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Lección 16 – Levítico 11

Lección 16 – Levítico 11

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LEVÍTICO

Lección 16 – Capítulo 11 Continuación 2

A veces, para dar sentido a todo lo que hemos estado estudiando en la Torá, es necesario tomarse un tiempo para dar un paso atrás y, desde una perspectiva más amplia, examinar algunas cosas sobre la naturaleza de las Sagradas Escrituras que no son tan obvias. La semana pasada hablé del concepto de los estilos de pensamiento racional/lógico frente a los estilos de pensamiento analógico, porque el racional/lógico es el estilo de pensamiento cultural occidental actual, pero la cultura y los escritores de la Biblia pensaban y se comunicaban en un estilo analógico. 

En pocas palabras, lo racional o lógico pregunta "por qué" y es la base de nuestro método científico de descubrimiento. Cree que la historia es una línea recta, y que la historia tiene poca o ninguna relación inherente con el presente o el futuro, excepto en una forma lineal y evolutiva de lo primitivo que conduce a lo más avanzado. Ahora bien, cuando digo esto, no se malinterprete; hay muchos campos de estudio, como la arqueología, que estudian el pasado. La cuestión para ellos es "qué" ocurrió y cómo se llegó a ser así. Los meteorólogos recopilan datos sobre fenómenos meteorológicos pasados para crear modelos que ayuden a predecir fenómenos meteorológicos futuros. Pero no buscan el tiempo pasado como CAUSA del tiempo futuro. 

El pensamiento analógico no pregunta "por qué", sino "cuál". El pensamiento analógico no ve la historia como una línea recta, sino como una serie de ciclos que se repiten. El pensamiento analógico se basa en patrones y modelos aceptados y establecidos. Busca verdades comunes que comparten cosas similares; las relaciones y conexiones entre las cosas son importantes. La cuestión de "cuál" se refiere a qué patrón o qué modelo se aplica a la circunstancia actual. 

Por qué ese patrón o modelo es como es, es secundario; y aunque a veces puede ser bueno saberlo, es irrelevante en el proceso de toma de decisiones. Una vez más, este es el antiguo pensamiento hebreo (en realidad era el estilo común de pensamiento en todo el mundo conocido) y es ese estilo de pensamiento el que se expresa en la Biblia. 

El pensamiento racional/lógico no es algo malo o incorrecto; pero si vamos a entender nuestras Biblias, entonces necesitamos comprender que abordar el estudio de las Sagradas Escrituras preguntando "por qué", o tratar de estructurar y probar (mediante el Método Científico) antiguos principios teológicos y leyes que fueron escritas en pensamiento analógico, conducirá a confusión y franco error; y de hecho ha sucedido. 

Así pues, al examinar la Torá, y actualmente Levítico, lo que tenemos que buscar son pautas y modelos. Permítanme decirlo de nuevo: las respuestas que tenemos disponibles sólo vendrán a través del reconocimiento de los patrones establecidos por Yehoveh. Es el pensamiento racional/lógico el que busca respuestas de fondo. El pensamiento analógico busca un patrón familiar. Tenemos que ser muy cuidadosos de preguntar "por qué" las leyes y mandamientos individuales son como son; y por que existen los requisitos para la comida Kosher, y por qué algunas cosas que Yehoveh creó Él las llamas limpias y otras inmundas. Esa respuesta no se encuentra buscando razones racionales/lógicas científicas. Las respuestas se encuentran en los principios contenidos dentro de los patrones que Dios creó comenzando en Génesis 1. Las respuestas no se encuentran en el razonamiento de nuestras mentes, validadas en pruebas y resultados, causa y efecto. Las respuestas son encontradas confiando en que Jehová creo todo, que todo opera de una manera que no cambia, y que todo trabaja en armonía. La realidad es que nuestras mentes simplemente no fueron construidas para entender la mente de Dios. Esa afirmación está en completa desarmonía con el pensamiento racional/lógico. Y, por lo tanto, ha conducido a la peor clase de alegoría de mente equivocada que ha sido endilgada a los Santos por determinados y eruditos traductores y eruditos de la Biblia; hombres que querían más que nada validar su agenda anti-judía, y que sintieron que DEBÍAN tener el "por qué" acerca de cosas para las cuales no se ofrece ningún "por qué" en la Sagrada Escritura. ¿Por qué ¿necesitan saber por qué? Porque el "por qué" es la base del pensamiento griego. La búsqueda del "por qué" está en el corazón del pensamiento racional/lógico. Sin embargo, en la Biblia no se encuentra el tema de la búsqueda continua del "por qué". Salvo en contadas ocasiones, el "por qué" no era una pregunta que la gente se hiciera sobre las leyes y los mandamientos de Dios. 

