Genesis Lección 13 Capítulo 13 y Ezequiel 36, 37

Génesis

Lección 13 Capítulo 13 y Ezequiel 36, 37

 

Aún cuando la meta de Torah Class es estudiar los primeros 5 libros de la Biblia…..la Torá…..también es probable que lo más beneficioso para nosotros sea poder entender la relevancia que tiene para nosotros en nuestros tiempos, y como lo aplicamos a nuestras vidas. Muchos predicadores y maestros dicen que nosotros, hoy en día, estamos en un tiempo en la historia muy especial;  nosotros estamos siendo testigos de profecías Bíblicas de antigüedad cumpliéndose en nuestros ojos. Y, tienen razón. Pero, para poner esto en perspectiva, es bueno realizar que no todas las generaciones han sido testigos de eventos proféticos ocurriendo; así que nosotros pensaríamos que cuando una de las profecías se cumple, el pueblo de Dios mostraría mucha emoción. Aunque la iglesia…..y casi toda la población judía en el mundo…..han dado la bienvenida a dos de los eventos más importantes en toda la historia profética….el renacimiento de Israel como una nación judía, y el regreso del control de Jerusalén del pueblo judío…..con mucho desinterés. Yo creo que eso es primordialmente porque nosotros no concientizamos que el cumplimiento de profecías no sucede todos los días.

De hecho, con la caída de Jerusalén  en el 70 D.C., el desarrollo de profecías Bíblicas estuvo inactivo por un periodo de tiempo extendido. Por 18 siglos ni un evento profético descrito en la palabra tomólugar. Y, claro está, que muchas cosas estaban ocurriendo en el mundo en preparación para ese día en  que Dios comenzará a mover el reloj profético, para un conteo regresivo de las cosas que nosotros sabemos que han de suceder. Por casi 1900 años el pueblo de Dios no tenía nada del cual podían medir, solo donde se encontraban históricamente en la Biblia. Ese NO es el caso de nosotros ahora, aunque….con solo mirar alrededor de nosotros, pudiésemos pensar que nada fuera de lo común está sucediendo.

Después de la destrucción de Jerusalén en el 70 D.C., el próximo evento profético que había de ocurrir era el regreso de esos que habían sido dispersados y exiliados…..de lo que llamamos la dispersión romana, o el exilio romano. El pueblo judío, los creyentes y el no-creyente, mantuvieron sus maletas empacadas y esperaron con mucha expectativa el regreso, en las primeras décadas siguiendo la destrucción romana de Jerusalén, donde les fue prohibido vivir; pero no sucedió. La iglesia gentil y los judíos mesiánicos del 2ndo siglo D.C. pensaban que Cristo iba a regresar en cualquier momento; así como los judíos tradicionales pensaban que el regreso a su tierra y la reconstrucción del templo era inminente….pero no sucedió. Aquellos que adoraban al Dios de Israel y vivían en el 3er siglo estaban impacientes y preocupados acerca del porque le estaba tomando tanto tiempo a Dios llamar a su pueblo de regreso a su Tierra Santa….pero sus preocupaciones no cesaron. En el 4to siglo la iglesia de Jesucristo se había gentilizado completamente, continuaban esperando el regreso de Cristo; y los judíos de todas las naciones que habían emigrado a otras naciones, se preguntaban si tal vez el tiempo de regresar a su tierra estaba cerca….al igual que los del 5to, 6to, 7mo, y 8vo siglo, hasta llegar al siglo 17, cuando la Cristiandad tomó un giro catastrófico y llegaron a la conclusión que habíamos estado leyendo incorrectamente los libros de los profetas acerca del regreso de Israel a su tierra.

