó a beneficiarse económicamente o personalmente de su esfuerzo de 40 años. Algunas o todas estas características desempeñan un papel en nuestra determinación de si son los planes de los hombres o los planes de Dios a los que se nos pide que aceptemos.

Observa lo que sucede como resultado de seguir un plan o una agenda que no es verdaderamente del Señor aunque seguramente pueda que suene Santo. El versículo 14 dice: “no sigas a otros dioses……. cualquier dioses de los pueblos entre ustedes.” OK, voy a entrometerme un poco; hemos visto varias veces que el término bíblico para seguir a otros dioses es idolatría. Pero también hemos visto que Dios claramente etiqueta como idolatría la colocación de cualquier cosa por delante de Él. Esta definición de idolatría no es alegoría; Esta es la verdadera definición bíblica del Señor de la idolatría. ¿Acaso nosotros colocamos nuestras cómodas doctrinas y hábitos y prácticas personales que nos agradan, pero que a menudo no tienen validez bíblica, por delante de Su verdad porque Su verdad y Su camino no son tan fácil? ¿Acaso nos obligamos y nos decidimos a luchar hasta la muerte para aferrarnos a estas cosas dudosas porque nos gustan y por eso las racionalizamos? Eso es idolatría en su más puro sentido. Israel negó su idolatría en cada paso y sólo debido a la ira de Dios ellos alguna vez parecieron reconocerlo (y admitirlo) por lo que era.

¿Qué es lo que el mundo busca y quién es el que sigue el mundo? Por definición, el mundo busca y sigue cosas que no son de Dios o que son más importantes que Dios; el mundo busca otros dioses. El mundo busca al Dios de la prosperidad. El Dios de los derechos inalienables. El Dios de la libertad sexual. El Dios de la felicidad y el placer. El Dios de la armonía geopolítica. Cuando nosotros, los creyentes del Dios de Israel, buscamos usar el mismo tipo de cosas que el mundo prefiere para así poder atraer a nuevas personas, sólo que añadimos un elemento religioso, entonces NOSOTROS estamos en un camino peligroso. Pero como normalmente los hacemos en un ambiente cristiano, a menudo nos engañamos a nosotros mismos haciéndonos creer que podemos evitar los peligros de caer en la idolatría.

¿Y cuáles son los resultados de nuestras actitudes despreocupadas al respecto? El versículo 15 dice que la ira del Señor se levantará en contra de nosotros. Si oigo una vez más que nuestro padre no se enfada con su pueblo o nunca nos castigará, creo que tendré un infarto. Eso es apostasía y negación de la simple verdad Bíblica. Nosotros no somos perfectos delante de Sus ojos; Nosotros somos JUSTIFICADOS ante Sus ojos. Hemos visto el ejemplo de cómo el Señor trata Su justicia sobre Su propia gente que Él separó. Israel (el Israel REDIMIDO) fue castigado y disciplinado una y otra vez a menudo con una pérdida significativa de vida. Hemos repasado en la clase Torá los registros de las tribus que se decía que se desviaban regularmente, y encontramos que en el caso de Simeón y Dan ellos fueron destruidos y sus poblaciones se redujeron a la mitad y más.

Desde el 1965 la asistencia a la iglesia en América comenzó a mermar. ¿Por qué nuestra amada iglesia comienza a declinar? Yo lo adjudico a cuando el objetivo de la iglesia se convirtió en crecimiento y prosperidad por encima de casi cualquier otra cosa. YO se lo adjudico a cuando empezamos a movernos hacia el mundo en lugar de mantener nuestros estándares altos e intactos. Es interesante que la era de la Mega Iglesia, con su capacidad de proporcionar un entorno impresionante y una amplia gama de actividades y servicios para su congregación comenzó durante este mismo tiempo. Nosotros esencialmente estamos siguiendo la tendencia idéntica de Europa. 200 años atrás Europa era 90% cristiano; hoy en día es menos del 3%. Las iglesias ahora se están convirtiendo en mezquitas o se han transformado en escaparates o museos. En América los estudios más recientes demuestran sin duda alguna que el número de personas que asisten a la iglesia está cayendo a una tasa de aproximadamente 1% por año desde aproximadamente el 1990. Los estadounidenses que afirman ser cristianos están cayendo a un paso más rápido.

Hermanos, debemos enfrentarlo: el Señor no está complacido con nosotros. Hemos manipulado mientras Roma se quemó. Nosotros, los cristianos, hemos abandonado la simple belleza del Evangelio por una mercadotecnia astuta. Hemos reemplazado la enseñanza de la Palabra de Dios con sermones sobre la necesidad de dar más dinero o por quien debemos votar. Hemos llegado a creer que si nos presentamos al mundo no creyente mostrándonos atractivamente nos vamos a unir más. Por supuesto, el empaque que atrae al mundo no se parece mucho a las Leyes y los Mandamientos de Dios, ¿verdad? Y, por supuesto, se ha producido lo opuesto del efecto que se quería.

Los libros de Josué y Jueces relatan la caída de Israel hacía la apostasía y el desorden porque ellos decidieron que en lugar de seguir la exigencia del Señor de poseer la tierra que él preparó para ellos, y de luchar por lo que es correcto ante los ojos de Dios, ellos trataron de apaciguar sus vecinos paganos a través de la diplomacia, compromiso y tratado. Su esperanza era obtener su herencia por medios pacíficos de una manera racional y lógica similar a cómo el mundo había funcionado siempre. Israel TODAVÍA está tratando de hacer eso, y ahora también la iglesia. Créeme, yo no estoy echando culpa; más bien estoy aceptando la culpa. Pero ahora que hemos descubierto nuestro disparate y sabemos dónde hemos tropezado, vamos a determinar juntos, ahora, esta noche, reavivar nuestro amor por Dios, para recuperar su Palabra y aferrarnos firmemente a Sus principios, y para aumentar el ministerio exterior que siempre se ha esperado de nosotros. No luchemos tras la comodidad y la prosperidad, más bien vamos a abrirnos a Él y ver qué servicio Él quiere de nosotros; y qué bendiciones gloriosas Él puede tener esperando para nosotros sí sólo somos obedientes y no vamos detrás de otros dioses.

La semana que viene terminaremos con el capítulo 6.

Deuteronomio Lección 8 Capítulo 6

Deuteronomio

Lección 8 Capítulo 6

Aunque ya hemos hablado de esto un poco, el enfoque de Deuteronomio capítulo 6 se centra en los versículos 4-9 y especialmente en los versículos 4 y 5. Los versículos 4 y 5 son considerados tan importantes para la fe de la adoración a Jehová que se le ha dado un título aparte: el Shema.

El Shema también va por otro nombre: Escucha oh Israel. El Shema es muy fundamental a la base de toda la Torá (y a los principios cristianos) que vamos a examinar de cerca hoy. Y para aquellos que dicen (erróneamente) que Jesucristo vino a distanciarse a sí mismo y de sus seguidores de la Torá (a pesar de Su contundente declaración en Mateo 5:17-19 que dice lo contrario), escucha este pasaje del Evangelio de Marcos (también presente en los otros Evangelios sinóptico), Marcos 12:28 – 30: LBLA Marcos 12:28-30 28 Cuando uno de los escribas se acercó, los oyó discutir, y reconociendo que les había contestado bien, le preguntó: ¿Cuál mandamiento es el más importante de todos? 29 Jesús respondió: El más importante[n] es: “Escucha, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es; 30 y amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza.”

Ahora, escucha a Deuteronomio 6:4,5: LBLA Deuteronomio 6:4 Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor uno es. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza.

Yeshua estaba, por supuesto, citando el Shema; Él estaba citando la Torá. Pero cuando escuchamos a la mayoría de los líderes evangélicos de la iglesia hoy en día uno pensaría que todo lo que Jesús hizo fue esencialmente decir, “tira y olvida todo lo que sabes, te voy a dar nuevas leyes y órdenes que reemplazan todo lo que venía antes”. Además, observe que Jesús tampoco saca a “Israel” de esta afirmación, ni lo reemplaza con “iglesia”. Se me ocurre que generalmente cuando se nos pregunta cuál es el mayor mandamiento, hemos sido lo suficientemente entrenado para saberlo; así que respondemos de inmediato con “ama al Señor con todo tu corazón, mente y fuerza”. Como estamos citando al Mesías, ¿Por qué nosotros intencionalmente lo citamos ERRÓNEAMENTE a Él? ¿Por qué empezamos a citar la mitad de esa afirmación? ¿Por qué simplemente quitamos “Escucha O Israel el Señor es nuestro Dios, el Señor es Uno” que lo precede? Por lo tanto, cristianos gentiles, si vamos a decir que hay mandamientos que son para Israel, y que estos mandamientos son aparte de los mandamientos que son para “la iglesia”, entonces, junto con la eliminación de los 10 Mandamientos (que fueron dados a Israel como parte de la ley), la honestidad intelectual nos obliga también a tirar este mandamiento de la Torá de Jesús de amar a Dios COMO el Dios de Israel.

Sólo para que no me malinterpreten: yo estoy afirmando enfáticamente que NO hay mandamientos y evangelios separados para Israel versus para la iglesia y que, por supuesto, los 10 mandamientos y el Shema son para la iglesia tal como lo son para Israel.

También estoy afirmando que es desgarrador e indignante que por tantos siglos el cristianismo institucional ha optado por declarar falsamente la abolición de la Torá, supuestamente para ser sustituida por el establecimiento de Jesús de una nueva religión completamente aparte de la fe hebrea; una religión por, de, y para los gentiles. Nosotros hemos sido llevados (y hemos aceptado FÁCILMENTE) a un camino torcido; y el fruto de esa aceptación es la promulgación de toda una serie de doctrinas falsas que han conducido a las Cruzadas, a la Inquisición, al restablecimiento del Humanismo Secular y al Holocausto. Y ahora, en nuestro tiempo, nuestra amada iglesia se ha vuelto impotente, ensimismada y orientada hacia la prosperidad, mientras todo el tiempo ignora el impacto del renacimiento profético de Israel y el regreso de Jerusalén al control de los hebreos. Nosotros hemos visto a la institución cristiana avanzar hacia el Ministerio externalizado, un evangelio diluido pero diversamente tolerante, un Jesús que está separado del Padre, una negación del pecado y del mal, y la observancia de fiestas paganizadas ignorando aquellas que el Señor Mismo ha declarado santo.

El Shema debe ser un llamado para que el pueblo de Dios despierte; todo el pueblo de Dios.

Leamos juntos este inescrutable profundo capítulo 6 de Deuteronomio, que expone la base de la Torá, el Shema, que da poder a la palabra de Dios al igual que el núcleo fundido de nuestro planeta alimenta los procesos vitales de la tierra.

LEER DEUTERONOMIO CAPÍTULO 6

Durante los capítulos 1 al 5 Moisés ha estado reforzando hasta este punto: una reintroducción (tal vez incluso una re-presentación) de las leyes y mandamientos dados a Israel por Jehová en el Monte Sinaí. No puedo enfatizar lo suficiente que la razón por la que Moisés repite estas regulaciones que ya se han dado a Israel unos 40 años atrás, es que las mismas se están presentando a toda una nueva generación de hebreos que obviamente sus padres no les han enseñado estas leyes, la primera generación del éxodo (todos muertos y enterrados en la arena del desierto). Además, él lo está dando al grupo que está a punto de hacer lo que sus padres se negaron a hacer: conquistar la tierra de Canaán. Estas personas no están más que a días de entrar en una batalla a largo plazo (una Guerra Santa) que les costará la vida de miles de ellos.

Moisés afirma que lo que él está a punto de enseñarles es exactamente lo que el Señor le dijo que dijera a Israel la primera vez: nada más y nada menos, y que estas leyes y resoluciones deben seguirse escrupulosamente cuando entren en la Tierra Prometida. La razón por la que Israel necesita seguir la Torá es para que las cosas le vayan bien a Israel y que todas las bendiciones que el Señor tiene preparadas para ellos se hagan realidad. La última mitad del versículo 3 trae dos pensamientos juntos: primero, lo que se está preparando para ellos en Canaán es mucho más que mera sobrevivencia, es una vida abundante; ese es el significado de la frase, “una tierra que fluye con leche y miel”. En segundo lugar, le recuerda a Israel que lo que está a punto de suceder (la herencia de una tierra propia) es el cumplimiento de la promesa (el Pacto de Abraham) dado a “sus padres”, lo que significa los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob.

Observa que el Pacto establecido en el Monte Sinaí 40 años atrás no abolió ni sustituía el Pacto dado a Abraham 600 años antes de que Israel abandonará Egipto. Más bien, este pacto de Moisés es para otro propósito; el mismo es para establecer normas y estándares para vivir la vida redimida que se gozará adentro de la tierra que fue prometida en el primer pacto.

Por lo que aquí, parado ante la ladera de Moab, Moisés da la versión original del sermón del Monte que el Mesías emulará 1300 años más tarde. Así pues, Moisés no va a reiterar simplemente la Ley, sino que va a exponer sobre la misma y hacer lo que pueda para aclarar los principios subyacentes (el espíritu) detrás de estos mandatos eternos.

No, yo no estaba hablando figurativamente ni estaba haciendo una hipérbole cuando yo comparé el sermón del Monte de Yeshua con lo que leemos en Deuteronomio; las similitudes son bastante agudas y a medida que pasa el tiempo creo que usted verá que este es el caso. Yeshua meramente estaba trazando en el patrón establecido por su predecesor Moisés. Observa que Moisés ya (un capítulo antes, en el capítulo 5) comenzó recontando la ley; de hecho, su discurso al pueblo realmente comenzó en el capítulo 1. Por lo tanto, ya bien en la re-entrega de las leyes él se detiene para establecer el principio que abarca todo en lo cual se apoya toda la ley; y este principio es el que tiene el título de “Shema”. ¿Por qué hacer esto? ¿Por qué pausar e inyectar este principio espiritual en este punto? Si esto es algo en el que todo lo que Moisés ya ha enseñado está cimentado, ¿por qué esperar para darlo en el medio de su sermón en lugar de al principio? Simple: Moisés NO quería que la gente pudiera ver erróneamente las leyes que ya había dado en el contexto que ciertamente podría sonar como son, como simplemente un conjunto de resoluciones legales estrictas que se mantienen sobre sus cabezas por un gobernante celestial Todopoderoso. En esa época todas las sociedades tenían un código legal a la que un rey sostenía como inmutable, y al mismo tiempo estos reyes no tenían ninguna obligación o interés en explicar a la gente el razonamiento para las leyes porque con demasiada frecuencia esas leyes no eran sino auto-serviles para el beneficio de la realeza. La implicación es que estas son las leyes, y ustedes no necesitan saber por qué, sólo hazlo o si no. Pero ese no era el caso con la Torá del Señor.

Dado que Moisés ya había revisado varias leyes (los 10 Mandamientos) con la nueva generación y muchas más resoluciones aún estaban por seguir, Dios (a través de Moisés) dice: “espérate un momento, pueblo Mío, porque no quiero que te hagas la idea equivocada. AQUÍ está el contexto dentro del cual ustedes deben entender y llevar a cabo TODAS MIS leyes”. Entonces Moisés continúa explicando (en lo que eventualmente llegó a llamarse el Shema) que el amor de Israel por el Señor es el contexto necesario para hacer la ley. Es la ley la que establece los términos de la relación entre Jehová e Israel. La fuente de la obediencia de Israel hacia Jehová no debía salir de un manantial de legalismo estéril y despiadado; más bien debía salir de una respuesta de amor. Ahora, por favor, escuchen esto: el Señor dice que la obediencia a Él, ES la respuesta de amor según Él la define. Que AMARLO a Él es ser OBEDIENTE a Él.

Hoy la iglesia occidental dice que (generalmente hablando) la obediencia y el amor están en algún lugar entre ser cosas completamente diferentes y tal vez son incluso mutuamente excluyentes hasta cierto grado u otro. De hecho, por lo general se implica que el amor es preferible a la obediencia en lo que concierne a nuestra relación con Jehová. Sin embargo, en las Sagradas Escrituras Dios dice que uno es la evidencia del otro. Dios dice que la obediencia a Él es el acto de amarlo a Él, y que amarlo a Él se encarna en nuestra obediencia hacía Él; aun cuando nos gustaría, nosotros no podemos desconectar la obediencia del amor ya que implica nuestra lealtad y relación con Dios.