Permítanme decirles otra cosa sobre el "por qué": preguntar por qué no es compatible con tener fe. Si siempre pudiéramos averiguar el "por qué", ¿dónde estaría la fe? La fe es confiar y actuar cuando no se dispone del "por qué". ¿Dónde estaba la fe de Job si Dios le informaba POR QUÉ estaba pasando por todos los desafíos que le arrebataban todo? Sin embargo, aquí estaba Job, en gran medida contento de simplemente aceptar sus circunstancias como la voluntad de Dios al mismo tiempo que una serie de amigos se acercaban para ofrecer su punto de vista de "por qué" estas cosas debían estarle sucediendo. Por supuesto, cada una de ellas simplemente le causaba más dolor y ninguna era correcta. 

Abandonemos esa búsqueda del porqué y fijémonos en cambio en algunos de los patrones y modelos más básicos que la Torá y Levítico establecen para nosotros. 

Y ya que estamos en Levítico, empecemos por su tema central, el sacrificio. El sacrificio implica los principios de la creación de Dios y Su modelo ordenado del universo. Todo sobre el sistema de sacrificio sigue un modelo que vemos establecido desde el Jardín del Edén, que luego se expande y aclara en el Monte Sinaí, y se aclara aún más con el Tabernáculo del Desierto. 

El Tabernáculo del Desierto ofrece un modelo físico de santidad que los seres humanos pueden ver y comprender, e incluso interactuar con él. El Tabernáculo está dividido en 3 zonas de diferentes grados de santidad: el Lugar Santísimo es la parte más interior, donde reside la presencia de Dios. Sólo Jehová y Su siervo designado, el Sumo Sacerdote, pueden entrar a ese lugar de la Más Alta Santidad. Una barrera, una cortina, divide este lugar santísimo de otra zona llamada el Lugar Santo, una zona de menor santidad. Allí pueden entrar los sacerdotes comunes. Esto es lo más cerca de la presencia de Dios que se les permite. Finalmente, fuera de otra barrera que la Biblia llama "la puerta" de entrada a la tienda hay una tercera zona de santidad, el patio que rodea el Tabernáculo. En este patio el pueblo ordinario de Dios, Israel, es bienvenido a entrar para traer sus sacrificios a Jehová. SOLO los israelitas son permitidos en esta zona…absolutamente NINGUN gentil…porque por definición un gentil no ha sido declarado santo por el Señor. Aunque esta 3ª zona (el Patio) es la zona de menor santidad, no deja de ser santa. 

Esta estructura hecha por el hombre, el Tabernáculo, fue construido de acuerdo con un plano dado a Moisés por Jehová mismo. Y, por supuesto, simplemente modelaba lo que ya existía: El Monte Sinaí. La mano de Dios, no manos humanas, construyó el monte Sinaí y también consta de 3 zonas de santidad. La cima era la zona donde descansaba la presencia de Dios y sólo Moisés podía estar allí. Este era el lugar MÁS santo no sólo del monte Sinaí, sino también del planeta Tierra. La siguiente zona más santa era la ladera de la montaña. Solo Aarón y sus hijos, el futuro Sumo Sacerdote y sacerdotes comunes (y en ocasiones los 70 ancianos que eran el gobierno de Israel), eran permitidos en esta zona Santa. Al pie de la montaña había una barrera…una pared de roca….que separaba la zona más sagrada y la zona santa de la zona de menor santidad al pie del monte Sinaí, donde el pueblo de Dios….los israelitas comunes….. podían congregarse y adorar. 