 La iglesia concluyó que Israel NO iba a regresar; al menos, habría ver un Israel judío. Y, que el Israel que la Biblia estaba hablando….tanto la gente como la tierra…. Eran simbólicos. ¿Simbólico de qué? Eran simbólicos de la iglesia gentil. La nueva creencia principal que surgió y la cual hoy en día domina el mundo Cristiano, comenzaron en el siglo 17; y estas creencias tienen como base y retienen como creencia que Israel ha sido reemplazado por la iglesia. Que Israel ha sido completamente y permanentemente rechazado por Jehová, porque ellos han rechazado a su hijo. Que todas las promesas de la tierra y de salvación que los hebreos habían recibido a través de Abraham y Moisés se les fue quitadas y dadas a la iglesia de los gentiles. Que la iglesia ahora iba a recibir todas las bendiciones que habían sido prometidas por Abraham; esas promesas que leímos en los primeros versos del capítulo 12; que Israel, iba a recibir todas las maldiciones que vendrían de la desobediencia a la ley de Moisés.   

Vamos adelantarnos hasta llegar al siglo 20. Ahora sí que tenemos un problema, porque en el 1948 Israel finalmente regresa al mismo lugar exacto de donde habían sido exiliados; la nación judía volvió a renacer de la misma manera en que había sido profetizado. Y, en el 1967,  Jerusalén, se le fué entregado al pueblo judío todo el control,  igual como se había profetizado…..y por ende decretado…por Jesús. Y, ¿cuál ha sido la reacción de la iglesia a estos asombrosos eventos? En general, nada. La misma teología de remplazo que surgió por la falta de fé de parte de nuestros líderes, en el siglo 17, posiciones completamente entrelazadas y engranadas en nuestras doctrinas modernas….es lo que hasta hoy en día se continúa enseñando en la mayoría de las iglesias mundialmente. Es como si el regreso de Israel a reclamar las promesas hechas a Abraham, nunca sucedió.   

Ustedes saben, que a los Cristianos se les ha enseñado desde temprana edad a expresar desilusión hacia esos terribles judíos de los días de Jesús que tuvieron un privilegio inimaginable de ser testigos de la tan esperada llegada del Mesías, pero que después fueron cegados por sus tradiciones judías. Tan cegados que mataron al Hijo de Dios por EL declarar, quien realmente EL era.  

Bueno, hoy, nosotros los de la iglesia hemos sido testigos de ese día tan esperado cuando Israel regresó de su exilio, reclamando la herencia de su tierra, y renaciendo como una nación; nosotros vimos en televisión como el ejército Israelí derrotó la alianza de 5 poderosos ejércitos Árabes en solo 6 días, y en el 1967 reclamaron a Jerusalén como su propia Ciudad Santa por primera vez desde el 70 DC. La profecía se ha cumplido; los judíos están de regreso, y debido a muchas de nuestras tradiciones cristianas, la iglesia ha estado completamente cegada. Interesantemente, fue menos de 1900 años desde el tiempo en que Dios  hizo Sus promesas a Abraham hasta que Yeshua el Mesías llegara; y fue un poco menos de 1900 años del día en que Dios sacó a Su pueblo fuera de la tierra, pero prometió que EL los iba a traer de regreso.  Fué entonces que ellos regresaron a reclamar esa promesa una vez y por todas. Tal vez deberíamos de observar con mucha atención estos sucesos.

Hay muchas menciones dispersas a través de la Biblia sobre estos eventos, pero para mí, ninguno tiene el impacto como el que habla el profeta de Dios, Ezequiel. Ezequiel fue uno de esos judíos que fue sacado de su hogar en Jerusalén por Nabucodonosor, y exiliado a Babilonia, cuando el Imperio de Babilonia conquisto a Judah en el 597 A.C.

Así que, vamos a desviarnos un poco…..y a la misma vez conectar los puntos entre las promesas hechas a Abraham en Génesis 12 y 13, y las declaraciones proféticas  hechas por el profeta Ezequiel, en Ezequiel 36 y 37…..y luego todo lo que conecta a los eventos de nuestros tiempos….con solo leer la historia profética del regreso FINAL del pueblo judío a su tierra. Un regreso que, después de 18 siglos de cumplimientos proféticos interrumpidos, marca la reanudación del conteo regresivo para Armagedón. 