Usted ve que es sólo desde la época greco-romana que el concepto de amor se alejó de ser principalmente una acción y en su lugar se convirtió en principalmente una emoción, una sensación de calidez interior. Los hebreos bíblicos nunca habrían reconocido el punto de vista secular y cristiano moderno del amor como un sentimiento cálido y difuso de compasión o afecto hacia otro. Yo fui al diccionario del Nuevo Mundo de Webster y en las 9 definiciones diferentes que dieron por la palabra amor, cada una de ellas hablaba de emoción y sólo emoción. Aquí hay algunos ejemplos: sentimientos tiernos, afecto, pasión sexual, un sentimiento de hermandad, y un gusto fuerte. Pero para los hebreos (y para el Señor) el amor exige una respuesta externa, una acción, o sino no era amor. El Señor dice: ‘ no digas que Me amas y luego das la vuelta y niegas Mis mandamientos; porque yo digo que si niegas Mis mandamientos entonces no Me amas’.

Vamos a poner nuestra atención por un momento al sermón más familiar (para los cristianos) el Sermón del Monte del Nuevo Testamento. Mateo 5 comienza esta enseñanza fundamental que está en el centro de la fe cristiana. La misma comienza explicando que Jesús se pone Él Mismo en el tope de una colina donde Él comienza a enseñar. Y las primeras de sus enseñanzas gloriosas son lo que la cristiandad ha titulado las Bienaventuranzas. Yeshua comienza este sermón enumerando varias declaraciones positivas de hecho celestial que (por supuesto) SIEMPRE han sido así, pero fueron (últimamente) reprimidos por el liderazgo religioso. Estos hechos celestiales se habían perdido tanto en una pila de reglas y filosofías de los hombres que todos habían sido olvidados. Bienaventurados los pobres en espíritu, dice Yeshua, porque verán el Reino de los cielos; Bienaventurados los que lloran, porque se les consolará. Varios de estos hechos celestiales importantes son enumerados y luego Él dice: “Bienaventurados sois cuando los hombres os insultan, y os persiguen, y dicen todo tipo de maldad contra vosotros falsamente, a causa de mí”.

Él continúa diciéndole al pueblo: “Tú eres la sal de la tierra; eres una luz para el mundo”. Entonces, de repente, mientras Él está inmerso en Su sermón, Jesús el Mediador, el 2ndo Moisés se detiene abruptamente para hacer una importante exclamación. Al igual que Moisés suspendió momentáneamente su sermón para asegurarse de que sus oyentes no tomaran lo que él estaba diciendo en el contexto equivocado (como todos estamos tentados a hacer), Jesús esencialmente dice, “espera un segundo porque no quiero que te hagas la idea equivocada. AQUÍ está el contexto dentro del cual usted debe entender lo que les estoy enseñando”.

Y luego dice Yeshua (comenzando en el versículo 17): LBLA Mateo 5:17 “ 17 No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. 18 Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla. 19 Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.

Después de hacer esta dramática y arrebatadora declaración para que todo oyente no pudiera pensar que Él ha tirado la Ley de Moisés por una nueva Ley, o que Él no ha declarado que Moisés ya no es relevante, el Mesías continúa con Su sermón. Y en Mateo 5:21 comienza, “habéis escuchado que a los antepasados se les dijo….”, y luego enumeran varios principios básicos de la Ley. En cada uno de esos principios, Jesús expone su significado. ¿Por qué? Porque así como el ritual físico sin sentido había reemplazado la obediencia llena del espíritu basada en el amor de Dios, asi mismo las filosofías de los hombres corrompieron a fondo el significado y el propósito de los mandamientos de Dios.

Y sabrías que: a pesar de la advertencia de nuestro Mesías, al igual que la sociedad israelita había olvidado lentamente su amor por Jehová y había cortado la gracia y la misericordia que era el fundamento vital de la ley, así mismo los seguidores de Jesús olvidaron lentamente su amor por Él y separaron la obediencia de nuestro caminar y adoración. Nosotros hemos hecho exactamente lo que Él nos dijo que NO hiciéramos. Nosotros hemos adoptado el contexto exacto de Su ministerio que Él nos dijo que no aceptáramos. Así mismo como gran parte de Israel se dirigió a un seguimiento mecánico de las leyes como su expresión de fe, así mismo la mayoría de la iglesia se ha convertido en una demostración de las emociones y un seguimiento mecánico de la liturgia de la iglesia como nuestras expresiones de fe; ambas formas a menudo carecen del único ingrediente necesario para tener cualquier significado o relevancia: el amor al Señor como lo demuestra nuestra obediencia.

Deuteronomio 6:4 dice: “¡Escucha O Israel! El Señor es nuestro Dios, el Señor es Echad (el Señor es uno)”. En hebreo “escuchar” es Shema. Esto NO significa escuchar pasivamente como tocar un CD y disfrutar tranquilamente de la música. Tampoco significa leer los evangelios o los Salmos como fuente de información o de conocimiento. Shema es una instrucción para tomar acción. ¡Shema significa escuchar y obedecer, escuchar las enseñanzas de Dios y hacerlo! Luego dice que “YHWH es nuestro Dios, y YHWH es uno”. Hay algunas diferencias menores entre los sabios judíos sobre qué exactamente es lo que se supone que nos indique a nosotros que “YHWH es uno”.

Algunos rabinos creen que esta afirmación es simplemente otra manera de aclarar esta noción revolucionaria de que no hay sino UN solo Dios que existe. Otros creen que esto está hablando de la unidad propia de Dios, una naturaleza de unicidad; es decir, que no es como los otros dioses de aquella época que tienden a dividirse y a asociarse con varios lugares y santuarios. Otros dicen que esto es una expresión de la relación apropiada entre YHWH e Israel; que YHWH es el único Dios de Israel y que no deben mirar a los demás. Bueno, en mi opinión, esta es la debilidad de la disciplina académica llamada Crítica Literaria que tiende a desgarrar cada oración y luego a determinar científicamente cómo debemos tomarla. La fe y la espiritualidad quedan fuera; y dado que la Biblia es un documento BASADO en la fe y la espiritualidad, el punto puede perderse.

Al mirar las palabras, “YHWH Eloheinu YHWH Echad”, (Jehová es nuestro Dios, Jehová uno es) veo un enorme principio de Dios que expresa una realidad espiritual universal; por lo tanto, requiere varias expresiones humanas para por lo menos aproximar su esencia. En otras palabras, si, por ejemplo, viajamos a un planeta alienígena en una galaxia lejana y los habitantes allí nos preguntaron de dónde vinimos, diríamos: ‘ es el lugar llamado tierra’. Entonces ellos podrían decir: ¿Qué es la tierra? Nosotros podríamos responder con una lista entera de atributos sobre la tierra: es redonda, gira alrededor de una estrella, el clima es templado, es mayormente agua pero también hay mucha tierra seca, y así sucesivamente. Ahora bien, si esto llegara a ser un Crítico Literario alienígena con el que estuviéramos hablando podría responder, “bueno, ¿cuál ES? ¿Es redonda, o tiene mucha agua, o el clima es templado? “Así es cómo los Críticos literarios operan; no hay mucho espacio para significados complejos y multifacéticos para cualquier declaración dada. Por supuesto, nuestra respuesta a nuestro Crítico Literario alienígena probablemente sería que nuestro planeta es todas estas cosas y más, pero no parece haber nada en ese mundo alienígena que usemos como ilustración. Bueno, esa es la naturaleza de “YHWH Eloheinu, YHWH Echad”; para analizar lo que eso significa y todas las características que conlleva, no podemos simplificarlo formando esto en una doctrina de una característica u otra, y nada en nuestro limitado mundo físico de 4 dimensiones, o mente humana finita, podría ser utilizado para ilustrar la vasta realidad espiritual que este principio representa.

Por lo menos nosotros podríamos decir qué significa que el Señor Dios es el único Dios que existe, Él es el ÚNICO objeto de adoración que está permitido para Sus creyentes, Él está completamente unificado, ya que no hay varias “piezas” de él que se puedan separar en “personas” , y Él es nuestro Dios en el sentido de que Él ha establecido una relación mutua entre Él y todos los que se someten a él en amor. Además nosotros sabemos su nombre formal, YHWH, y sabemos por las primeras 2 palabras del Shemá Israel (Escucha O Israel) que esta declaración de Su ser y naturaleza fue dirigida a Israel y por definición a todos lo que se UNAN a Israel. Hay más contenido en esta breve declaración y los rabinos lo han contemplado en gran medida; y más allá de lo que los rabinos han concluido, hay más de 4 palabras sencillas que nuestras mentes humanas limitadas nunca serán capaces de comprender acerca de este principio cósmico.

Pero también hay que notar algo que no puede ser coincidencia: esta confesión central de fe consiste de 4 palabras, al igual que el nombre de YHWH consiste de 4 letras.

Vamos a continuar y vamos a ver el comienzo de la segunda parte del Shema, que es “Amarás al Señor tu Dios”. O más literalmente, Amarás a YHWH tu Elohim.

Aquí hay un excelente contexto para examinar de nuevo la palabra amor porque si uno decide que el amor es principalmente una emoción o un estado de ánimo, entonces encontramos que aquí el Señor está ordenando una emoción (usted amará). Aquí está el problema: de todas las cosas que un hombre puede hacer, conjurando una emoción si realmente no lo sentimos, es una tarea difícil (excepto quizás para los actores de cine y aquellos entre nosotros que tienen las sensibilidades más profundas). A menudo podemos IMITAR una emoción exteriormente; podemos fingir, incluso hasta llorar lágrimas reales. ¿Pero se le puede ordenar a cualquier hombre que tenga una emoción? ¿Puede un hombre ordenarle a otro hombre que se sienta de cierta manera? ¿Qué hacemos cuando estamos horriblemente tristes y entonces un querido amigo o Pastor nos exhorta a “estar alegres”? Digamos que un marido no quiere lidiar con el estado depresivo de su esposa y le sugiere que “se anime”. Por mucho que ella quiera (aunque sólo para complacer a su marido) por lo general ella no va poder, aunque algunos llegan a ser terriblemente buenos en fingir. El punto es, buena suerte en ordenar una emoción (¡créanme, lo he intentado!). ¿Acaso Dios nos manda a tener una emoción de amor hacia Él?

Ahora, cuando se trata de ordenar una acción física esto es un asunto diferente. Dios nos PUEDE mandar a evitar adorar a otros dioses, y ciertamente tenemos la capacidad de obedecer eso. Dios nos PUEDE mandarnos a celebrar una Fiesta Bíblica física, y podemos hacerlo físicamente. De hecho, podemos discrepar internamente con el Señor en estas cosas, incluso podemos sentirnos indiferentes sobre las mismas, y TODAVÍA seguir obedeciendo los mandamientos. Sin embargo, el verdadero amor hacía Dios SÍ implica más que la acción física. El amor es un estado de ánimo, así como una respuesta física. De hecho, yo diría que el tipo de amor que es piadoso también incluye un estado de nuestro espíritu. ¿Acaso hay algún componente emocional para amar? Ciertamente lo hay. Sin embargo, yo diría que la emoción del amor DEBE ser el resultado final de todos los otros factores que están en su lugar primero. Pero de todos los componentes que comprenden el amor Bíblico piadoso, la emoción ciertamente no es la principal ni la guía.

Debido a que no hay un aspecto más importante en nuestra relación con el Creador que amarlo, permíteme ofrecer otra manera de ver este mandamiento de amar a Dios: el amor es lo opuesto al odio. A menudo en las escrituras se nos dice que odiemos las cosas que Dios odia. Una vez más, debido a nuestras mentalidades occidentales, vemos el odio de la misma manera como vemos el amor…..como primordialmente implicando nuestras emociones. De hecho, según el Rabino Baruch enseñó en su estudio de Ezequiel, el significado bíblico del odio está más cerca de lo que en español es la palabra “rechazar”; o en una esencia mayor (especialmente en lo que concierne a nuestra relación con Dios), demostrar la infidelidad. EL odiar a Dios es rechazar a Dios y así serle infiel. Odiar su Torá es rechazar su Torá y serle infiel a Sus leyes y mandamientos. Por el contrario, AMAR a Dios es aceptarlo y mostrar fidelidad. Por supuesto, que más que una mera aceptación o una exhibición externa de la lealtad es implicado (la sumisión total es la esencia más alta de esta aceptación). Sin embargo, ¿no es la llamada común del evangelista que una persona no creyente necesita “aceptar” a Jesucristo?

Y en un sentido general los cristianos saben lo que significa “aceptar” a Yeshua. La Biblia define este tipo de aceptación como sumisión y obediencia, que es la evidencia del “amor” que el Señor está buscando.

En la última mitad del versículo 5 se nos dice que representemos este amor de Jehová con “todo nuestro corazón, nuestra alma y nuestra fuerza”. En hebreo las palabras son levav (corazón), Nefesh (alma), y be-Khol me’odekha (poder). El corazón es absolutamente una representación correcta de levav; de hecho se refería al órgano dentro de nuestros pechos que bombea sangre. Sin embargo, el problema de entender exactamente lo que el significado de los hebreos del término levav es (como se aplica a la función que el corazón realiza más allá de bombear sólo sangre), es crítico para nuestra lectura de toda la Palabra de Dios. Es entonces cuando se nos instruye a guardar algo en nuestros corazones, o a no tener odio por nuestro hermano en nuestros corazones, ¿qué significa eso? En la cultura occidental (y en la iglesia) hablamos del corazón como el asiento de nuestras emociones y nuestra moralidad, incluso nuestro carácter. Eso NO es lo que los hebreos pensaban o querían decir cuando hablaban de la palabra “corazón”, y por lo tanto debemos aprender a pensar sobre el corazón de la manera en que ellos pensaban. Los hebreos conocían el corazón como la sede del intelecto y del pensamiento consciente; el lugar de nuestra memoria y donde se contemplan las acciones y se toman las decisiones. Permítanme enfatizar que lo que acabo de decir no es una conjetura. Cualquier erudito bíblico competente estaría de acuerdo con esto porque es un hecho histórico, muy bien documentado. Fue en una fecha mucho más tardía (el período helenístico tardío a la época medieval) que la función del cerebro fue finalmente entendida como donde reside el intelecto y todos los procesos de pensamiento. Así que para el corazón se transfirió la función de la emoción, el deseo y la pasión para estar en consonancia con el pensamiento griego en este asunto. Pero esta redefinición de la función del corazón no ocurrió hasta siglos después que la Biblia fue cerrada y completada.

El punto es que aun cuando el traducir la palabra lev o levav a “corazón” (el órgano del corazón) es técnicamente correcto, la FUNCIÓN que pretende comunicarnos a nosotros no es cómo nos han enseñado típicamente. Ya sea en el AT o NT, cuando vemos la palabra “corazón” en la Biblia, simplemente debemos tacharla e insertar “cerebro” o “mente”.

OK. Así que hemos discutido lo que quiere decir, “con todo nuestro corazón” y aprendimos que en el español moderno debemos ver que significa, “con toda nuestra mente”. La segunda parte de esta afirmación (con toda nuestra alma) no es tan sencilla porque la palabra hebrea que se utiliza, Nefesh, es un poco más difícil y por lo tanto se ha traducido en diferentes maneras. Más a menudo se traduce como alma, en otras ocasiones se traduce como “ser” (incluso lo he visto escrito como “esencia”). Ninguno de estos es necesariamente incorrecto o mejor que los demás. El problema radica en la naturaleza más bien confusa de la palabra Nefesh. Nefesh lleva consigo una serie de significados y creo que (como cuando discutimos la frase, “Jehová es nuestro Dios, Jehová es uno”) no es que haya una definición preeminente o perfecta; más bien es que todo lo que estoy a punto de decirte (y más) va en su composición.