Fuera de estas 3 zonas, termina la santidad del espacio. Hemos hablado en lecciones anteriores sobre el tiempo y el espacio sagrados (1 dimensión de tiempo y 3 dimensiones de espacio… longitud, ancho y altura… son las 4 dimensiones que forman nuestro Universo); hay cierto espacio que Jehová ha apartado y reservado como santo; todo el resto del espacio es simplemente común. El primer espacio santo designado en la tierra fue el Jardín del Edén. Más tarde, ese espacio santo sería el Monte Sinaí. Después de eso, el espacio santo en la tierra estaría representado en el Tabernáculo portátil que podía ir dondequiera que el pueblo de Dios fuera. Y finalmente, el espacio santo se convirtió en el Templo, que se construyó en el lugar designado por Dios, el Monte Moriah en Jerusalén. Así que el modelo del espacio sagrado es: Santísimo, un lugar reservado para la presencia de Jehová y el Sumo Sacerdote. Santo, un lugar reservado para los Sacerdotes Comunes de Jehová. Menos Santo, un lugar reservado para el pueblo apartado de Jehová. Por eso el término "Fuera del Campamento" es tan importante de entender. Fuera del campamento significa fuera del espacio sagrado, fuera de las 3 zonas de santidad.

Observa una característica de este patrón: el Santísimo es ya sea el punto más alto (la cima del Monte Sinaí) o el más interno (el Lugar Santísimo). Santo es intermedio, una zona media o una zona de amortiguamiento, por así decirlo (la pendiente de la montaña, o la habitación de la tienda que limita con el Lugar Santísimo por un lado y con el atrio exterior, de menor santidad, por el otro). El Menos Santo es el más exterior (el atrio exterior del Tabernáculo) o el más bajo (la base del Monte Sinaí). Más allá del área donde están los israelitas está fuera del campamento, y por lo tanto es común, no santificado y, por ende, no santo.

Eso no es tan difícil de ver. Pero este patrón continúa un poco más, ya que también se aplica (de manera bastante predecible, creo yo) a la estructura del Sacerdocio. El Sumo Sacerdote es el Santísimo, y por lo tanto puede estar en la presencia de Dios (una vez al año). Los Sacerdotes Comunes son Santos, y actúan como intermediarios y amortiguadores entre el pueblo de Dios y Dios…. aunque no pueden entrar en la presencia de Dios. Los levitas (que NO son sacerdotes, sino siervos menores de Dios) sirven en la zona más exterior…el patio del Tabernáculo. No pueden entrar ni en la zona santa ni en la zona santísima. Los Levitas sirven al pueblo de Dios y sirven a los Sacerdotes de Yehoveh… pero de nuevo, sólo en esa 3ª zona, el patio, el espacio de menor santidad. Así que el Sacerdocio también refleja el patrón de los 3 niveles de santidad. Una persona fuera del Sacerdocio no puede realizar ninguna de las tareas reservadas sólo para los sacerdotes y levitas. 

Pero este mismo patrón de santidad va aún más lejos. Se proyecta incluso sobre el propio cuerpo del animal sacrificado. Aquí es donde todas esas horas que hemos pasado juntos estudiando…entra en juego cómo se sacrifica el animal, y exactamente qué partes del animal se utilizan, y en qué orden se utilizan. El cuerpo del animal sacrificado también se divide en 3 zonas de santidad. Incluso la forma en que las piezas del cuerpo del animal sacrificado se colocan en el Altar Quemado se hace en un orden que refleja estas 3 zonas de santidad. 

Ya en el primer capítulo de Levítico se nos dice que el 'Olah, el holocausto, debe poner las partes del animal sobre el fuego del Altar en un orden específico: primero, la cabeza, luego la grasa y después las vísceras. Así pues, tenemos una pila de partes del animal sacrificado colocadas sobre el Altar: en la cima están las vísceras, debajo la grasa y debajo la cabeza. 