LEER EZEQUIEL 36 y 37


¡Wow,  yo desearía que George Lucas o Steven Spielberg hicieran una película solo de lo que es contenido en estos dos capítulos!

El primer punto que necesito decir es que el evento del que se habla en Ezequiel NO es acerca del regreso de los judíos de Babilonia. El estudio de estos dos capítulos de Ezequiel dura unas cuantas semanas; así que, permítanme señalar unos puntos claves que serán de beneficio para entender estos versículos.

Lo primero y más importante, es el significado de la frase “toda la casa de Israel”, también en ocasiones es traducida como “ambas casas de Israel”, o también como, “todo Israel”. Las palabras de Ezequiel fueron escritas en un periodo de aproximadamente 25 años,  un poco después que Babilonia conquistara a Judah en el 597 antes de Cristo. La parte que nosotros estamos estudiando fue escrita años más tarde. Alrededor de 130 antes, es importante saber que los hebreos eran una nación dividida; una confederación de 10 tribus vivía en el área norte de las tierras santa, y un grupo de 2 tribus vivían en el sur. De hecho, el área del norte era un reino aparte, separado y aparte del área sur, cada área con su propio rey.  Permitanme ser muy claro en algo: el reino unido de Israel, dirigido por David y luego Salomón, vino a ser dividido por causa de una guerra civil. El área del norte era conocida por varios nombres: el Reino del Norte, el reino de Israel, y algunos documentos se refieren a ella como el Reino de José. Pero la mayoría del tiempo, en esa era se acostumbraba, llamarlo por el nombre de la tribu que dominaba esa región: la tribu de Efraín. Desde el 900 antes de Cristo al tiempo de Ezequiel (cerca de 590 antes de Cristo), la región del norte era llamada el Reino de Efraín….un nombre del cual muchos no estaban familiarizados.

El reino del sur, del cual estamos familiarizados: el mismo era llamado Judah. Ahora, en la Biblia se refieren al reino del norte como “la casa de Israel”, o con más exactitud “la casa de Efraín”…….y el reino del sur era llamado “la casa de Judah”.  Estas dos casas….la Casa de Efraín y la Casa de Judah, juntas hacen lo que la Biblia llama la casa ENTERA de Israel. Ahora, casi todas las Biblias en vez de decir “la casa de Efraín”, van a decir “la casa de Israel”, lo cual puede ser confuso. De hecho, la casa de Israel era un término usado por unos pocos de años inmediatamente seguido la guerra civil para señalar al reino del norte, pero no lo usaron por mucho tiempo.

 El punto es que hoy, una de las dos casas de Israel ha regresado a su tierra: Judah. Judah se compone de lo que conocemos como los judíos. Esa otra casa de Israel, la que se compone de 10 de las 12 tribus de Israel, aún no ha tomado parte en el regreso a Israel.

La parte de Ezequiel 37 donde habla de las dos varas, una para Efraín y otra para Judah….siendo puestas juntas, se refiere a ese tiempo donde AMBAS casas de Israel van a regresar a las Tierra Santa, para ser reunidos. Pero, hasta el momento, solo UNA casa….la casa de Judah…..ha regresado.  

La pregunta más común que nos hacemos es: ¿Acaso Ezequiel se está refiriendo al regreso de los hebreos del exilio de Babilonia? La contestación es no. Porque ese exilio fue el exilio de Judah; la otra casa de Israel…..Efraín…..había sido conquistado por Asiria, ellos fueron sacados y esparcidos a través de las 120 naciones que formaba el Imperio de Asiria; ese evento sucedió casi siglo y medio antes que Ezequiel, y básicamente ellos habían dejado de existir como un grupo de gente identificable. En otras palabra, los eventos de los cuales habla Ezequiel 36 y 37 no era acerca del regreso de Babilonia, pero si sucederán.