Los rabinos dicen que el Nefesh implica la vida, nuestra esencia de vida, aliento, el aliento misterioso de la vida que Dios respiró en sus criaturas creadas para hacerlos vivos, el yo, esa cualidad única que nos hace a la vez humanos y sin embargo también en la imagen de Dios, el alma, y a veces puede incluso referirse a nuestros pensamientos más profundos.

La parte final de esa afirmación, usualmente traducida como “con toda tu fuerza”, es ser-Khol me-odekha. Esta es una frase rara en la Biblia, pero los rabinos dicen que es aproximadamente igual a la más usual bime’od me’od, que significa “muy, mucho”. La idea es que debemos poner un gran esfuerzo y pensamiento consciente en amar a Dios (una vez más, dispensando la noción moderna de que el amor es principalmente un “sentimiento” aunque el sentimiento es ciertamente un elemento legítimo, aunque un elemento menor, de amor), y que amarlo a Él es lo que el Señor espera de nosotros.

Curiosamente Deuteronomio es el PRIMER libro de la Torá que realmente habla de amar a Dios. Los libros anteriores hablaban en términos de asombro y reverencia y temor. Permítanme ser claros: esto de NINGUNA manera significa que Moisés está diciendo ahora “olvida el temor y la reverencia y ya no teman a Dios; en cambio reemplazarlo con amor”. Más bien, la idea es que el temor y la reverencia sean en el CONTEXTO del amor; o como con la correcta definición bíblica de lo que es el amor, el temor y la reverencia debe estar en el CONTEXTO de la aceptación, la lealtad y la sumisión al Señor.

Ahora, prepárate para desafiar otra doctrina que ha estado presente por mucho tiempo; el versículo 6 dice esto: LBLA Deuteronomio 6:6 “y estás palabras, que os mando hoy, estarán en vuestro corazón;

Las palabras que Dios manda son sólo otra forma de decir: “Sus leyes”, ¿verdad? ¿Y dónde dice este versículo que estas leyes de Dios deben ser escritas? ¡En nuestro corazón! ¿Las leyes de Moisés deben ser escritas en los corazones de los israelitas? Pensé que esto era sólo una manifestación del NT que la Torá debía ser escrita en nuestros corazones. ¿No es eso lo que siempre nos han enseñado? ¿No es un axioma cristiano básico que la razón por la que debemos abandonar la Torá es porque era un código legal mecánico, escrito en tabletas de piedra dura fría, y que era una manera de trabajar (y por lo tanto merecer) nuestro camino al cielo? Y que en el NT se cambia a un sistema diferente de nuevas reglas y órdenes del Mesías, y estos están escritos en nuestros corazones (más que en piedra), y por gracia a través de la fe podemos tener el cielo abierto para nosotros. Sorprendente la verdad que emerge cuando realmente LEEMOS la Torá y no sólo hacemos suposiciones al respecto.

Pero al igual que con el NT, reconoce que lo que esto significa en el español moderno es que la Torá, los mandamientos de Dios (los mandamientos de Yeshua) deben ser sostenidos en nuestras MENTES. Por lo tanto, se pueden conocer, contemplar, reflexionar y actuar en lugar de simplemente “sentir”. Los códigos de ley de los Estados Unidos y de otras naciones están separados de nosotros; cambian, se agregan más, algunos se quitan por completo.

Nuestro trabajo (en la sociedad secular) es sólo conocerlos. De hecho, nosotros subcontratamos a los abogados la mayoría de las veces.  Pero la esencia de la noción de que las leyes de Dios deben escribirse en nuestros corazones (nuestras mentes) es que Sus leyes deben formar parte de nuestro mismo ser y fibra, no algo separado de nosotros.

Vamos a terminar aquí por hoy.

Deuteronomio Lección 7 capítulo 5

Deuteronomio

Lección 7, capítulo 5

Ahora hemos completado alrededor del 80% de la Torá y nosotros hemos absorbido una enorme cantidad de detalles. Al nosotros comenzar nuestro estudio de Deuteronomio capítulo 5 hoy, vamos a hacer una pausa de unos pocos minutos para meditar nuestros pensamientos y obtener algún tipo de perspectiva. Permítanme tomar unos minutos para mostrarle algunas de las premisas fundamentales de Deuteronomio, que se espera que nosotros tengamos en cuenta en todo momento al estudiar este gran libro y la Biblia en general.

En primer lugar, el contexto de Deuteronomio es que las leyes que son dadas a Israel (originalmente dadas en el Monte Sinaí y ahora repetidas y algo expuestas aquí en Moab) son de Jehová. Esta noción de un conjunto de leyes que provienen de Dios suena bastante simple y fácil para nosotros aceptar; pero al igual que el haber un Dios en existencia era un concepto totalmente nuevo para el mundo (y para Israel) también era igualmente revolucionario que un Dios (en lugar del rey de esa nación) estableciera las leyes y reglas que gobernaban a cualquier sociedad humana en particular. Hasta este punto en la historia siempre fue un REY humano cuya prerrogativa era declarar lo que era correcto e incorrecto, lo que era legal y lo que era criminal. Sin embargo, para Israel, el entendimiento común de la FUENTE de las leyes sociales cambiaría para siempre.

En segundo lugar, un contexto adicional de Deuteronomio es que aquellos a quienes Moisés está a punto de repetir estas leyes (leyes que comienzan con la primera serie de 10 leyes que titulamos los 10 mandamientos), estas personas paradas delante de él, no estaban presentes (excepto tal vez si eran niños pequeños en aquel momento) cuando la ley se dió por primera vez casi 40 años atrás, porque la primera generación del éxodo que había presenciado el asombro de todo, estaba ahora muerto y desaparecido y aparentemente no había pasado la enseñanza de la misma a lo largo como debieron haber hecho.

En tercer lugar, nosotros vamos a notar mientras avanzamos en los próximos capítulos algunas ligeras variaciones en cómo estas leyes deben ser vistas y aplicadas en este punto en el viaje de Israel versus cómo debían ser vistos y aplicados hace 40 años al comienzo de su viaje por el desierto. Esto se debe a que la era de vivir en carpas portátiles, comiendo el maná que había sido dado del cielo todos los días sin fallar, y moviéndose de oasis en oasis estaba esencialmente llegando a su fin. Por lo tanto, Moisés tuvo que explicar cómo Israel debía observar estas mismas leyes y mandamientos, ya que Israel estaba a punto de convertirse en un pueblo sedentario asentado y dejar de vivir como una población masiva de beduinos errantes.

El contexto de su existencia estaba cambiando para Israel, así que Moisés tuvo que re-estructurar algunas cosas; pero el re-estructurar en todo momento se mantuvo dentro de los límites de la ley como fue dada en el Monte Sinaí. Este es un gran principio que se ha perdido para nosotros.

Ha sido una práctica común dentro del cristianismo ignorar las circunstancias y el calendario y las normas culturales de la era bíblica, y más bien decir que las palabras de la Biblia tienen esta cualidad mística tal que los miles de versos y párrafos que abarca pueden ser quitados de su contexto histórico y hecho para permanecer en cualquier época.

Permítanme darles un breve ejemplo de lo que quiero decir: aquí nosotros estamos reunidos hoy en Florida, en los Estados Unidos, el bastión de la cultura occidental. Estamos en el año 2009; nuestra atención se centra en la polémica guerra de Irak, el interminable malestar que gira en torno a Israel, y una crisis financiera global que ha expulsado a millones de sus empleos y hogares. El fascismo islámico está tratando de reafirmarse a nivel mundial. Nuestra economía y nuestra seguridad nacional dominan todos nuestros pensamientos, y si uno es un fundamentalista cristiano su fe está bajo ataque, ahora usted es considerado una amenaza para los objetivos de nuestro gobierno, y es probable que esté seguro de que estamos en los últimos días de la historia humana y que lo que está sucediendo a nuestro alrededor no es más que la reproducción de eventos proféticos predeterminados e inalterables. Casi una mitad de nuestras iglesias ahora niegan la Deidad de Jesucristo; alrededor de un cuarto de las iglesias americanas creen en el matrimonio homosexual y en ordenar a los homosexuales como pastores y obispos. La violencia está aumentando en cada nivel de nuestra sociedad a niveles inaudito, y lo que habría sido considerado programas y pornografía clasificado X hace apenas 20 años, ahora son una tarifa común en la televisión de horario estelar.

Nuestra sociedad estadounidense principalmente habla inglés, pero cada vez más el español se ha convertido en un segundo idioma común; algunos quieren que el español se convierta en el lenguaje aceptable ALTERNO oficialmente sancionado de los Estados Unidos, mientras que otros insisten vehementemente que el inglés permanezca como nuestra única lengua nacional común y socavar eso sería socavar nuestro tejido social. Nuestra nación se divide uniformemente entre la gente políticamente liberal y políticamente conservadora, pero el terreno medio ha desaparecido.

Este es el contexto histórico en el que vivimos. Este es el contexto del cual se desarrolla todo nuestro diálogo cotidiano. Este contexto es único para nuestro tiempo; el mismo no ha existido antes, y el mismo cambiará a medida que el tiempo avance, en lo que no conocemos.

El punto es, que cuando nuestro Presidente da un discurso, o un nuevo libro se escribe sobre algún acontecimiento o tema importante de nuestra era, o un predicador nos habla sobre cómo aplicar las Escrituras a nuestras vidas, si usted es un americano que vive en la Florida en el año 2009, todo lo que acabo de decir sobre cuales nuestras circunstancias actuales son, es el contexto dado para ese discurso, o libro o sermón. El orador o autor no necesita reiterar todas estas circunstancias que definen nuestra era porque es de conocimiento común.

Pero si uno está viviendo en Inglaterra, o Turquía, o México, o Rusia el contexto es muy diferente y cuando un líder en cualquiera de esos lugares habla lo hace en un contexto relativo a su cultura y circunstancias actuales. Nuestro contexto estadounidense no sólo es en gran medida irrelevante para ellos, ni siquiera es comprensible para sus mentes A MENOS que sean educados, familiarizados y actualizados sobre los valores, el lenguaje, la historia y los intereses estadounidenses.

Esto no es nada diferente con la Biblia. Es por eso que paso tanto tiempo en la clase de la Torá recordando esa realidad y pintando una imagen (a medida que vamos) de la geografía, la evolución del lenguaje, lo que la gente estaba pensando y de que se preocupaban, lo que ciertas palabras y frases significaban para ellos, lo que los problemas principales y retos de los tiempos eran, lo que fue tomado por conocimiento común indiscutido y lo que era completamente desconocido para ellos todavía.

Pero tal y como es con nosotros hoy en día, la sociedad en los días de la Biblia (en cualquier momento dado en el tiempo) era cualquier cosa menos uniforme y monolítica; todo el mundo NO era lo mismo ni todos vivían bajo las mismas circunstancias. Por lo tanto (por ejemplo) en el Nuevo Testamento nosotros tendremos a Pablo hablando a los gentiles paganos en una de las ciudades romanas nuevas y progresivas usando términos e ilustraciones con las que ellos estaban familiarizados. Él hablaría con los gentiles en griego, el idioma que ellos usaban. Cuando él se aventuró de nuevo a las Tierras Santas, él le hablaba a la cultura única de los judíos y de la sociedad judía enteramente diferente (incalculablemente separada del mundo romano) en el contexto de su entendimiento que incluso variaba de Galilea a Samaria a Judea; por lo que hablaría a los diversos grupos judíos sobre temas y en términos que les eran de interés en hebreo y en arameo, el idioma de los judíos que vivían dentro de la Tierra Santa. Si Pablo hubiera hablado con los romanos usando términos culturales y religiosos judíos, ellos hubiesen estado sin idea alguna de lo que él estaba hablando (y probablemente también ofendidos). Si hubiera hablado con los judíos en términos culturales romanos, los judíos habrían dado la espalda y se hubieran alejado o, como nosotros leímos que sucedió, no sólo en algunas ocasiones, lo sacaban fuera de la ciudad.

Usted ve el mundo ahora (y nunca lo ha sido) no ha consistido de personas genéricas viviendo en sociedades genéricas bajo circunstancias genéricas hablando una sola lengua genérica. Más bien, nosotros SOLO podemos obtener cualquier información significativa de los textos bíblicos (Antiguo Testamento o Nuevo), ya sea de Pablo, o de Jesús, o de Moisés, cuando lo tomamos todo dentro del contexto histórico y cultural que ocurrió y luego (en el sentido ordinario se refería a ese tiempo) re-aplicado a nuestras nuevas circunstancias globales, nacionales y locales. Por lo tanto, dado que Deuteronomio 5 es principalmente una reafirmación de los 10 mandamientos originales (como fueron dados 40 años atrás), tengamos en cuenta que ha pasado mucho tiempo, una generación entera ha muerto, y el contexto sustancialmente diferente de cuando fue primero declarado:

Es alrededor de 1300 A.C. que Abraham había muerto por alrededor de 500 años. Moisés está a días de su muerte y un nuevo líder ha sido preparado para reemplazarlo. Él está parado en una colina en Moab dirigiéndose a la generación de jóvenes guerreros que están ansiosos y a punto de participar en la Guerra Santa contra Canaán. La ley está bien establecida y se ha practicado, ahora, por 40 años. El Sacerdocio está funcionando plenamente, el Tabernáculo del Desierto es el lugar de residencia reconocido de Dios en la tierra, y Josué ha sido introducido como el sucesor de Moisés.

Israel es actualmente una nación racialmente mixta de alrededor de 3 millones de personas que consisten en hebreos de sangre completa, extranjeros de varias razas que se han unido oficialmente a Israel, mestizos (el resultado del matrimonio entre estos extranjeros), y de esclavos no hebreos. Miles de extranjeros acampan en las afueras del enorme campamento israelita porque estos extranjeros eligen ser amigos de Israel, pero no unirse a ellos como parte de una nación hebrea. Moisés está hablando a TODAS estas personas, no sólo a algunos, a pesar de que aquellos que realmente están escuchando su voz no son más que los representantes de la gente: los ancianos tribales y caciques.

Con esto de trasfondo vamos a leer Deuteronomio capítulo 5.

LEER DEUTERONOMIO CAPÍTULO 5

En este capítulo encontramos que Moisés está reestableciendo la base para afirmar que él es el único Mediador entre Dios e Israel; es decir, él está diciendo sin rodeos que “estas son las reglas que yo, Moisés, les proclamo a ustedes” (en el versículo 1), pero luego continúa aclarando que él está repitiéndole a ellos lo que el Señor le dijo y lo que muchos de ellos escucharon desde los cielos como niños, una voz aterradora y estruendosa. Moisés también está reestableciendo una base (a esta nueva generación) por qué Jehová es, y debe ser, el Dios de Israel y que su lealtad debe ser solo para Jehová. Y la razón por la que Israel debe obedecer y adorar a Jehová se declara en el primer mandamiento que es el versículo 6: “Yo soy YHWH tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto…..”

Les recuerdo que si bien se convirtió en la norma a lo largo de los siglos ignorar el primer mandamiento original (yo soy YHWH tu Dios) y tomar el segundo mandamiento y separarlo y hacer 2 mandamientos del mismo para que haya la apariencia de 10 y no de 9 mandamientos, este es un error significativo que ha tenido mucho que ver con la inclinación histórica del cristianismo para desheredar al pueblo judío de su legítimo lugar como la gente favorecida de Dios. También ha conducido a una actitud tan arrogante de la Iglesia hacia Israel que las mismos personas a quienes se le confió la Palabra de Dios, los hebreos, ahora se sienten totalmente alienados de su propio Mesías judío. Ellos han sido plenamente convencidos por los cristianos que si creen en Yeshua que equivaldría a aceptar una religión gentil, validando la posición de la iglesia de que los judíos han sido ahora rechazados por el Señor y reemplazados por los gentiles, y por lo tanto estarían dando la espalda a su posición especial dada a ellos como su pueblo separado.