Brevemente, vemos que en la parte superior de la pila están las partes más internas del animal. Anatómicamente hablando lo que rodea las entrañas específicas que la Biblia llama a ser puestas en el Altar es una gruesa capa de grasa llamada Helev. Este es el tipo de grasa que el pueblo no puede comer porque es sagrada para Yehoveh. Recordemos que hay un segundo tipo de grasa que existe dentro de la carne, o carne, del animal, con la que todos estamos familiarizados y podemos ver debajo de esas envolturas de celofán en el mostrador de la carne. Ese tipo de grasa PUEDE comerse. La grasa Helev rodea y envuelve las entrañas particulares utilizadas para el sacrificio. De hecho, la capa de grasa que rodea esos órganos es tan completa que ni siquiera se pueden ver hasta que se retira la grasa. La cabeza es la parte del cuerpo del animal sacrificado más alejada de las entrañas, las partes más internas. 

Así, tenemos las partes más internas como lo Más Sagrado; la grasa de Helev que es una barrera y zona media que separa las entrañas del resto del cuerpo como Sagrado; y la cabeza que es lo más alejado de las partes más internas, fuera de la barrera de la grasa de Helev, como lo menos sagrado. 

Volviendo a la parte anterior de esta lección vemos que el animal de sacrificio, como ilustración de santidad, se describe en un patrón que se repite para el Tabernáculo, el Monte Santo, el Sacerdocio, y aunque no tuve la oportunidad de llegar allí, el Jardín del Edén. 

Por lo tanto, ¿"POR QUÉ" las leyes del uso preciso de las partes del animal de sacrificio están organizadas como lo están? Porque se conforman al patrón de las reglas del ordenamiento del Sacerdocio. ¿Por qué las leyes concernientes al ordenamiento del Sacerdocio están diseñadas como lo están? Porque se ajustan al patrón de las reglas de la estructura del Tabernáculo del Desierto. ¿Por qué las leyes concernientes a la estructura del Tabernáculo son ordenadas como son? Porque se ajustan a las reglas de las zonas santas del Monte Sinaí…. y así sucesivamente. La respuesta al por qué es siempre "qué patrón" se aplica. 

Este es el pensamiento analógico. Este es el estilo de pensamiento de los hebreos. La respuesta al POR QUÉ es porque todo se ajusta a los patrones ordenados por Dios. Con este conocimiento vamos ahora a sumergirnos en tratar de entender las reglas de la Torah con respecto a la comida. 

Y lo que voy a mostrarles es que las leyes dietéticas fueron puestas allí, principalmente, para continuar el patrón de "santidad" que hemos estado discutiendo. 

Si nos fijamos en los escritos veterotestamentarios de los grandes sabios hebreos, el tema del Kashrut, la alimentación kosher, domina sus pensamientos. Inevitablemente, si hay algún erudito gentil que se atreve a aventurarse en la Torá, una vez que llega al Levítico (capítulo 11 en particular), y a las leyes de la dieta, suele acabar frustrado porque se acerca buscando el "por qué". 

Al final, estos grandes eruditos suelen llegar a una de las dos principales conclusiones doctrinales sobre las leyes dietéticas del Levítico: 1) que las leyes y rituales del Kashrut son irracionales, arbitrarios y no reflejan más que supersticiones de esa época…… y, por lo tanto, es imposible interpretarlos y darles sentido; o 2) que estas leyes y reglamentos no son más que representaciones alegóricas de la higiene, o del valor y la seguridad de los alimentos, o quizá incluso de la moral, la ética, los vicios y las virtudes. 

Permítanme decirlo de nuevo: la creencia general de los eruditos, reflejada en casi todos los comentarios, es que las leyes de alimentación Kosher o son pura fantasía y jerigonza, sin valor alguno para el hombre moderno, o deben ser tratadas como mero simbolismo. 

Uno de los enfoques más comunes de la alimentación kosher, hoy en día, sobre todo desde el nacimiento del movimiento de las Raíces Hebreas, adopta el planteamiento que propugnaba Maimónides, un gran sabio judío del siglo XII; y es que la alimentación kosher es una fórmula para una dieta sana. Los alimentos limpios son alimentos nutritivos, y los alimentos impuros son alimentos perjudiciales para el cuerpo humano a largo plazo. El hecho de que Maimónides fuera médico sin duda influyó en su punto de vista. Es cierto que el cerdo no tiene cuatro estómagos en el tubo digestivo, como el ganado vacuno, las ovejas y las cabras. Y también es cierto que los mariscos, las langostas y las gambas se alimentan en el fondo y tienden a comer materia orgánica flotante o parcialmente enterrada, incluidos los desechos y la carne en descomposición. Sin embargo, este punto de vista sobre la cuestión de POR QUÉ ciertos alimentos están permitidos y otros no, está realmente orientado culturalmente y se basa en el pensamiento progresista; es decir, proviene de un estilo de pensamiento racional/lógico. Ciertamente no representa un patrón, ni explica la santidad. 