El regreso de Efraín está comenzando a suceder. En marzo del 2005, el gobierno Israelí oficialmente autorizó el regreso a la Tierra Santa, a las personas que dicen no ser  judías….pero que SON Israel. Estas personas que están deseando emigrar a Israel son algunas de las 10 tribus perdidas de Israel….la 2nda casa de Israel, Efraín. Una vez más: los judíos son solamente de la tribu….o reino…de Judah… que básicamente representa a las dos tribus de Benjamín y Judah. Efraín representa las otras 10 tribus  (lo cual se asume que están perdidas e inidentificable), y ellos NO son judíos…..pero verdaderamente son Israelíes.    

Así que, los eventos que acabamos de leer en Ezequiel 36 y 37  están en proceso. Alarmante, ¿verdad?

Hoy, estamos en los tormentosos días de un debate intenso sobre la tierra que los judíos han ocupado, y en la cual Efraín está comenzando a regresar; y ese argumento algún día va a llevar al mundo a una guerra final, lo cual nos llevará a los últimos capítulos de Ezequiel…..aún cuando no vamos a entrar en ese tema en estos momentos. Algunos querrán argumentar sobre las fronteras precisas de esa tierra que Dios le dió a Abraham por todos los tiempos; pero escúchenme: por lo menos incluía cada pulgada de tierra que los palestinos ahora reclaman como suya. Como podrás ver, el área en el cual Abraham estaba en el momento en que Dios le hace esa promesa, es exactamente en el corazón de lo que hoy se conoce como el West Bank….o, en el término más ridículo posible….el territorio ocupado.  

No puedo comenzar a decirles el terror que yo siento por América cada vez que escucho al Presidente, o a nuestro Secretario de Estado (en mi opinión personas decentes y bien intencionadas), hablar de quitar la posesión del West Bank a Israel, a través de presión política, y darle la tierra a los Palestinos como su propia nación soberana; y todo eso en espera de paz. Nosotros todavía tenemos una coalición de Iglesias demandando la misma cosa como resultado de una doctrina de tolerancia, justicia y misericordia para los árabes y los palestinos. Esta es precisamente la tierra que Dios le dio a Abraham y separó para sus descendientes para todos los tiempos. Y, Dios nos ha advertido de esos que van en contra de sus descendientes (esos que maldicen a Abraham), EL va a venir en su contra y los va a juzgar (ellos van a ser maldecidos).   

Toda indicación, Bíblica, es que ciertamente alguien va a forzar sobre Israel la decisión de rendir una porción de la tierra que está en el centro del pacto de Abraham. En aquel momento, tristemente, aparenta que será el gobierno de los  Estados Unidos quien los forzará para así poder alcanzar la paz trazada por el Presidente Bush. Y, esa paz que el mundo tanto anhela para nuestros tiempos va a ocurrir…. por un periodo de tiempo MUY corto. Pero, el problema es, que paz con el mundo quiere decir guerra con Dios. Como puedes ver, los patrones de Dios de dividir, seleccionar y elegir nunca han terminado; estamos viviendo en uno de esos momentos en que Dios define y divide. Y,  parte del proceso de dividir y separar usado por Dios se basa alrededor de nuestra respuesta a una sola pregunta: ¿Cuál es tu postura hacia Israel? Y, gústele o no, nosotros debemos escoger  un lado o el otro. Nosotros podemos escoger obedecer y honrar Sus pactos y tener paz con EL, o podemos estar del lado del mundo y de la iglesia apóstata. El estar del lado de Israel es estar del lado de Dios. El no estar del lado de Israel es estar con el mundo, en contra de Dios.   

Vamos a terminar el capítulo 13, ahora, volvamos a leer los versículos del 14-18.