Por lo tanto, dice Moisés, la razón por la que Israel debe mirar a Jehová y a Jehová solo, es porque es Jehová (y no algún otro Dios) el que rescató a Israel de Egipto a través de señales y maravillas nunca antes vistas. Además, ahora se ha establecido que es una locura inclinarse ante otros dioses porque realmente ni siquiera existen. Ellos son dioses falsos no en el sentido de que Jehová es un mejor Dios, sino más bien en el sentido de que son solo invenciones de las inclinaciones insensatas y malvadas de los hombres que tan fácilmente aceptan espíritus elementales y una miríada de objetos creados como dioses o cosas para ser venerados.

Nosotros estudiamos los llamados 10 mandamientos detalladamente cuando examinamos Éxodo 20 hace bastante tiempo atrás, así que no vamos a entrar en detalles ahora, ya que esos mismos mandamientos no son sino reiterados aquí en Deuteronomio 5. En su lugar, sólo resaltaré los puntos principales o indicaré lugares donde la redacción de Deuteronomio 5 difiere un poco de Éxodo 20.

Desde un punto de vista panorámico nosotros vemos que los 10 Mandamientos (los 10 principios rectores de las 603 Leyes que le siguen) se dividen en 2 grupos: los primeros 4 mandamientos hablan de las obligaciones del hombre con Dios, y los restante 6 de las relaciones entre nuestros semejantes. Por favor, tenga en cuenta algo que espero que se haya convertido, o se esté volviendo, aparente: EN NINGUNA PARTE de los 10 mandamientos (o en cualquier parte de la Ley en lo que respecta) el tema de la salvación (como lo pensamos hoy en día) aparece. La ley simplemente no lo trata PORQUE nunca fue su propósito o función principal. Y, a pesar de lo que le puedan haber dicho, los hebreos NO buscaban en la ley la salvación porque no estaba allí y ellos no pensaban que estaba allí. Así que cuando vemos a Pablo explicando que la ley NO era capaz de salvar, simplemente él estaba diciéndole a sus oyentes gentiles no iniciados que NO fueran a buscar la Ley como una alternativa para hacer lo que SOLO el Mesías podía hacer. Puesto que Cristo era judío, y era solamente dentro de la religión y de los convenios de los judíos que el advenimiento de un Mesías tenía significado alguno, entonces era la suposición natural de los gentiles convertidos imitar lo que los judíos hacían: obedecer los rituales exteriores de la Ley. El problema es que Pablo sabía que (si no se les enseñaba lo contrario) los gentiles pensarían equivocadamente que eran esos actos y comportamientos los que les trajeron su Salvación. Y cuando Pablo estaba diciendo cosas similares a los judíos, él simplemente estaba diciendo a estos hebreos que si bien la obediencia a la Ley era buena e importante, el Mesías estaba haciendo algo que la obediencia a la Ley nunca podría hacer.

NO es que en el NT tenemos a Pablo, ni a Jesús, ni a ningún otro escritor diciendo que los cristianos deben ser del antinonismo (palabra que significa anti-ley). Más bien, es que deberían tomar ventaja del Ministerio de Cristo para la Salvación en lugar de asumir erróneamente que tenían una opción B, que era obedecer una serie de reglas y leyes para lograr lo mismo.

Mira: cuando nosotros conocemos a Cristo nosotros no paramos de comer comida. Nosotros no paramos de aprender las Escrituras.

Comer comida no nos trae la Salvación, pero eso no hace que comer sea algo malo. Aprender las escrituras no nos gana la salvación, pero estudiar la palabra no es anticuado e innecesario una vez que hayamos aceptado la salvación. Más bien, cada uno de estos actos tiene un propósito continuo; comemos porque nuestro cuerpo físico requiere nutrición física. Leemos la Escritura de modo que una vez que hayamos sido redimidos por la fe en Yeshua, demos a nuestra mente y alma el alimento espiritual, y para que sepamos cuál es nuestra respuesta esperada a la gracia y el favor de Dios hacía nosotros. Cristo dice que Él es el Pan de Vida: pero nadie tomaría seriamente eso para significar que como Personas Salvas ya no necesitamos comer comida. Él también dice que la Torá será escrita en nuestros corazones; pero eso de ninguna manera quiere decir que debemos dejar de aprender de los caminos de Dios de su Palabra escrita. De la misma manera en que nosotros, por fe, aceptamos a Yeshua como nuestro Salvador, ahora no nos viramos y nos oponemos a las mismas reglas y ordenanzas que el Señor estableció para demostrar Su carácter y para instruirnos sobre cómo vivir la vida redimida.

El segundo mandamiento es reafirmado en los versículos 8-10; y deja claro que Israel NO debe intentar establecer una relación con ningún otro Dios. Eso es bastante directo y no voy a comentar más sobre eso. Lo que YO QUIERO señalar es la naturaleza de la relación del Pacto de Moisés entre Dios y el hombre. Hablé la semana pasada sobre esta falsa dicotomía no-bíblica que se ha establecido en el cristianismo moderno que exige que veamos el AT como el establecimiento de un código legal, y el NT como la introducción de la gracia en el mundo. Parte integral a esto es el punto de vista típico que el Antiguo Testamento fue establecido como un dictador/rey que daba órdenes impersonales que debían ser obedecidas o de lo contrario; y alternadamente que el NT es todo acerca de una relación entre Dios y el hombre que no establece ninguna obligación sobre nosotros, los salvos.

Nosotros todos hemos escuchado a los pastores decir correctamente que el cristianismo no es una religión, sino que una relación. Bueno, exactamente eso mismo era cierto desde el principio. Es un axioma bíblico fundamental que los convenios entre Dios y el hombre están basados en la relación. Por lo tanto, nosotros obtenemos la fórmula de la relación en frases del AT como “ Y os tomaré por pueblo mío, y yo seré vuestro Dios” (Éxodo 6:7). O en Lev. 26:12, “Yo seré tu Dios y tú serás mi pueblo”. Note la ecuación: Dios dice que esto es lo que yo seré para ustedes, y consecuentemente esto es lo que USTEDES serán para mí. Y que aunque Dios ofrece esta perspectiva de una relación armoniosa, queda de uno aceptarla o rechazarla. ESA es la definición misma de una relación y tiene la misma base que nuestros votos de matrimonio humanos (que siempre fueron destinados a ser una ilustración física y visible de nuestra relación espiritual e invisible con el Señor). Observe que en una ceremonia de matrimonio la pregunta que se le hace a la novia, “¿tomarás a este hombre para ser tu esposo”, y para el novio, “tomarás a esta mujer como esposa?” Ambas partes deben acordar entrar libremente en esta relación. En el caso de que Dios establezca que Israel será Su pueblo y a cambio Él será su Dios, y en el caso del matrimonio humano, ambas partes DEBEN estar de acuerdo, ambas partes tienen obligaciones, y ambas partes tienen legitimación legal.

Si el Señor sólo dijera: “Yo seré tu Dios” y a Israel no se le da ninguna opción en el asunto, entonces la toma y daca falta y por lo tanto no hay ninguna relación sino servidumbre. Si en una ceremonia de matrimonio el hombre declara: “serás mi esposa”, pero a la mujer no se le preguntó si quería casarse con este hombre, entonces no hay ninguna relación sino subyugación.

El tercer mandamiento es que el nombre del Señor no debe ser mal utilizado. Este puede ser el mandamiento peor caracterizado de los 10. Este mandamiento es primordialmente sobre una cosa: no invocar el nombre de Dios como garantía en un juramento que es falso o uno que usted no tiene ninguna intención de guardar. Esta idea moderna de la mala pronunciación accidental de su nombre formal (YHWH) como el punto de este mandamiento; o que debemos abstenernos de decir Su santo nombre no tiene ningún fundamento en las Escrituras. El Talmud deja claro que la prohibición que los judíos eventualmente adoptaron (comenzando alrededor de 300 A.C.) de NO pronunciar el santo nombre YHWH no tuvo NADA que ver con este 3er mandamiento. Más bien, llegó a considerarse una cuestión de reverencia propia. Hay varias razones indicadas en el Talmud, y también en escritos por Philo y Josephus, en cuanto a porqué vino ser considerado irreverente decir el nombre formal de Dios y mientras que no hay una sola razón definitiva indicada, en general tenía que ver con una costumbre del Oriente Medio que decía que no era respetuoso para un hijo o hija pronunciar los nombres de sus padres. Por extensión la misma fue llevada al nombre del Señor porque el Señor fue reconocido como Abba, el Padre celestial de los hebreos. Permítanme decir enfáticamente: lo que estoy diciendo NO es mi opinión, es simplemente historia registrada en documentos judíos para cualquier persona que tenga el tiempo o el interés de encontrar y leer por sí mismos.

En tiempos de antigüedad, la invocación de votos y juramentos eran acontecimientos comunes; por definición, un voto o juramento implicaba el uso del nombre de un dios u otro. Si no se invocaba el nombre de un dios, entonces no HABÍA juramento o voto que le atara legalmente. La intención primordial de este 3er mandamiento es que el nombre del Señor no sea invocado descuidadamente o frívolamente al hacer votos y juramentos. Y en los libros posteriores del AT y las escrituras aún posteriores del NT, el consejo que se da es mejor no hacer votos y juramentos (siempre que sea posible) porque SI una persona invoca el nombre de Jehová en un voto o un juramento, el Señor espera que los términos sean completados independientemente del contenido o la intención. Una de las historias más infames de la Biblia es acerca de un hombre llamado Jefté que hizo de su propia hija un sacrificio de holocausto debido a un voto apresurado que había hecho a Jehová, sin esperar este horror como resultado. De hecho: fue un voto por el cual Jefté se acercó al Señor Y estableció los términos; Ciertamente, el Señor no lo pidió, ni Él condona, la vida humana como sacrificio.

El cuarto mandamiento es observar el Día de Reposo. Yo creo que he discutido lo suficiente este asunto, así que no voy a profundizar. Tenga en cuenta que el Shabat es el nombre propio de un día específico. De hecho, en cualquier buena traducción, la redacción es “observar el Día de Reposo”. Mientras que esto es aceptable, todavía pierde la marca un poco porque literalmente lee, “Observe el Shabat”.

El punto es que el Shabat no es solo un día, sino que es un día específico que el Señor ha ordenado como santo. Dos cosas: se define bíblicamente como el séptimo día de la semana, no el último día de cualquier período de 7 días de NUESTRA elección. En ninguna parte de las Escrituras lo hace cualquier otro día. Además es la SANTIDAD del día lo que es clave. El Señor ha establecido este día en particular, aparte de todos los demás, y lo hizo santo. Pregunta: ¿quién hace algo sagrado? ¿Puedes TU declarar que algo es sagrado? ¿Puedes TU tomar algo ordinario y por el “poder que se te confiere” hacerlo santo? ¿Qué hay de su pastor; puede hacer algo común en algo santo? Claro que no. Hacer algo…..cualquier cosa….mentiras santas únicamente dentro de la providencia de Dios.

Nosotros no podemos elegir cualquier día que deseemos y luego por nuestra propia autoridad declararlo santo. El sábado es MUCHO MÁS que un día de descanso. Si fuera simplemente un día de reposo físico, entonces ciertamente no tendría el carácter sagrado que YHWH le ha dado. Por el contrario, cada vez que tomamos un día libre de trabajo…. por la razón que sea…… no hace ese día un día de reposo. El mundo pagano tenía días libre, y el gobierno normalmente controlaba el día que podría ser. Tenían días para celebrar el invierno y solsticios de verano; tenían días para celebrar la inauguración de un nuevo rey; tenían días para celebrar y adorar a sus numerosos dioses; tenían días libres para celebrar el final de la temporada de cosecha. Eran días de descanso, pero no eran EL DÍA DE REPOSO. El día de reposo es una observancia semanal del milagro de la Creación.

Mira, se cita correctamente que Jesús dijo que el Día de Reposo fue hecho para el hombre, no el hombre para el Día de Reposo. Pero el punto no es que el único PROPÓSITO del Día de Reposo era que el hombre pudiera tomarse un día libre de trabajo, el mismo era para que el hombre pudiera disfrutar y refrescar su relación con Dios. El tiempo libre fue de hecho útil para el hombre y el animal para rejuvenecerse físicamente, pero sobre todo era para que el hombre pudiera recordar lo que el Señor ha hecho por él al redimirlo y al crear todo alrededor del hombre que nos sostiene. El que nosotros descansemos no hace algo por Dios; el que nosotros reflexionemos sobre él y le obedezcamos observando el día que él ha quitado de los días comunes de la semana y lo ha separado y bendecido como especial, es lo que honra a Dios.

Nosotros ahora hemos repasado los mandamientos (1 a 4) que tienen que ver con la expectativa de Dios de que nosotros (como Sus adoradores) reconozcamos Su nombre, Su naturaleza, Su identidad y Su día santo. Con el mandamiento número 5 hay un cambio de lo que el Señor exige de relaciones orientadas entre humanos; y éstas cubrirán específicamente la obligación de los niños a sus padres, y cómo uno debe honrar y proteger la vida, la persona, la propiedad y la reputación de nuestros vecinos y de la sociedad en general. Podríamos decir razonablemente que estas son reglas humanitarias establecidas por el Señor.

El quinto mandamiento entonces es para describir nuestra relación correcta con los seres humanos más importantes de nuestra vida, nuestros padres.

Al igual que en Levítico 19, donde los sacerdotes son amonestados a venerar a sus padres, los 10 mandamientos lo hace un deber no sólo para la clase sacerdotal sino para todos los que deseen ser parte de Israel para reconocer que entre las relaciones humanas las obligaciones a los padres reinan supremo. Curiosamente, este mandamiento se utiliza generalmente para obtener la atención de los niños en edad escolar cuando se trata de ser obediente a sus madres y padres, pero eso no es lo que se veía durante las diversas épocas bíblicas. Más bien, esto es más acerca de cómo los hijos adultos debían cuidar a sus padres cuando lo necesitaban y acerca de cómo los hijos adultos debían seguir mostrándolo respeto para con los ancianos. Es interesante que este tema es tan importante en la lista de Dios que en Levítico 19:3 Él esencialmente pone el mostrar respeto adecuado a los padres como una obligación social humana en el mismo nivel que la observación de Shabat es nuestra obligación a Dios. Porque ese versículo dice: “ Cada uno de vosotros ha de reverenciar[a] a su madre y a su padre. Y guardaréis mis días de reposo; Yo soy YHWH tu Dios”. Los padres terrenales y el padre celestial deben ser honrados y obedecidos.

Otra nota interesante es que muy a menudo en las Escrituras la frase usada para denotar los padres de uno es “tu madre y padre”, poniendo la palabra “madre” primero. No es que la intención sea nunca poner a la madre por encima del padre; más bien es poner a la madre y al padre igual en lo que era una sociedad dominada por los hombres. Puesto que Dios no valora un sexo por encima del otro, tampoco debe un niño poner las necesidades de un padre por encima del otro. Las mismas son iguales ante los ojos del Señor y por lo tanto deben ser iguales en los ojos del niño. Los rabinos estaban plenamente de acuerdo con esta opinión y mucho de esto está escrito en el Talmud a este efecto.

También es interesante notar que de todos los 10 mandamientos, éste concerniente a la instrucción de honrar a los padres es el ÚNICO que promete una recompensa para todos los que la obedecen; dice que al hacerlo, la vida se prolongará en la tierra y que uno “hará bien” o mejor, “tendrá bienestar”.

Los mandamientos sexto, séptimo, octavo y noveno son muy breves y todos están contenidos en un versículo. El sexto mandamiento es que uno no debe ratsach. Ratsach es la palabra en hebreo para asesinato. La misma NO significa matar. Uno no iría a cazar, por ejemplo, y ratsach (asesinato) un ciervo. El propósito de este mandamiento es muy limitado en su alcance y significa específicamente que un hombre no debe matar INJUSTAMENTE a otro ser humano. Las ejecuciones jurídicas NO concierne este mandamiento. La muerte en batalla no concierne este mandamiento. Incluso el homicidio involuntario (en el sentido de que no hay intención de matar a alguien, ni es la muerte el resultado de una negligencia grave) no concierne a este mandamiento. La palabra clave es “injusta”. Y por cierto, el castigo legal mediante la ejecución de una persona que ha cometido un homicidio injusto es ESPERADO y EXIGIDO por el Señor.