Filón, otro gran comentarista hebreo que vivió durante la época de Yeshúa, cree que las reglas de la comida kosher debían tomarse de forma alegórica y simbólica. De hecho, llega a decir que "…….los peces con sus aletas y escamas (animales limpios) simbolizan la resistencia y el autocontrol………mientras que los prohibidos (criaturas marinas) son arrastrados por la corriente, incapaces de resistir la fuerza de la corriente. Los reptiles que se deslizan sobre sus vientres representan a las personas que ceden a todos sus deseos y pasiones codiciosas…….". La enseñanza cristiana ha seguido en gran medida el ejemplo de Filón, adoptando la alegoría como arma principal para explicar lo que parece inexplicable. 

Por ejemplo, encontraremos esta nota al pie como comentario en los márgenes de la Biblia de Westminster: "…….Pezuña dividida y rumiar. La división de la pezuña y el rumiar significan discreción entre el bien y el mal………" 

Y creo que es justo decir que CUALQUIER forma de alegorización que uno adopte para intentar explicar ciertas partes de las Escrituras Sagradas (y especialmente en lo que respecta a la alimentación kosher), inevitablemente toma la perspectiva racional/lógica de que, al final, todo debe tratarse de lo bueno y lo malo. Seamos sinceros, ya sea que lo expresemos en voz alta o no, los pensamientos que primero vienen a nuestra mente cuando hablamos de alimentos puros versus impuros son bueno versus malo, correcto versus incorrecto, pecado versus justicia, saludable versus no saludable, o alguna idea paralela similar.

Otro enfoque erudito bastante típico (que sigue empleando el tema alegórico de la interpretación de las Escrituras) es que las leyes de Kashrut, aunque generalmente arbitrarias, se pusieron allí como una especie de protección para Israel; es decir, estas extrañas leyes alimentarias ayudaron a aislar a Israel de los paganos al prohibir alimentos que gustaban mucho en las numerosas culturas de Oriente Próximo que les rodeaban. 

Cada una de estas interpretaciones alegóricas proviene de un pensamiento racional/lógico, y cada una de estas interpretaciones inevitablemente conduce por un camino que no lleva a ninguna parte. Son explicaciones que suenan maravillosas, incluso parecen piadosas, para las misteriosas leyes alimenticias de Levítico 11… pero, en realidad, cada uno de estos enfoques académicos y teológicos es tan defectuoso que no merece atribuirse a Jehová. Las personas en culturas que consumen algunas de las criaturas marinas clasificadas como IMPURAS en Levítico a menudo se encuentran con vidas MÁS LARGAS y mejor salud de lo habitual a lo largo de sus vidas. La idea de que los alimentos impuros eran inherentemente "malos" tampoco tiene fundamento, ya que no había una penalidad estricta para quien se atreviera a comerlos. Ser declarado "impuro" por comer un alimento impuro era una condición que generalmente solo duraba hasta el anochecer, y quizás requería poco más que un lavado ritual para purificar la impureza. Eso está muy lejos de lo que vemos en las leyes sobre comportamientos pecaminosos específicos (que estudiamos en capítulos anteriores de Levítico), las cuales prescribían una amplia variedad de penas por pecados de comportamiento de todo tipo, incluyendo, en algunos casos, la pena de muerte. Además, permitirnos pensar que Jehová, quien siempre se describe como un Dios que no cambia y que ordena el orden, no el caos, simplemente eligiera arbitrariamente algunos alimentos como puros y otros como impuros… como lanzando una moneda celestial… no concuerda con el resto de las Escrituras ni con Su naturaleza santa. Por otra parte, las soluciones alegóricas que a menudo se ofrecen para explicar Levítico 11 son, en mi opinión, un poco más que un intento de hacer que el alegorizador parezca erudito, conocedor y profundamente piadoso; porque la naturaleza misma de la alegoría se basa en la aparentemente ilimitada capacidad de la mente humana para crear relaciones fantasiosas que no existen en la realidad.