LEER GEN.13: 14 –18

Ahora que le he podido demostrar que las palabras de estos versículos  TODAVIA están en efecto, y estarán hasta el fin de las cosas, yo espero que puedan ver la importancia que tienen. La tierra que Dios le mostró a Abraham debe ser INCONDICIONALMENTE de Israel para siempre. Ahora, ¿dónde exactamente ESTABA Avram cuando se supone que mirase… en cada dirección de la brújula…..y todo lo que era de pertenecer a sus descendientes?  El apócrifo de Génesis, lo ubica en Ramath-Hazor lo cual queda como 5 millas al noreste de Bethel. Es el punto más alto en el área central de Israel, con una altitud de casi 3300 pies. Desde este punto, uno puede ver el Mar Mediterráneo al oeste, y al este, hasta el reino de Jordania.

Ahora, el versículo 17 dice que Abraham debía caminar el largo y el ancho de la tierra, porque Dios se lo había dado a él. ¿Qué exactamente significa esto?  ¿Acaso él tenía que  literalmente  parar lo que estaba haciendo y visitar cada área de la tierra?  ¿O era esto solo un símbolo de algo, o un modismo hebreo o qué? El  Tárgum Jonathan (un libro de comentarios de la antigüedad) dice que lo que estaba sucediendo es que Abraham estaba haciendo chazakah.  Chazakah era una costumbre legal de esa era muy conocida, y usada mucho antes, por las diferentes tribus y la gente del Medio Oriente. Se le conocía por los Egipcios al igual que los heteos, y confirmado por documentos antiguos. Y, el concepto era que cuando un pedazo de propiedad era adquirido, el dueño nuevo debía de caminar los perímetros de toda la propiedad, lo cual era simbólico a marcar el territorio. Una vez el dueño nuevo hacia esto, entonces la transferencia estaba completa. Algunas culturas requerían que el rey o el gobernante caminara el perímetro de su reino, de tiempo en tiempo para así re-establecer la soberanía sobre ese territorio.  

Ahora, ¿porque Dios hizo que Abraham hiciera esto? Lo hizo por amor a Abraham y por amor a todos los que probablemente iban a preguntar: “¿porque estás haciendo Chazakah?”, no me queda duda alguna que Abraham no hizo ningún amigo como resultado de haber hecho este procedimiento. Porque, dentro del contorno del territorio que el marcó habían MUCHOS reinos, ciudades y estados que ya estaban establecidos, y yo sospecho que ninguno de ellos estaba muy contento con esta declaración simbólica  de posesión de tierra hecha por un extranjero.  

Pero, también  hay otra razón: vamos a ver como a través de la Torá, y lo que queda del Antiguo Testamento y la Biblia completa en general, dónde sistemas gubernamentales hechos por hombres existen, Dios tiende a permitir a las personas envueltas a usar las leyes, decretos y costumbres de su sistema, cuando transacciones entre el hombre y Dios ocurren. Abraham estaba completamente familiarizado y cómodo con Jehová diciéndole que fuera y caminara la tierra, porque así era como se hacían las cosas, en ese entonces. De hecho, probablemente hubiese sido bien alarmante, y hubiese dejado mucha duda en Abraham, si Dios no le hubiese ordenado que lo hiciera. Es como si nosotros fuéramos a comprar un carro, llenamos todos los documentos, le entregamos el cheque, y el vendedor dice, “no necesitamos nada de parte suya o que firme ningún documento…solo coja el carro y se puede ir y le tomaremos solo su palabra.” Estoy seguro que nos sentiríamos bien incomodos haciendo eso…por solo una razón, no es nuestra costumbre. Normalmente, todas las partes firman los documentos para así hacerlo legal. El firmar los documentos completa la transferencia del carro por parte del vendedor al comprador.  Lo mismo sucede aquí con Abraham; la costumbre legal en esos días, el caminar el perímetro de la tierra legalmente completaba la transferencia de la propiedad y de este modo ambas partes sentían que habían cerrado la transacción.

 Este capítulo termina con Abraham moviéndose a Hebrón, y construyendo un altar allí. El construir un altar era costumbre y así declaraba la autoridad de un Dios u otro sobre el territorio.  

 

 

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