El séptimo mandamiento es que uno no debe cometer adulterio. El adulterio bíblico significa las relaciones sexuales de común acuerdo entre una persona casada y otra persona fuera de ese matrimonio. También podría significar una esposa tomando el lado de un hombre en contra su marido en un desacuerdo serio.

TODAS las sociedades del Oriente Medio de esta época generalmente veían las relaciones extra-matrimoniales como una cosa muy mala y la mayoría de estas mismas sociedades castigaban gravemente al perpetrador, generalmente con la muerte. En realidad, una ley similar al séptimo mandamiento era bastante usual y habitual entre la mayoría de las sociedades en esta época.

El octavo mandamiento es que uno no debe robar. Esto significa exactamente lo mismo a la forma en que lo pensamos hoy en día; no debemos tomar algo de alguien que no nos pertenece legítimamente. Algunos rabinos dijeron que este mandamiento incluía el secuestro (la toma ilícita de un ser humano) aunque eso es un poco exagerado. Más bien esto se trata de propiedad personal y la prohibición contra alguien que tiene su propiedad injustamente tomada de ellos.

El noveno mandamiento es que uno no debe dar falso testimonio en contra de otro. En nuestro vocabulario moderno esto se refiere al perjurio. Generalmente esto NO significa evitar decir una “mentira” en una conversación. Más bien, esto es más acerca de hacer una acusación falsa, de hacer mal contra de alguien que podría conducir a una sanción penal, y se trata de no decir la verdad en un tribunal de justicia que podría o bien exonerar a los culpables o condenar a los inocentes.

Ahora el décimo mandamiento es algo único porque mientras que todos los demás hablan de acciones concretas y comportamientos externos, éste dice que una persona no debe “codiciar” algo que le pertenece a otra persona; así que esto tiene que ver con el ESTADO MENTAL. Codiciar significa tener diseños secretos para hacer algo tuyo al que no tienes derecho alguno. Por lo que ciertamente tal estado mental podría eventualmente ser manifestado en una acción para adquirir erróneamente lo que está siendo codiciado, pero ese NO es el punto de este mandamiento.

La primera cosa que uno no debe codiciar es la esposa de su vecino; eso es que uno no debe mirar con lujuria a la mujer casada y quererla para sí. La siguiente cosa que no debes ansiar o planear para adquirir erróneamente es la casa de tu vecino. Esto NO significa su lugar de residencia: la tienda o cabaña o edificio donde uno vive. Casa, según es usada aquí, es en el sentido de “familiares”, las personas que forman su familia extendida. Anteriormente he compartido con ustedes que el modo de operación común de la mayoría de las épocas bíblicas para un clan o una tribu aumentar su poder y riqueza era la toma a la fuerza de personas, a menudo familias enteras. Tuvimos un ejemplo directo de esto cuando los hijos de Jacob hicieron exactamente lo mismo cuando permanecieron un tiempo en Siquem, y tomaron a la gente en retribución por la violación de la hija de Jacob, Dina. Esto aumentó dramáticamente el tamaño de la tribu de Jacob porque los israelitas adquirieron familias enteras de personas.

La reiteración de los 10 mandamientos está ahora completada y Moisés le recuerda al pueblo que fueron ESTAS 10 leyes las que la gente escuchó directamente de Dios, con sus propios oídos. Las 603 leyes que vinieron después fueron dadas a Moisés y luego él se las pasó a la gente.

Moisés también recuerda a la gente que Dios estaba dispuesto (y Moisés habría estado perfectamente feliz) a continuar dando Su Torá directamente a ellos con Su propia voz divina para que todos lo escucharan, pero su temor a la impresionante presencia del Señor los llevó a suplicarle a Moisés que le pidiera a Dios que PARARA de hablar y en su lugar Moisés se comportara como su Mediador.

Los siguientes par de versículos, 26 y 27, añaden una información interesante; dicen que Jehová realmente elogia a Israel por su actitud de preferir a Moisés a recibir la Ley, a su posición en la presencia de Dios y a escuchar las Leyes del Señor. Esto es importante porque el Señor no vio a Israel como débil o supersticioso o indigno de oír Su voz; más bien, él vio su petición de obtener las leyes a través de Moisés como la respuesta APROPIADA a su genialidad y un acuerdo con Dios de que Moisés era Su Mediador autorizado. Israel había obtenido un temor y una reverencia saludables por Jehová y mientras lo conservaran y obedecieran los mandamientos de la Torá, entonces ” les iría bien a ellos y a sus hijos, para siempre”.

Hay un par de principios fundamentales de Dios contenidos en esa declaración más bien inocua: primero, el Señor bendecirá grandemente a aquellos que determinen mostrarle el respeto adecuado y lo sigan en obediencia. Segundo, es que el hombre SÍ tiene una opción; el Señor no va a obligar a nadie a obedecer o a ser forzado a servirle a Él. En términos generales, el Señor NO controla a un hombre como una marioneta, ni la mente de un hombre ni las acciones de un hombre.

Puesto que en el versículo 27 la gente quería que Moisés recibiera el resto de la Torá en vez de ellos, Jehová le dijo a Moisés que dejara ir de regreso a la gente a sus tiendas. Entiende que ellos NO fueron despedidos excepto que ellos pidieron que los dejaran ir. Tampoco ellos no fueron puestos bajo algún tipo de arresto domiciliario; NO se les ordenó ir y quedarse en sus tiendas mientras Moisés recibió la ley. Más bien, las personas simplemente se les permitían regresar a sus moradas desérticas y no permanecer y oír las palabras de Dios. Y, por supuesto, junto con la instrucción para que el pueblo fuera despedido, a Moisés se le dijo que permaneciera donde estaba para que el Señor pudiera terminar lo que Él comenzó.

Esta porción del discurso de Moisés para la gente termina con el punto principal de todo este sermón: esto es lo que debe ser aprendido (y esperemos que no se repita) de lo que sucedió en el Monte Sinaí, y luego todas las desventuras que ocurrieron después lo que causó la muerte de decenas de miles de Hebreos, y la misma es que la Torá que Moisés está en proceso de enseñar a esta nueva generación de israelitas debe ser seguida y obedecida, o esta nueva generación puede esperar consecuencias similares a las que recibieron sus padres.

La próxima semana comenzaremos el capítulo 6.

Deuteronomio Lección 6 Capítulo 4 Conclusión

Deuteronomio

Lección 6, Capítulo 4 Conclusión

Continuemos con nuestro estudio del capítulo 4 de Deuteronomio; mi elección personal como tal vez uno de los 10 capítulos más críticos y centrales en toda la Biblia para entender al Dios de Israel, sus atributos y carácter, los principios que rodean TODAS sus leyes, lo que sucede a los que SI obedecen, lo que sucede a los que se rebelan, y como la respuesta adecuada de un adorador debe ser para la redención y la liberación que Él nos ha dado a nosotros.

La semana pasada tomé varios minutos para recordarle de por qué es que particularmente en nuestros días y era, nos corresponde recuperar la palabra de Dios y dejar de depender de doctrinas y tradiciones desgastadas y equivocadas de los hombres que (aunque tal vez sirvieran de un propósito útil por un tiempo en la historia de la salvación) desechó la Torá e Israel en favor de las filosofías intelectuales y la preeminencia de los gentiles. Una de las cosas más perturbadoras que ha sido enseñada por los cristianos desde la época de Constantino (siglo IV D.C.) es que el atributo de Dios que los cristianos más confían en (su gracia), se produjo sólo en el momento de la llegada de Jesucristo y no estaba en juego antes; y por lo tanto la gracia es un fenómeno o dispensación estrictamente del Nuevo Testamento.

Y esta creencia aparece principalmente en el axioma firmemente arraigado de la iglesia, que la elección más grande que se presenta a cada ser humano en cuanto a nuestra relación con el Señor es seleccionar entre “Su Ley y Su Gracia”. Que elegir de una manera es correcto y de la otra está equivocado; que la Ley y la Gracia son mutuamente excluyentes y no tienen ninguna conexión entre ellas. Que elegir la Ley es negar a Cristo y elegir la Gracia es aceptarlo. Naturalmente, como los paganos o los ateos no tienen ningún concepto de estos términos (Ley y Gracia) este desafío está enraizado principalmente como un repudio de la religión del pueblo judío. O mejor dicho, los creyentes gentiles deben hacer una elección entre el camino de los judíos (la Ley), y el camino de Cristo (la Gracia).

Pero, ¿es realmente esta la elección que nos presenta? ¿Es acaso la Ley el enemigo de la Gracia, y la Gracia el oponente de la Ley? Me encontré una declaración maravillosamente articulada que pone en perspectiva esta dicotomía de la Ley versus la Gracia. Y lo que lo hace más interesante es de donde sale: estoy sacando esto de uno de los comentarios más progresivos, modernos, académicos y admirados de la Biblia, el Comentario Bíblico Mundial. Este trabajo de múltiples -volúmenes es recomendado por la mayoría de los seminarios evangélicos contemporáneos y colegios bíblicos como tal vez el último y más actualizado Comentario Bíblico en la existencia de hoy, ya que se publicó por primera vez hace sólo unos 10 años.

Duane Christensen, el editor del volumen de Comentarios Bíblicos Mundiales sobre Deuteronomio, es nada más y nada menos que un conservador o un apologista para Israel y el pueblo judío; su entrenamiento es de MIT y Harvard, así que no creo que tenga que decir mucho más.

El profesor Christensen habla de una realidad innegable que el Señor le ha mostrado sobre el Antiguo Testamento y quiere que otros cristianos y estudiantes serios de la Biblia se beneficien de la misma; Citó:

“La visión popular que identifica la Ley con el AT y el evangelio con el NT ciertamente no se sostiene si hacemos una lectura cuidadosa del libro de Deuteronomio según G. Braulik ha mostrado. Para entender el libro de Deuteronomio, uno debe reconocer la gracia PREVIA de Dios para los pecadores; es decir, la PRIORIDAD DEL EVANGELIO (gracia) SOBRE LA LEY EN EL AT así como en el NT. Aunque Deuteronomio enfatiza que la obediencia a la Torá de Dios es esencial, enfatiza aún MÁS que tal obediencia depende de la gracia de Dios…… “

Permítanme decirlo de otra manera: la gracia de Dios está contenida EN SU LEY, y la Ley demuestra su gracia. Su ley y Su gracia son inseparables y el propio espíritu de obediencia y de ejecución de la Ley se basa en la gracia. Hablar de uno sin el otro es como hablar de Yeshua y del Espíritu Santo como mutuamente excluyente. Que Yeshua o el Espíritu Santo pudieran existir y funcionar sin el otro, o que el proceso Redentor es el trabajo exclusivo de uno y no del otro es impensable y desafiaría todo principio bíblico de quién Dios es. Remuevan la obra del Espíritu Santo y nuestra salvación no puede ser. Quiten la obra de Yeshua y nuestra salvación no puede ser. Ciertamente podemos hablar de Yeshua y del Espíritu Santo por separado; y podemos estudiarlas y discutirlas de manera aislada e incluso aplicar diferentes términos y características, pero prácticamente hablando no pueden ser separadas. Dios, una y otra vez, dice que Él es Echad, uno, una unidad divina que no puede ser separada. Estamos pisando un terreno peligroso cuando nuestras doctrinas buscan enfatizar o incluso preferir uno por encima del otro, e incluso llegar a decir que uno podría existir y operar y el otro dejar de existir o ya no tener una función significativa.

Así mismo es con la Ley y la Gracia. Ciertamente podemos, hasta cierto grado, identificar los propósitos únicos y los atributos inherentes de cada uno, pero no podemos más elegir entre la Ley y la Gracia (o la ley y el Evangelio) como es casi universalmente exigido por la iglesia, de lo que podemos elegir entre el Espíritu Santo y Jesucristo. El Rabino Baruch y yo estuvimos discutiendo este tema hace un tiempo atrás, y le dije que se me ocurrió que la iglesia regular se había vuelto tan dispuesta a hacer exactamente esto, que para un creyente simplemente determinar que él o ella será obediente a los mandamientos de Dios, o incluso tomarlos en serio, ahora se llama “legalismo” o el deseo de adoptar el Judaísmo.

Por lo tanto, por favor tomen las palabras de apertura de hoy como un recordatorio del contexto de Deuteronomio (y toda la Torá para ese asunto) que la gracia está en el centro, que la gracia es indispensable en todas las etapas de la interacción de Dios con los seres humanos de cualquier edad, y que las leyes contenidas aquí están orgánicamente conectados a, y construido sobre, y dependiente de la gracia de Dios. En la economía de Dios sin gracia no puede haber Ley.

Volvamos a leer algo de este maravilloso capítulo que es tan esencial para nuestra comprensión de la Palabra en general.

VOLVAMOS A LEER DEUTERONOMIO 4:21 – HASTA EL FINAL

Continuando en Deuteronomio 4:21: después de su diatriba contra la adoración de ídolos, Moisés se va por la tangente un poco y, una vez más, llora el hecho de que, aun como el Mediador del Señor (uno de los dos Mediadores que jamás exista), no va a disfrutar de los frutos de la Tierra Prometida (como lo hará su audiencia juvenil, la segunda generación del Éxodo) debido a las acciones de los israelitas que provocaron su comportamiento errático. Por lo tanto, Moisés dice, toma nota de lo que me está sucediendo (es decir, que a Moisés se le prohíbe entrar en la Tierra Prometida) y cuida que TU obedezcas escrupulosamente todos los elementos del Pacto que el Señor ha hecho con Israel para que no te suceda a ti. Y esto es así puesto que el Señor Dios es un fuego consumidor, y no es posible que nada o cualquier persona pueda resistir Su juicio por pecar, y el Señor no tiene excepción de personas por lo que su estatus socioeconómico o político no le ayudará (ni siquiera Moisés está exento cuando tiene que ver con las ofensas en contra de Jehová).

En este capítulo Moisés TODAVÍA les advierte al pueblo a que tengan precaución de no caer en la adoración hacía los ídolos, él les dice que tengan cuidado de no romper el mandamiento en contra de todas las formas de idolatría, que como resultado pueden perecer. Tengan en cuenta que perecer no significa “totalmente destruido” en el uso actual; en realidad significa más como “traído a la ruina”, o “severamente y dolorosamente castigado y deteriorado”. Ahora noten algo interesante y que implica un principio que realmente nosotros no hemos visto ser utilizado de esta manera hasta ahora: en Levítico era un requisito ordenado por Dios que cualquier juicio judicial que implicaba un asunto que podría resultar en la pena de muerte, tenía que descansar en el testimonio de al menos dos testigos. Estos crímenes fueron, por supuesto, siempre considerados ante todo como actos de desobediencia hacia Dios e incluyeron las peores ofensas como el asesinato, el adulterio y la idolatría.

Sé que muchos de ustedes son aficionados a la profecía, así que aquí hay algo que podría interesarle. Aunque no vamos a seguir el hilo del principio de “los dos testigos” a través de la Biblia y discutirlo a profundidad hoy (aun cuando es interesante hacerlo), quiero que usted reconozca que los misteriosos Dos Testigos que aparecerán durante el tiempo de la Tribulación en Jerusalén (los dos testigos del Señor que el Anticristo matará y dejará sus cuerpos en las calles de Jerusalén para que todo el mundo lo vea) no son más que una extensión del requisito que el Señor estableció que DEBE de haber al menos dos testigos para juzgar a un hombre para destrucción (la pena de muerte). Aquí en Deuteronomio Moisés invita a los dos testigos en contra de Israel a ser los cielos y la tierra. Moisés dice que él llama a los cielos y a la tierra como los dos testigos requeridos en contra de Israel si cometen idolatría. Esta ley de dos testigos era una ley legal absoluta en el sistema de Justicia del Señor, una que Dios incluso impuso sobre Sí Mismo (es por eso que en el fin de los tiempos los Dos Testigos son una necesidad, ya que Él está condenando a todos los incrédulos a la muerte física y eterna). Dado que el castigo por la idolatría era la muerte, si Israel fuese a perecer (iba a ser castigado catastróficamente) como una nación a consecuencia de su idolatría corporativa,

¿QUIÉN podría ser dejado para calificar como los DOS testigos para testificar en contra de ellos? Moisés dice que serán los cielos y la tierra porque están sujetos a Dios de la misma manera que la humanidad.