Entonces, ¿qué debemos hacer con esas extrañas leyes de pureza ritual en lo que concierne a la dieta de los hebreos? Bien, al menos el PRINCIPIO de una respuesta viene en el verso 44 de Levítico 11: "…Porque yo soy Jehová vuestro Dios; por lo tanto, consagraos y sed santos, porque yo soy santo; NO os contaminéis…". Y, a continuación, en el versículo 47 "Su propósito es distinguir entre lo limpio y lo impuro, y entre las criaturas que se pueden comer y las que no se pueden comer". 

La santidad es el propósito primordial del establecimiento de las leyes de Kashrut por parte de Yehoveh. Si miramos cuidadosamente, vemos que no hay NADA en ninguno de los versículos de Levítico 11 que diga que las leyes dietéticas son simbólicas. Tampoco leemos que uno se enfermará por comer algo designado como impuro (si ese fuera el caso, ¿por qué no se incluyeron en la lista negra muchas plantas tóxicas?)); ni leemos que la vida se acortará, o que los alimentos designados como "limpios" son inherentemente más saludables para la salud que los alimentos designados como "impuros". Y… esto es importante… no hay nada que diga que, por sí mismo, haya algo en un animal impuro en particular que sea intrínsecamente malo o insalubre. 

Así que debemos adoptar un enfoque totalmente diferente si queremos comprender estos requisitos de alimentación Kosher; y podemos comenzar adoptando la mente del escritor bíblico hebreo, lo que significa que nuestra única esperanza es buscar qué patrón ordenado por Dios se aplica a los alimentos… un patrón (o patrones) que se conecta a las designaciones limpias e inmundas del Señor. 

Ya tenemos un patrón establecido que Jehová creó para la humanidad; y este patrón fue creado empleando una de las dinámicas de gobierno más básicas que Dios usa para tratar con Su Creación: división, elección y separación. Permítanme divagar por un momento: tal vez el mayor clamor dentro de la comunidad cristiana es el constante llamado a la "UNIDAD". Prácticamente todos los pastores llaman a la unidad dentro de su congregación, y a veces lo utilizan como excusa para pedir a alguien que se marche si consideran que está causando "des-unión". Así que cuando me paro aquí y les digo que el Dios de la Creación en realidad avanza utilizando la división y la separación que puede ser un poco incómodo para algunos de ustedes. El término "unidad" solo se encuentra en 7 instancias en toda la Biblia; 5 de ellas están en el Nuevo Testamento. En hebreo, la palabra que se traduce como "unidad" es echad……. y significa unidad; se refiere al carácter y la esencia de Dios, y a la relación ideal del hombre con Dios. Como tal, el concepto de ejad, unidad, realmente debe aplicarse más en un contexto espiritual que en un contexto físico. 