Por lo que, Moisés dice, que no será HASTA CUANDO ustedes (Israel) vuelvan de nuevo adorar ídolos que todas las maravillosas promesas de la tierra y la seguridad y la paz se revertirán. En el versículo 27, Moisés dice que Jehová quitará a Israel de su tierra y los esparcirá a otras naciones (todas las naciones gentiles, por supuesto) y que aunque no TODOS los israelitas serán asesinados en esas naciones, muchos si serán, y muchos más simplemente se asimilarán y perderán su identidades hebreas. De hecho, Moisés dice que sólo unos pocos sobrevivirán el exilio. Luego dice algo que creo que ha sido un tanto malinterpretado; Moisés dice que en esas naciones gentiles Israel servirá a dioses hechos por el hombre, dioses falsos.

En general, se ha dado por sentado que este versículo significa que los hebreos serán perseguidos y se les forzara a inclinarse ante los dioses de esas naciones. Históricamente hablando esto ciertamente ha ocurrido en casos aislados (como se demostró en la historia de Sadrac, Mesac, y Abed-nego y el horno de fuego cuando los judíos fueron exiliados a Babilonia); pero en la gran mayoría de los casos el hebreo no se vió forzado a adorar a otros dioses porque eso simplemente no era el pensamiento o los métodos de los antiguos conquistadores del Medio Oriente de la Era Bíblica.

Más bien, la consecuencia son que los israelitas harán lo que toda la gente hace: se asimilarán a un grado u otro en cualquier cultura a la que fueron exiliados. O, igual de amenazante, no serán permitidos por el gobierno de esa cultura de continuar abiertamente con sus prácticas de adoración a Jehová ya bien establecidas (como se describe en la Torá) para que ellos se comprometan y por consiguiente pasen desapercibidos. O quizás peor, porque por definición ya no residirán en la Tierra Santa de Dios (Israel), y como el Templo era el único lugar donde podían ir a sacrificar y a expiar por sus pecados en contra de Dios, su estado espiritual AFUERA de la Tierra era como si fueran deshonrados y nunca más podían ser purificados. Peor aún, como fueron profanados e impuros, esto automáticamente significaba que no podían comunicarse con Jehová.

Permítanme poner el horror de esto en perspectiva: esto sería como, si a un cristiano, se le ha arrancara la salvación. No QUERÍAS que te lo quitaran, pero de todos modos te lo quitan. Conservaste un recuerdo completo de la misma, por qué era tan crítico para ti poseer, un deseo de mantenerlo, y no tenías intención de perderlo, pero las consecuencias de tus acciones fueron tan graves para Dios que Él te entregó a las fuerzas del mal y Él Mismo se separó de ti. ¿Te imaginas una cosa como esa? ¡Aun cuando no vamos a entrar a ver si es posible que suceda eso para un creyente (y generalmente hablando NO es posible, así que relájense), pero sólo imagina si lo fuera! Eso equivale a lo que Moisés está diciendo que le sucederá a Israel (y de hecho sucedió) si se rebelan en contra de Dios (y de hecho la transgresión central de esta rebelión es cometer idolatría).

En mi seminario de las Raíces Hebreas del Cristianismo yo trato de hacer entender el estado de ánimo de los judíos en Babilonia; cuán conscientes ellos estaban de su exilio no sólo de su patria de Judá sino también de Dios mismo. Ellos sentían que el mismo aire que respiraban estaba profanado; la comida que comían era impura, no era kosher; que vivían en un estado perpetuo de inmundicia de la que no había escapatoria. Las mujeres no podían purificarse apropiadamente y legalmente de sus ciclos mensuales, ni podían los hombres purificarse después de tener intimidad sexual con sus esposas como era requerido por la Ley. Ellos no pudieron obedecer el mandamiento de hacer las 3 peregrinaciones cada año a Jerusalén para los festivales ordenados por Dios; no podían diezmar, los sacerdotes no podían enseñar ni realizar sus rituales de sacrificios, por lo que los judíos no podían ofrecer un sacrificio de expiación cuando pecaban. Ellos estaban en el infierno.

¡Sin embargo, Moisés dice que el rescate y la restauración son posible para el pueblo de Dios! Él dice que si (aun cuando sea difícil de hacer en las circunstancias de exilio), ellos se arrepienten y buscan a Dios con todo su corazón y alma (recuerda, en la Biblia la palabra “corazón” es sinónimo de nuestra palabra moderna “mente”), Él PERMITIRÁ que Israel reavive su relación con Él. Y esto es porque (como dice en el versículo 31) otro atributo de Dios que opera en el otro extremo de la escala de su ira es su compasión y misericordia. Él dice que a nivel corporativo o nacional Él NO permitirá que Israel sea aniquilado como un pueblo identificable y que Él NO olvidará su promesa de pacto que Él hizo con los padres de Israel. Esto es tan fundamental para nuestro entendimiento general de la Biblia.

Primero, cuando se dice “vuestros padres” es sólo otra forma de decir “los Patriarcas”, es decir, Abraham, Isaac y Jacob. Así que esto tiene a Moisés diciendo que Jehová no le fallará a Israel ni dejará que Israel (como pueblo) sea completamente aniquilado; y que no se olvidará del Pacto con Abraham (el Pacto hecho con Abraham, luego entregado a Isaac, luego entregado a Jacob).

En segundo lugar, tenemos que entender cuál es el significado de este concepto del Señor de no olvidar el Pacto con Abraham: “olvidar” un pacto significa abolirlo, invalidarlo. Mediten en eso por un minuto. Una y otra vez en el AT, el Señor dice lo mismo: nunca olvidará (nunca invalidará) su pacto con Abraham. Yeshua, por supuesto, respalda eso en Mateo 5:17 cuando dice que él no vino a invalidar, abolir, “olvidar”, la Torá y su contenido (que es donde se establecen los pactos). Permítanme decirlo de nuevo: en el pensamiento hebreo el OLVIDAR una promesa o un pacto es abolirlo o abrogarlo; RECORDAR una promesa o un pacto es validarlo, sostenerlo y seguir sus términos. Particularmente en lo que concierne a Dios, olvidar y recordar no tiene nada que ver con Su memoria o su capacidad de recordar.

Ahora, yo les dije que Deuteronomio 4 está repleto de cosas importantes, así que aquí hay otro concepto importante que pasa zumbando por delante de nosotros. Aun cuando tú y yo acabamos de leer este pasaje y decimos: “OK, así que Dios dice que, como él es compasivo dondequiera que sea que, se dispersen, Él permitirá que los israelitas lo busquen a Él”. Eso es genial, pero bastante sencillo. Bueno, sólo es sencillo para nosotros porque entendemos que existe solo un Dios.

Los hebreos de esa era NO creían eso. De la misma manera como ustedes y yo nunca discutiríamos el punto que el mundo consiste en una multitud de varios grupos de personas: los negros, los marrones, los blancos, los asiáticos, y así sucesivamente, así mismo los hebreos simplemente tomaban como conocimiento común que el mundo espiritual consistía de un multitud de dioses, cada uno dedicado a uno u otro de los varios grupos y naciones de personas. Solo que Jehová es el dios particular de Israel. Por lo que en Deuteronomio, Moisés está (por primera vez que yo puedo detectar en la Torá) comenzando a hacer que sea claro que Jehová es el ÚNICO Dios en existencia, no sólo el único dios de Israel. Así que Moisés le está diciendo a Israel que CUANDO ellos estén esparcidos por toda la tierra debido a la idolatría que ellos VAN a cometer, que se consuelen en saber que su Dios estará dondequiera que ellos estén. Que (a diferencia del pensamiento universal de esa era) los hebreos no tendrán que cambiar la lealtad al dios o a los dioses de cualquiera que sea la nación en la que terminen, con el fin de tener algún dios u otro para ayudarlos. Que el poder y la presencia de Jehová están en todas partes en esta tierra y que Él no está restringido por las fronteras territoriales, como lo están los dioses inexistentes de las naciones paganas.

Mira: esto fue probablemente tan difícil para Israel creer inmediatamente como verdad (porque iba en contra de lo que en ese momento pasaba por el sentido común), como lo es inicialmente para los nuevos cristianos aceptar que un atributo divino de Dios llamado “el Espíritu Santo” ha invisiblemente y de otra manera indetectable tomado residencia dentro de nosotros. Por una parte, las autoridades eclesiásticas confiables nos dicen que este es el caso; y ESPERAMOS que esto sea así, pero por otro lado, ¿cómo probar y verificar tangiblemente tal cosa? La única manera es a través del tiempo y la experiencia con el Señor que comienza con la fe sencilla. Por lo que vamos a tratar de entender cuan revolucionario era este concepto del que Moisés estaba hablando aquí. Pero también tratemos de comprender que otra parte de lo que Moisés estaba diciendo era ominosamente profética: que en el futuro Israel SE rebelaría en contra de Dios por medio de la idolatría, ellos SERÍAN expulsados de la tierra y dispersados, SERÍAN asesinados y sometidos a subyugación en las naciones gentiles, ellos SERÍAN puestos bajo presión por la sociedad de adorar a otros dioses, y muchos (sino la mayoría de los Israelitas) sucumbirían a un elemento u otro de esto.

En realidad, Moisés pone esto en términos generales que sólo la retrospectiva nos permite validar la verdad en ella: no es que Israel hiciera esto en UNA ocasión y entonces Dios respondería con el exilio, sino que lo que se está introduciendo a Israel es un principio que sería repetido en ciclos regulares; Israel SE rebelaría en la idolatría y Dios, cada vez, respondería de la misma manera con el exilio de su patria.

Pero como siempre, Moisés trae un equilibrio a la situación. La restauración ocurrirá igualmente de seguro como Israel se rebelaría. Y comenzando en el versículo 31, Moisés dice que los fundamentos para esta esperanza de restauración y reconexión con Dios que Israel siempre debe esperar es doble: 1) porque el Señor amó a los patriarcas y 2) porque Dios es inherentemente misericordioso. Y desde aquí Moisés da un sermón sobre este concepto radical de que YHWH es el único Dios que existe.

Este sermón que introduce a Israel al monoteísmo dice que la PRUEBA de que sólo hay un Dios y que su nombre es YHWH está contenida en la historia misma. Que desde el momento en que la tierra se formó hasta hoy, ¿qué sociedad o cultura alguna vez le ha sucedido tales cosas como le ha sucedido a Israel? ¿Qué sociedad HA ESCUCHADO realmente la voz de Dios? No sólo algunos sacerdotes AFIRMANDO que ellos escucharon a un dios, sino más bien que la población en general siendo testigo ocular de lo ocurrido. ¿Cuándo ha existido alguna vez un Dios que apartó a un grupo seleccionado de personas del mundo en general, les dió una Ley y un pacto, derribó la destrucción sobrenatural de sus opresores (como en Egipto), y luego los condujo por medio de una nube VISIBLE y un pilar de fuego que estaba disponible no sólo para que Israel lo viera, sino que para cualquier persona en proximidad cercana fuera testigo?

Hermanos permítanme explicarle algo que tal vez usted no ha considerado: ¿Sabes POR QUÉ Israel es visto como extraño y raro y amenazador desde el momento de su santificación y separación justo hasta hoy en día? Moisés te lo está diciendo en Deuteronomio. Es porque de hecho ellos son diferentes, y han tenido su camino fijado en una historia enteramente única y un conjunto de principios y morales que van en contra de cualquier otra sociedad, jamás vista. Los humanos no pueden soportar la diversidad y la diferencia a pesar de la absurda y falsa adoración académica de la misma hoy en día. En el mismo momento en que el mundo pide la aceptación de la diversidad, la tolerancia y el multiculturalismo, se hace todo lo posible para presionar a todos a ser iguales. Por favor, como en ningún otro momento de la historia, hay un mayor esfuerzo para borrar la distinción entre varón y mujer. Para poner a todos en el mismo molde, para que todos acepten las mismas filosofías y normas morales, para tener un cuerpo gobernante en el mundo que domine y gobierne a todas las naciones bajo las mismas reglas y leyes. Y cualquiera que se niegue a someterse a esto es considerado como un renegado, poco inteligente, uno que aborrece, algo para ser pisoteado y erradicado como una cucaracha no bienvenida.

Moisés está afirmando que nadie ha estado nunca en la posición de Israel, y nadie ha tenido nunca leyes y mandamientos tan perfectos para vivir de lo que han sido presentados por Jehová. Lo que no ha dicho todavía es que el mundo va a odiar a Israel por esto y que el mundo dirigido por sus propias inclinaciones malvadas, bajo la dirección de Satanás, NUNCA dejarán de tratar de librarse de estas personas extrañas, simplemente porque son DIFERENTES.

Bueno, despierten cristianos; los judíos ya no están solos. USTEDES se han convertido en un blanco de reeducación o exterminio. Eres demasiado diferente para vivir lado a lado con todos los demás. ¿Y cómo ha respondido la iglesia a este reto? En general, de la misma manera que los judíos eventualmente lo hicieron, mezclándose; pareciéndose más al mundo que el mundo mismo. Los judíos trabajaron para disolver la separación entre ellos y los otros habitantes de este planeta. Los judíos que emigraron de Europa en los años 1800 renunciaron no sólo a sus identidades judías, sino también a sus nombres de familia para que pudieran desaparecer en un mar de gentiles.

En nuestro tiempo los cristianos por los miles, denominaciones enteras en masa, están renunciando al nacimiento virginal, la Deidad de Jesús, y cualquier rastro de separación y de la diversidad del mundo. Los cristianos por los millones están aceptando y celebrando la homosexualidad, el matrimonio sexual del mismo sexo, y nuestra libertad para elegir el aborto. Los cristianos no QUIEREN nuestra verdadera historia de fe: solo queremos que nuestro seguro de fuego y nuestro grupo social de amistades y actividades que se basan alrededor del edificio de la iglesia. Y claro que yo estoy hablando en general y este no es cada caso, pero esto es, al menos, convirtiéndose en la norma.

La prisa por abandonar a nuestro Salvador está frenéticamente en Europa y está obligada a propagarse. Inglaterra está liderando el camino como un grupo que ahora ofrece certificados anti-bautismo para que un cristiano pueda renunciar oficialmente a toda lealtad a su Dios, tener su nombre oficialmente eliminado de todo tipo de lista que lo identifique como un cristiano, y luego recibir un certificado como prueba legal de su repudio al cristianismo. En el último año sobre más de 100,000 personas lo han hecho.

En el versículo 39, Moisés hace la declaración definitiva: “  Por tanto, reconoce hoy y reflexiona en tu corazón que el Señor es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra; no hay otro.”. Esta afirmación marca un punto de inflexión en la historia de la humanidad. Y luego Moisés dice que la RAZÓN por la que tienes que creer y observar este mandamiento es para que te vaya bien con tus hijos y que puedas permanecer en el cuidado de Dios y en la tierra de Dios. Si por ninguna otra razón, que Israel, obedezca a Dios por sus propias razones egoístas para que uno pueda sobrevivir y prosperar. Moisés dice, no hagas esto porque Dios lo necesite; sino porque TÚ lo necesitas. No hagas esto porque Dios se beneficia; más bien porque TÚ te beneficias.

Nada ha cambiado. La salvación no es y nunca ha sido para el beneficio de Dios; es para nuestro beneficio. Dios no “pierde” porque muchos no aprovechan Su regalo gratis; los que no ven la verdad, pierden.

Moisés termina esta porción de su discurso al pueblo nombrando oficialmente las ciudades de refugio (las ciudades santuario) que se establecerán en el lado este del río Jordán, en el territorio que habitará Rubén, Gad, y 1/2 de la tribu de Manasés. Estas son ciudades que serán poseídas y administradas por los Levitas POR EL BIEN de las tribus que han escogido vivir y operar en el Trans-Jordánia. Recordemos que una ciudad de refugio es un lugar donde un hombre que ha matado a otro hombre puede residir y estar a salvo; él no puede ser herido si se escapa a una de estas 3 ciudades. También recuerda que esta ley NO cubre el crimen de asesinato y un asesino no puede tomar residencia allí. El delito principal por el que se reservan estas ciudades es el homicidio involuntario, el asesinato accidental o no intencional de un ser humano.

No es que los que vienen a una ciudad de refugio están allí para evitar el enjuiciamiento, de hecho ellos serán llevados a un determinado lugar para el juicio y si se determina que NO son culpables de asesinato, ENTONCES pueden volver a la ciudad de refugio y permanecer allí en seguridad. Los habitantes de una ciudad Santuario no están en la cárcel en realidad están siendo protegidos. De hecho, eran libres de abandonar esas ciudades en cualquier momento que eligieran.

El problema es que estaban siendo protegidos contra el Pariente Redentor (go’el ha’dam), cuyo deber tradicional era vengar la muerte del pariente que esa persona mató aunque fuera accidental. Pero si el asesino elige vivir fuera de la protección de la ciudad Santuario entonces ellos se convierten en presa fácil y el Pariente Redentor podría extraer su venganza de sangre sin ninguna consecuencia.

Para terminar el capítulo 4, voy a hacer un comentario rápido sobre los versículos 44 – 49. Hay cierto desacuerdo en cuanto a si estos versículos en particular NO deberían ser el final del capítulo 4, sino que deberían incluirse como las primeras palabras del capítulo 5. De lo contrario parece terriblemente redundante.

Me gustaría ofrecer una posibilidad diferente: los versículos 1 – 43 fueron como una introducción, un avance, a lo que Moisés estaba a punto de decir comenzando en Deuteronomio 4:44 y luego esencialmente continuando para los próximos capítulos.

En otras palabras, tal vez en la jerga moderna podríamos tener a Moisés diciendo: “Ahora, después de todo lo que acabo de darles como trasfondo, aquí está FINALMENTE la enseñanza que quiero que tengan……” Así que, de hecho, estoy de acuerdo con los que dicen que aunque la traducción está perfectamente bien, el capítulo 5 debería haber comenzado antes en lo que actualmente se designa como Deuteronomio 4:44. Antes que traten de empezar a acusarme de tratar de “cambiar la Biblia”, por favor, recuerden que la Biblia nunca tuvo marcas de capítulos, AT o NT. Los eruditos los agregaron muchos siglos más tarde, sólo como medio para ayudar a estudiar y comunicar los diversos pasajes. Lo mismo ocurre con la numeración de los versos; era un sistema arbitrario y nada malo con eso porque no cambia nada.

Sin embargo, como en los párrafos y los capítulos modernos de la literatura SÍ tienen un significado importante (generalmente indicando que una escena termina y la nueva comienza, o un patrón del pensamiento termina y uno nuevo comienza) esto PODRÍA tener un impacto SI aplicamos ese mismo tipo de criterio literario a la Biblia. Lo que les estoy diciendo es: trata de NO leer la Biblia de acuerdo a párrafos y capítulos como leemos un libro moderno. Con demasiada frecuencia, un cierto tren de pensamiento simplemente continúa desde el último verso de un capítulo hasta el primer verso del siguiente; pero debido a que PARECE ser interrumpido debido a un nuevo párrafo o un nuevo número de capítulo, entonces nuestras mentes tienden a poner fin al contexto de lo que se ha dicho hasta ese momento y tratamos de crear un contexto completamente NUEVO desde cero. Este es un error GRAVE y, lamentablemente, esta es probablemente la forma en que la gran mayoría de los creyentes, los estudiantes de la Biblia, el maestro de escuela dominical, e incluso los profesores de los Colegios de Biblia realmente leen y enseñan la Biblia.

La próxima semana comenzaremos Deuteronomio capítulo 5.

Deuteronomio Lección 5 Capítulo 4

Deuteronomio

Lección 5, Capítulo 4

La semana pasada nosotros terminamos estudiando el Shema, que es quizás el principio central de la fe hebrea. El Shema (el cual es una combinación de una oración y una declaración de hecho y de fe) en realidad ocurre en un par de capítulos más adelante de donde estamos ahora mismo (el Shema comienza en Deuteronomio 6), pero la razón por la que lo estudiamos es debido a la repetición que vemos en Deuteronomio y todo a lo largo de la Biblia de la palabra Shema que se traduce generalmente al inglés como “escucha” o “prestar atención”.

Lo que nosotros aprendimos es que escuchar y prestar atención no son palabras pasivas; las mismas sencillamente no significan escuchar un canto de un pájaro o darse cuenta de la melodía pacifica de una cascada como es nuestra manera de pensar occidental. Inherente en la palabra Shema está el actuar sobre lo que se dice. Dependiendo del contexto del pasaje, la palabra significa “escuchar y obedecer”, u “escuchar y luego actuar”, u “observar” como en la observación de un día festivo (significando tomar parte en sus rituales y festividades).

Además, de lo que Deuteronomio generalmente trata (y Deuteronomio 4 en particular) es sobre Moisés haciendo un discurso apasionado para la nueva generación de Israel que tomen en serio y sigan hacia delante con todo lo que han aprendido. Para todos los propósitos prácticos, nosotros estamos escuchando las últimas palabras de Moisés dichas para aquellos que él ha cuidado, durante los últimos 40 años. Moisés sabe que su muerte se aproxima por lo que quiere impartir sobre Israel la identidad nacional que le ha sido dada por Jehová y esta identidad nacional está toda envuelta en el Dios de Israel, Sus convenios y leyes, y sólo puede ser mantenida por la determinación del pueblo de obedecer y amar a Jehová.

Lo que Moisés está diciendo se establece en el contexto de la historia de Israel, porque es esta historia la que ofrece la prueba de lo que él está diciendo. Y ofrece la prueba que Dios es quién Él dice que Él es y hará lo que Él dice que Él hará.

Deuteronomio 4, es un capítulo bastante largo y ni siquiera lo terminaremos esta semana, porque si a mí me forzaran a elegir sólo 10 capítulos (de casi los 1200 capítulos que forman nuestra Biblia moderna) de los cuales definiera mejor el carácter de Jehová, Su plan, Su justicia, y esos principios de Dios que son los más poderosos y centralmente importantes para la vida de Sus creyentes, este estaría cerca del tope de la lista de los 10 capítulos.

Por lo tanto, antes de que nosotros comencemos a leer este monumental capítulo, yo quiero decir algo en una nota personal. A veces yo me frustro y me desanimo del estado actual de la iglesia de la que soy parte, y de la que amo. Junto con las bendiciones del Señor (al igual que con ustedes) y con el entendimiento de que toda Su Palabra es válida y que Yeshua quiso decir lo que Él dijo cuando Él dijo que no vino abolir la Torá o los Profetas, también vino una realización que la mayoría de la iglesia a la que yo tanto amo se ha alejado tanto del Señor.

Nosotros los cristianos hemos llegado a ser una réplica precisa de la sociedad religiosa judía en la cual Yeshua vivía; una sociedad que declara y proclama para Dios, pero a la misma vez generalmente prefiere observar las tradiciones y doctrinas de hombre en vez de las instrucciones y proclamaciones directas y claras dadas a nosotros en la Palabra escrita del Señor.

Me es recordado por parte de los grandes maestros bíblicos del pasado y del presente a quienes estudio y confío, que ser maestro significa, que algunos principios y hechos fundamentales deben ser reafirmados una y otra vez, en contextos variados, para que finalmente puedan ser comprendidos e internalizados por los estudiantes. Por lo tanto, como su maestro quiero tomar unos minutos para recordarle de POR QUÉ es tan crítico para nosotros convertirnos en defensores de la Torá, el Antiguo Testamento, Israel, el pueblo judío, y todo el cuerpo de las Sagradas Escrituras que llamamos la Biblia. Y hago esto en el espíritu de Moisés en Deuteronomio quien en la mayor parte NO está dando información nueva; sino que más bien recordándole a la gente lo que ya han escuchado y ya saben; pero es crítico que permanesca a la vanguardia de su pensamiento en todo momento y a lo largo de todas sus generaciones, y especialmente para esta segunda generación del Éxodo a la cual él se está dirigiendo.

A veces en nuestro pequeño mundo de la clase de Torá a nosotros se nos olvida que la mayor parte de la iglesia piensa hasta cierto grado diferente de lo que nosotros pensamos sobre la Sagrada Escritura. Muchos de ustedes han venido donde mí frustrados por tener que defenderse constantemente; el por qué tienes que repetirle constantemente a tus amigos y familiares que no te has unido a un culto, ni renunciado a Jesús; y todo esto por solo haber escogido estudiar la porción del Antiguo Testamento de la Santa Biblia y reconocer que la Biblia es un documento hebreo. Nosotros también podemos olvidar fácilmente que la gran mayoría de la doctrina cristiana moderna tiene como núcleo el antisemitismo y declara inmediatamente que a) Israel ha sido reemplazado por los cristianos gentiles, b) que cuando Dios vino a la tierra como Yeshua cambió la mayoría de Sus reglas previas y principios y abolió Sus convenios, y c) que con solo abrir los libros del Antiguo Testamento (mucho menos estudiarlos y tomarlos en serio) equivale a desechar a nuestro Salvador y volver a la Ley (lo que sea que signifique en sus mentes).

En ninguna parte, por supuesto, en la escritura dice tal cosa; pero ese es el problema básico de seguir la doctrina (al menos en cuanto a lo que la doctrina es definida en el uso moderno de la palabra). El cristianismo basado en la doctrina a menudo está en desacuerdo con el cristianismo original y antiguo basado en las Escrituras. Es irónico que parecemos entender (porque se nos ha enseñado desde niños en la escuela dominical) que aun cuando los judíos de los días del Mesías aseguraban que sus tradiciones no eran más que una buena y adecuada interpretación bíblica, de hecho mucho de estos eran líderes hebreos religiosos que apoyaban filosofías hechas por el hombre que rodeaban las realidades políticas del día y personificaban sus propias agendas personales, y también les permitía formar grupos apartes que le eran leales principalmente a ellos y a menudo por razones de ganancia personal. La ironía de esto es que la iglesia ha hecho esencialmente lo mismo durante siglos y en lugar de reconocerlo por lo que es, lo hemos aceptado como normal y bueno.

Al igual que los judíos de antigüedad fueron motivados a estudiar las tradiciones judías (el Talmud) y desanimados para que no estudiaran todos los pasajes de la Torá, sino que solo algunos seleccionados que parecían validar sus tradiciones, así mismo los cristianos modernos fueron motivados aceptar diversas doctrinas sin cuestionarlas, y fueron desanimados a estudiar cualquier cosa excepto pasajes selectos del Nuevo Testamento, principalmente los Evangelios.

En uno de los documentos cristianos seminales de la era moderna, a finales de los 1800, uno de los eminentes líderes de la iglesia Europea de aquella época, Adolf Harnack, dijo lo siguiente:

El rechazar el Antiguo Testamento en el siglo II fue un error que la iglesia resistió con razón; el conservarlo en el siglo XVI era una suerte de la cual la reforma no podía escapar; pero para todavía preservarla (el AT) en el siglo XIX como uno de los documentos canónicos del protestantismo es el resultado de la parálisis religiosa y eclesiástica.

En otras palabras, aunque en la antigüedad la iglesia no tenía más remedio que retener el Antiguo Testamento ya que hasta la llegada del siglo III no HABÍA ninguna otra Sagrada Escritura que no fuera el Antiguo Testamento (no se había creado todavía un Nuevo Testamento) , para la mente de Harnack (siglo 19 de Europa) no había ninguna otra excusa para que los protestantes conservarán ninguna porción del AT como texto bíblico válido. Que el retenerlo era sólo la parálisis religioso (como él lo llamaba) el que la iglesia finalmente y explícitamente no afirmara que el AT era un documento anticuado que no tenía lugar en nuestras Biblias o vidas cristianas.

Su argumento fue bien recibido y se aceptó como el estándar por el cual la iglesia occidental formó sus teologías y doctrinas; y así la puerta, desde ese entonces, se le ha cerrado herméticamente al Antiguo Testamento para el cristianismo en el Occidente.

Afortunadamente, no todos los teólogos respetados cayeron presa de esta horriblemente equivocada pero popular mentalidad liberal. Cerca de 100 años después de las observaciones de Harnack, un tal disidente, el Dr. Walter Kaiser, hizo esta afirmación que resume tan elocuentemente y poderosamente el estado actual de la corriente principal del cristianismo; un estado y una mentalidad de la que es mi meta en la clase de la Torá escapar, y cito:

No importa cuán grande sea la uniformidad de opinión desde los escritores de NT hasta la reforma, y no importa cuán grandes sean las dificultades para responder a las preguntas formales y materiales que se plantean aquí, el AT sigue siendo el problema más central y decisivo para la teología cristiana. Como nosotros respondamos a este problema establecerá automáticamente gran parte de nuestra teología cristiana, ya sea que lo hagamos de manera deliberada o no reflexiva.

Las implicaciones de este movimiento en la construcción teológica son masivas. Nuestras respuestas a este problema (de cómo pensamos del AT) decidirán:

… cómo nosotros entendemos a Jesucristo en su carácter histórico, su contexto judío y su validación divina.

Esto decide la visión de la iglesia de sí misma como la iglesia de Dios, como un elemento en el misterio de la acción salvadora de Dios en la historia. La misma decide nuestra interpretación de la salvación que nos ha dado en Jesucristo,… nuestra estimación de la vida terrenal y temporal. . . Se refiere… a la relación de la iglesia de Jesucristo con el pueblo escogido de Israel. Todo nuestro entendimiento del Reino de Dios — y por lo tanto también de la universalidad de la fe cristiana, de la iglesia cristiana y del cristianismo — está determinado por lo que pensamos del Antiguo Testamento y cómo lo manejamos.

Por lo tanto, es difícil pensar en muchas áreas de la teología cristiana que no se ven afectadas de una manera importante, ya sea por la inclusión o la omisión deliberada de los datos del AT de su sistematización. Además, cuando se recuerda que más de tres cuartas partes de la Biblia entera se encuentra en el AT, es suficiente hacer una pausa antes de pasar por alto este registro tan extenso de la revelación de Dios a la humanidad.

En otras palabras, el Antiguo Testamento es el documento formativo DEL CUAL el NT sale. El AT es el contexto de cómo uno DEBE entender a Jesús, Su misión de Salvación, lo que la salvación equivale a, como la iglesia debe lucir e incluso cómo nosotros definimos exactamente lo que esa entidad llamada “el Reino de Dios” en realidad es. Kaiser dice que cómo los cristianos valoran el AT, o alternativamente lo desechan como inútil, determinará cada elemento de nuestro sistema de creencias.

Damas y caballeros, para nuestra época, dentro de la iglesia (ya sea judío o gentil) no hay una pregunta más decisiva con la cual batallamos que sea aceptar TODA la Palabra de Dios, o separar todo lo que se da como Sagrada Escritura que viene antes del libro de Mateo. ¿Buscamos y actuamos sobre los verdaderos oráculos dados directamente por el Señor en la Torá; ¿o sólo consideramos partes de ciertos libros que sirven para validar cientos de años de filosofías teológicas desarrolladas por las instituciones que afirman gobernar la cristiandad?

Encogeremos aún más nuestras Biblias descartando el 50% de los pasajes del Nuevo Testamento que no son más que citas directas de AT? Porque si el AT está muerto y obsoleto y clavado a la cruz, entonces ¿cómo justificamos retener la porción de su contenido que forma más de la mitad del Nuevo Testamento?

Esta es la parte central del mensaje que Moisés está trayendo a Israel en Deuteronomio. Moisés pregunta: ¿Israel, creerás y harás toda la palabra de Dios?; ¿o regresarás a las doctrinas de los hombres y a los espíritus elementales y a la naturaleza de adoración como en Egipto? ¿Escucharás y obedecerás al Señor, o simplemente vas a ser condescendiente para así retener los beneficios de la sociedad y la cultura a la que perteneces? ¿Te darás cuenta de que la Sabiduría del Señor es la verdad suprema, o elegirás valorar tu intelecto (o el intelecto de tus líderes) como superior a lo divino? Moisés dice que una de estas dos formas es la vida, y la otra es la muerte. Así que elige la vida.