En el Nuevo Testamento, la palabra griega utilizada para designar este mismo concepto de unidad es "henotes", y significa efectivamente unidad…, pero más en el sentido de acuerdo unánime que de "unicidad". En el concepto hebreo de unidad, echad, conlleva la idea de unirse orgánicamente… literalmente crecer juntos creando así una unión inseparable que completa y crea la totalidad…que es quizás el principal atributo de la santidad. No parece haber una palabra en griego que traduzca correctamente el concepto hebreo único de "ejad". Dicho esto, el principio hebreo de ejad, la unicidad, es sin duda lo que la santidad está tratando de transmitir. Ahora bien, en el contexto TODOS los casos en el Nuevo Testamento en los que se pide unidad es en lo que respecta a la relación del hombre con Cristo…no con otros hombres. Cualquier sentido de unidad entre los hombres en cuanto al concepto de echad se refiere a la unión de cada individuo con Yeshua. Así que la unidad fluye del hombre a Jesús, no del hombre al hombre; y cualquier unidad que haya entre los hombres DEBE fluir a través de Cristo. Yeshúa es como el eje de una rueda con radios; Él es el punto común. Si los hombres son los radios, debemos notar que los radios de una rueda con eje nunca se tocan entre sí. Cualquier unidad entre los radios se da por medio del eje. Por lo tanto, el concepto bíblico de unidad, echad, no trata de que los hombres lleguen a acuerdos unánimes sobre diversos temas entre sí… que es el pensamiento racional/lógico griego; más bien, se trata de nuestra unión con la mente y la persona de Cristo… nuestra unicidad con Cristo… echad. Este es un caso clásico de cómo la mentalidad griega malinterpreta la mentalidad hebrea. Esto ha causado muchas divisiones en las iglesias y mucha desarmonía y dolor dentro del cuerpo de Cristo. Escúchenme: el desacuerdo entre los miembros de una iglesia o sinagoga NO es desunión bíblica. Hay mucho espacio en la casa de Dios para puntos de vista diferentes, especialmente sobre los principios más desafiantes (y a menudo vagos) que encontramos en las Escrituras.

Volviendo al tema: desde una perspectiva de Santidad en lo que se refiere a comer animales, tenemos animales limpios, que son animales que pueden ser comidos por el pueblo de Dios… y por lo tanto pueden estar en el campamento de Israel. Los animales inmundos, que son animales que no pueden ser comidos por Israel, son animales que deben permanecer FUERA DEL CAMPAMENTO de Israel (con fines alimenticios). Y los animales de sacrificio son aquellos que pueden ser presentados a Yehoveh por los sacerdotes como sacrificios de expiación…por lo tanto no sólo son considerados como calificados para estar dentro del campamento de Israel, sino que incluso pueden ser santificados si cumplen con todos los requisitos para ser usados como sacrificio y permitidos dentro de las zonas santas del Tabernáculo. 

Si miramos un poco más profundo, también vemos una especie de sub-patrón que sigue la instrucción de Yehoveh que "vosotros (Israel) seréis santos porque yo soy santo" en otro nivel más: y ese patrón es que los animales que pueden ser sacrificados en el Altar para expiación provienen exactamente del mismo grupo de animales…. Behemah… animales terrestres domesticados, de los que Israel puede comer. Así que podemos decir que Yehoveh participa espiritualmente de los mismos animales que los israelitas fisicamente

Ahora la relación de santidad entre la humanidad y los animales de sacrificio se extiende aún más. Permítanme leerles el mandamiento, directamente de lo que llamamos los 10 Mandamientos, concerniente al Sábado. 

Éxodo 20:10 "Pero el séptimo día es sábado para el SEÑOR tu Dios. En él no harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo o hija, ni tu siervo o sierva, ni tus animales, ni el extranjero dentro de tus puertas." 

Es suficientemente interesante si sólo notamos que el Sábado incluye a los animales así como al hombre, ¿no lo cree? Pero oculto dentro de las palabras hebreas originales y la mentalidad de este pasaje de la Escritura hay un significado que está completamente oscurecido por las traducciones griegas e inglesas; porque la traducción común de la palabra "animales" en este versículo está bien fuera de la marca. Algunas de sus Biblias, en cambio, dirán "ganado" en lugar de animales. Bueno, eso es un poco más cerca, pero todavía un poco fuera. La palabra hebrea es "behemah". ¿Le suena? Significa animales terrestres domesticados. Vacas, ovejas, cabras….animales aptos para comer Y para el sacrificio. Un grupo bastante selecto de animales, ¿no le parece? 

¿Te sorprende que Yehová formara una relación de pacto con los animales? En realidad, hizo exactamente eso en los días de Noé. Escucha lo que dice Génesis 9:8 al 11: “Entonces Dios dijo a Noé y a sus hijos que estaban con él: ‘Ahora establezco mi pacto con ustedes y con sus descendientes después de ustedes, y con todos los seres vivos que están con ustedes: las aves, los animales domésticos y todos los animales salvajes, todos los que salieron del arca con ustedes, todos los seres vivos de la tierra. Establezco mi pacto con ustedes: nunca más será exterminada toda criatura viviente por las aguas de un diluvio; nunca más habrá un diluvio que destruya la tierra.’”