Vamos a enfocarnos, con la ayuda del Señor, en este poderoso capítulo 4 de Deuteronomio.

LEER DEUTERONOMIO CAPÍTULO 4

Luego de que Moisés explica que Israel debe obedecer (por amor propio) lo que está a punto de seguir, y que nada debe ser añadido, quitado o alterado de estas instrucciones; dice en el versículo 5 que estas reglas deben ser obedecidas dentro de la Tierra Prometida (Canaán) en la cual pronto van a vivir.

Nosotros hablamos brevemente la semana pasada sobre los tiempos del verbo hebreo y que en el hebreo bíblico no hay tal cosa como los tiempos pasados, presentes o futuros como en el español. Más bien, hay lo que los eruditos han etiquetado como el perfecto e imperfecto que denota más en un caso un proceso en curso, y en el otro caso que se ha completado un proceso.

Al principio del versículo 5 tenemos un buen ejemplo de este tiempo de los verbos y el problema que causa en la interpretación; normalmente la traducción al español de este verso es algo así, “….. Mira, he impartido a ti leyes y reglas……”. El tiempo pasado se emplea indicando que las leyes y reglas que Moisés está hablando fueron dadas en el pasado. Pero ese no es el significado del tiempo hebreo empleado aquí. Más bien, este es el tiempo imperfecto (a veces llamado el tiempo incompleto) que indica que Moisés está hablando de un proceso en curso. Por lo que una mejor traducción podría ser, “… estoy impartiéndole a ustedes leyes y reglas”. Mejor, pero aún no preciso porque se trata de un proceso EN CURSO; Esto significa que algunas leyes fueron dadas y algunas siguen siendo dadas. El proceso continuo de dar las leyes y definir su significado y aplicación ha estado ocurriendo desde el Monte Sinaí y todavía no ha terminado.

Luego un principio importante que, por supuesto, continúa en el Nuevo Testamento se presenta en el versículo 6: el mismo es que la PRUEBA de la lealtad de Israel para Jehová estará en aquellos que ESCUCHAN las leyes del Señor y OBEDECEN sus leyes. No confundas esta PRUEBA con que sea lo mismo que una SEÑAL. La señal de la relación de Israel con el Señor es la circuncisión del varón (del Pacto de Abraham) y la observancia del Shabbat (del Pacto de Moisés). La PRUEBA (es decir, la suma de la evidencia externa de su fe en Jehová) está en lo bien que lo llevaron a cabo. La versión del NT de este principio se encuentra en el libro de Santiago: LBLA Santiago 2:17 “Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta. 18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.”

Nunca dejes que nadie te diga que la PRUEBA de tu fe es la aceptación de Cristo. No. La señal de tu aceptación de Cristo (la SEÑAL del nuevo Pacto) es el Espíritu Santo en ti (que, por cierto, es invisible y para que nadie pueda verlo incluyéndote a ti mismo). Por lo tanto, la prueba de tu fe (dice Moisés y luego Santiago) está en el fruto que produce, tus obras. Y las obras generalmente significan buenas acciones hacia los hombres y obediencia plena a los mandamientos de Dios.

No es que el Señor Dios necesite ver tus obras como prueba de lo que él está buscando; Él fue quien tomó la decisión de DARTE al Espíritu Santo por lo que Él ya determinó el estatus de tu fe. Más bien, la prueba (en forma de obras visibles y tangibles) es para que OTROS puedan beneficiarse. Como dice en Deut. 4:6, “…. Así que guardadlos (las Leyes) y ponedlos por obra, porque esta será vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos que al escuchar todos estos estatutos, dirán: “Ciertamente esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente.”

Así que, mientras que, por un lado, los hebreos no procuraron hacer el proselitismo ni la conversión, fue la vida de su fe a la vista de los no hebreos la que Jehová dice que sería atractiva para esos extranjeros. Yo he afirmado muchas veces que el método más efectivo (y realmente, sólo) de llevar las Buenas Nuevas al pueblo judío de Israel es vivir tu fe y permitirles a ellos que vean tu amor (o mejor, el amor de Yeshua en ti) no meramente citar los pasajes bíblicos de NT. En realidad este es probablemente el mejor y el método más auténtico bíblicamente de llevar el Evangelio a cualquier persona, incluyendo a tu familia.

Moisés está en el medio, aquí, de señalar dos puntos: Primero, que la entrega de la ley específicamente para Israel indica la creación de una relación sin precedentes entre Dios y una nación en particular de personas que no tiene paralelo en la historia ni en ninguna otra sociedad; y segundo, que las Leyes del Señor son superiores a todas las leyes y principios hechos por el hombre y la justicia inherente dentro de sus ordenanzas son perfectas. Que en realidad las leyes de Dios no son más que un reflejo de Dios. Su carácter fue hecho conocido y repetido en Sus Leyes. ¿Quieres REALMENTE saber quién es Dios? Entonces aprende sus leyes y mandamientos y HAZLOS.

Luego Moisés le da a Israel una advertencia en contra de la idolatría. La BASE para la prohibición en contra de hacer dioses-ídolos se explica con un poco más de detalle aquí en Deuteronomio capítulo 4 y es esto: dado que el Señor no apareció en ningún tipo de forma física a Israel en el Monte Sinaí, entonces Israel NO debe tratar de fabricar ninguna clase de forma física para representar a Dios. Después de todo, si nunca has visto como Dios se parece, ¿cómo puedes hacer una representación precisa de Él? Más bien, puesto que Dios hizo que Su presencia se conociera en “palabras” (recordemos que Dios HABLÓ audiblemente a Israel en el Monte Sinaí), entonces Israel debe transmitir el conocimiento de Jehová a las generaciones futuras en palabras y obras y no en símbolos e imágenes de Dios como los paganos hacen.

Esto era una desviación tan radical de las normas de todas las culturas mundiales de esa época. El pensamiento era que sin una imagen de un dios (un ídolo), no había manera de adorar a ese Dios. Los ídolos eran entregados de generación en generación como un medio para instruir a los miembros de la familia sobre los dioses de la familia. Jehová dice NO HACER una imagen de Mí porque yo no soy de este mundo y por lo tanto nada que ustedes puedan hacer podrá capturar Mi esencia.

Permítanme hacer un punto aquí que creo que podría ser útil para explicar CÓMO es, entonces, que debemos percibir al Señor, ya que no vamos a hacerlo con imágenes visibles.

A.J. Herschel lo describe maravillosamente: “la esencia del pensamiento religioso judío no miente en entretener el concepto de Dios, pero en la capacidad de articular un recuerdo de los momentos de iluminación por Su Presencia. Israel no es un pueblo de definidores, sino un pueblo de testigos”. En otras palabras, el PUEBLO de Israel realmente presenció lo que Dios les dijo directamente, y verdaderamente fueron testigos de las grandes obras de Dios por ellos, y entonces esa información fue comunicada de manera fiable de generación a generación; la misma fue a través de la prueba de cientos de miles de testigos oculares (incluso millones) de personas comunes que la Torá de Dios es ciertamente un oráculo directo del Señor.

Ni el judaísmo ni el cristianismo basan nuestra religión en el pensamiento especulativo y en las grandes filosofías religiosas (aunque ambos han sido infectados por esto a lo largo de los siglos, y parte del objetivo de la clase de Torá es distinguir entre la verdad y la tradición); más bien nuestra fe debe basarse en la experiencia real con Dios: tanto la experiencia de nuestros padres de la fe como nuestra propia experiencia PERSONAL con Dios. Los israelitas REALMENTE escucharon las palabras de Dios, y los creyentes en Yeshua han recibido realmente el Espíritu Santo del Señor. Ambas experiencias se basan en la relación. NUNCA la religión de los judíos fue basada en algún seguimiento mecánico de un código legal, ni se basó en símbolos sagrados de Dios; la misma se basó en una relación experiencial histórica con Jehová. Esas leyes eran sencillamente la respuesta adecuada s esta relación, al igual que la respuesta adecuada de un creyente moderno a nuestra salvación también debería ser la obediencia.

Por lo tanto, dice Moisés, tu (Israel) no vistes nada de Dios en el Monte Sinaí, pero sí escuchastes Sus palabras directamente de su voz. Eso no significa que no hubo una experiencia visual que le acompañó. Los israelitas vieron fuego y humo; el cielo se volvió oscuro como la noche. La idea es que la presencia del Señor hizo un impacto absolutamente inolvidable porque fue diseñado para eso. La naturaleza misma se vio afectada por el poder y la presencia de Dios. Se suponía que debía provocar asombro, reverencia Y un temor saludable. A mí me disgusta cuando escucho a un cristiano con buenas intenciones decir que desde el advenimiento de Cristo no tenemos ninguna razón para temer a Dios nunca más. Wow. No hay doctrina más peligrosa que ésta. MÁS te vale temerle a Dios. Todos los apóstoles le temían a Dios. Hasta los primeros gentiles que aceptaron al Dios de los judíos, fueron llamados temerosos de Dios.

El versículo 15 continúa la amonestación por Moisés de no hacer ninguna imagen de YHWH porque los israelitas nunca habían visto la forma de Dios. Ten en cuenta que Moisés NO está hablando de hacer imágenes de dioses falsos o paganos. ¿Acaso no es interesante el hecho que este mandamiento y amonestación en particular toma tanto tiempo en la agenda de Moisés? Bueno, debería; porque la falta de mantener este mandamiento llevó a la muerte a decenas de miles de israelitas en el desierto, y sucedería una y otra vez con una regularidad alarmante porque la gente sencillamente no tomó esta advertencia lo suficientemente en serio.

En lo que concierne a Dios, la idolatría es peligrosa porque ofende Su santidad. En lo que concierne a los hombres, la idolatría es peligrosa porque Dios ha ordenado que es una ofensa capital.

La idolatría es peligrosa en varios niveles; ese es el problema con la misma. Me pregunto: ¿cree usted que un día los israelitas escrupulosamente no hicieron ninguna imagen de Dios, y al día siguiente se despertaron y comenzaron a fabricar ídolos y hasta llegar a los miles? ¡Es posible que pasaron de una determinación de NUNCA hacer ídolos en un lunes, pero el martes tuvieron una reunión y dijeron: “oye, tengo una idea, vamos a empezar a adorar ídolos!”

Así no es como operan los humanos, ¿verdad? Comenzamos con la determinación de obedecer pero con el tiempo encontramos una razón para ceder con algo muy pequeño aquí y allá. Nosotros racionalizamos y debatimos cuál es el significado de “es”, y Rebanamos la cebolla un poco más finita cada vez para probar nuestro caso, y muy pronto tomamos un poco más de libertad. Miramos alrededor y observamos que Dios no nos ha golpeado todavía, así que pensamos que todo está bien y damos el siguiente pequeño paso. Israel estuvo durante siglos patinando y progresivamente transgrediendo en las leyes de Dios que prohibían la idolatría. Nada obviamente malo sucedió recientemente por lo que tomaron aún más libertades. De repente, el exilio. Y lo que es interesante es que a pesar de las advertencias de los profetas para PARAR la idolatría o los israelitas sufrirían las consecuencias, la gente generalmente respondía con, “¿qué idolatría?” Ellos pensaron, oigan, todos amamos y adoramos a Jehová. Tal vez tenemos estos pequeños símbolos por ahí, pero eso no puede ser de lo qué se trata esos mandamientos; los mismos parecen tan inofensivos. Pero en el minuto en que el juicio divino golpeó, la gente se quejó y gritó y gritó al Señor: “HEMOS PECADO”. Ellos instantáneamente sabían lo que habían hecho.

¿Qué estoy tratando de mostrar? Observe algunos de los ejemplos que siguen que el Señor sabía que los hebreos serían atraídos instantáneamente y que utilizarían para hacer imágenes de Él; así que Él dice, “no vayas allí”. Versículo 16: “no hagas imagen tallada de ningún tipo de semejanza”. Bueno, eso parece bastante comprensivo. Un poco más tarde en ese mismo verso: “no hagas imagen de un hombre o una mujer.” OK, eso sin duda parecería limitar las estatuas religiosas. Versículo 17: “no hagas imagen de un animal que viva en la tierra ni de ninguna ave”. Entendido. Ahora, cuando los hebreos terminaron haciendo imágenes de Dios de vacas y pájaros y todo tipo de otras cosas, ¿acaso ellos realmente creían que esto es a lo que Dios se parecía? No, no lo creían. Los animales eran, representaciones simbólicas comúnmente aceptadas de los atributos de Dios, NO de su apariencia física real. Los hebreos no pensaban que Dios se veía como un águila o una oveja o una serpiente de bronce. Más bien esto, representaba que el Señor se elevaba sobre ellos en los cielos, que era bondadoso y gentil por un lado y podía matar (o sanar) tan instantáneamente como una serpiente podía atacar a otro. El Señor dice: ESTO es adoración de ídolos.

Ahora, veamos el versículo 18. Otro ejemplo de un objeto tentador pero prohibido que podría ser utilizado como un símbolo de Dios fue……. “¡el pez!” Hmmmm eso posiblemente no podría significar MI pez. Porque yo no adoro a mi pez como una imagen de Dios. Ahora, el símbolo de pez de esa otra persona podría estar mal, pero mi pez me RECUERDA a mi fe. Mi pez sólo simboliza la obra de mi Salvador, que es Dios, que él es un pescador de hombres. La misma sólo simboliza un atributo.

¿Ves el problema aquí? Todos conocen el pez del que hablo. El problema es el siguiente: nosotros no siempre sabemos cuándo hemos cruzado la línea divina en la arena. Y eso es porque NO somos nosotros los que trazamos la línea o juzgamos cuando se ha violado. Usar un símbolo de pez no es necesariamente adoración de ídolos, pero puede convertirse en adoración de ídolos. No había muchos israelitas alrededor en los tiempos bíblicos que admitían la adoración de ídolos. Cuando los profetas le suplicaron a Israel que detuvieran su adoración de ídolos, la mayoría no lo reconocía porque se engañaban a sí mismos para creer que tenían todo bajo control. Que lo que estaban haciendo podría haber estado cerca de la línea, pero no estaba en la línea. ¡Entonces, boom! ¡Juicio! Y todos pensaron: “debí haberlo sabido”. Demasiado tarde.

Luego Moisés dice no empiecen a ponerle características divinas a las estrellas o al sol o a la luna. No es que estos objetos celestiales no fueron hechos divinamente para propósitos divinos (los mismos eran). ¡Pero así también fue con nosotros y ciertamente no somos divinos! ¿Te apasiona la astrología? Se sabio y déjalo ahora; es una pendiente resbaladiza. Mira: el principio esencial es que no debemos adorar a ninguna cosa creada y como Dios creó todo menos Él Mismo, necesitamos tomarnos esto en serio. Así que esta prohibición incluye la adoración a ángeles, demonios, los vientos, los Santos, los cielos, los pastores, los maestros e incluso los televangelistas.

Una declaración asombrosa se hace en los versículos 19 y 20; las escrituras dicen que Israel no debe postrarse ante las estrellas y a la luna porque ellas fueron asignadas para adorar a las otras naciones. ¿Qué significa ESTO? La idea es que era natural, aunque equivocado, que los hombres estuvieran tan asombrados de los cuerpos celestiales que la respuesta podría ser poco más que inclinarse hacia ellas. Y que si el Señor no hubiera dado instrucción de no hacerlo, y si Él no se hubiera dado Él Mismo como objeto de adoración, los hombres serían atraídos a adorar a estos objetos como los mimes a una fruta. Pero como él separó a Israel; y puesto que Él se dió a Sí Mismo para darles algo que ninguna otra nación tenía (su Torá), entonces era el deber de Israel de poner la adoración de estos objetos espectaculares, pero creados, y disfrutar del privilegio de saber que lo único que vale la pena adorar era el Dios Auto-existente, Jehová.

Nosotros terminaremos la semana que viene con el capítulo 4.

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