Dios valora mucho a Sus criaturas vivientes, y por eso hizo un pacto con todas las criaturas vivientes…. en el caso de Noé de no destruirlas nunca más con un Diluvio. Y allí mismo, en medio de los 10 Mandamientos, Él hace un pacto con los animales de que ellos también recibirán un descanso sabático. Ah, pero a diferencia del pacto Noético, quiero repetir el punto significativo de que SOLO se aplica a los Behemah, los animales terrestres domesticados, los que los hebreos pueden comer, los mismos que pueden ser ofrecidos en sacrificio en el Altar. 

Aquí tenemos una pista interesante sobre la elección de animales terrestres limpios e inmundos; los animales que SON o PUEDEN SER domesticados son limpios (con el criterio de que deben rumiar y tener pezuña hendida). Pero los animales terrestres inherentemente SALVAJES (animales incapaces de ser domesticados) están fuera de esto. 

Ahora, antes de que alguien malinterprete lo que estoy a punto de decir, supongo que es necesario, en este mundo de mensajes cortos en el que vivimos, aclarar que, aunque existe un patrón paralelo entre el hombre y los animales en una relación de pacto con Jehová, el hombre está por encima de los animales. El hombre tiene la capacidad de ser el Templo del Espíritu Santo de Dios… todas las demás criaturas vivientes no tienen esa capacidad. Por lo tanto, el hombre fue colocado en dominio sobre todas las demás criaturas vivientes. Sin embargo, es demasiado fácil para nosotros ignorar el gran amor que Jehová tiene por todo lo que Él creó, especialmente por aquellas cosas que llama Criaturas Vivientes (incluidos los animales), pues en ellas colocó el aliento de vida, separándolas de todas las demás partes de Su creación.

Entonces, aquí hay otro patrón que emerge: Jehová tiene dominio sobre el hombre, así como el hombre tiene dominio sobre TODAS las demás criaturas vivientes. Jehová aparta a ciertos hombres para santidad, así como también aparta a ciertos animales para santidad…esos animales especificados para sacrificio. Jehová vigila y cuida a Su pueblo apartado, así como al Hombre se le ordena vigilar y cuidar a esas criaturas vivientes apartadas que son tan importantes y amadas por nuestro Creador. Usted ve, ese segmento de la humanidad que se niega a venir bajo la sumisión del Señor Dios (los que permanecen fuera del campamento de Israel) se equipara en el reino animal a los animales salvajes inmundos. Los animales salvajes son definidos, Bíblicamente, como animales que se rehúsan a someterse al hombre (animales que no pueden ser domesticados exitosamente) por lo que deben permanecer fuera del campamento de Israel, así como los hombres que se rehúsan a someterse a Jehová deben permanecer fuera del campamento de Israel. Solo los animales que permiten que la humanidad cuide de ellos, aquellos que llamamos animales domésticos, son elegibles para la santidad. Sólo los hombres que permiten que el Creador cuide de ellos son aptos para la santidad. ¿Está esto empezando a tener sentido para ti…este concepto de patrones que conectan todo en el Universo de Dios? 

Llevemos esto un poco más lejos: Jehová es Señor y Rey sobre nosotros. El literalmente protege a los Suyos. Luchará por nosotros; no permitirá que nada nos arrebate de Su mano. El hombre es específicamente instruido por Dios para proteger a aquellos animales que Él ha puesto bajo su cuidado… animales domésticos, limpios. Los pastores protegen a sus rebaños con sus propias vidas…… y se supone que deben hacerlo. 

Así, la pureza del Santuario (el Tabernáculo) y la santidad de Jehová son protegidas al permitir solamente hombres y animales santificados en Su santa presencia. 

Y cuando preguntamos "por qué" las reglas para los animales limpios e inmundos son como son, la respuesta es que es porque esas reglas se ajustan a las reglas limpias e inmundas para la humanidad. Y, esto se debe a que TODO se ajusta al patrón de santidad establecido por Jehová. 

La próxima semana exploraremos la relación entre la pureza ritual y el pecado.