Deuteronomio Lección 9 Capítulo 6 Continuación

Deuteronomio

Lección 9 – Capítulo 6 Continuación

Me gustaría pedirle su atención y paciencia hoy porque la primera mitad de esta lección es significativamente diferente de la última, y la última mitad trata de uno de los mensajes más desafiantes que he tenido el privilegio de presentar.

Uno de los sabios judíos más venerados, el Rambam, también conocido como Maimónides que vivió durante el siglo XII, dijo lo siguiente:

“Los sabios de antigüedad dijeron:” quien tenga tefilín en la cabeza y el brazo, Tsitsit en su vestimenta, y una mezuzá en su puerta puede presumirse que no pecará “, ya que tiene muchos recordatorios; y estos son los “ángeles” que lo salvan de pecar, como es dicho, ‘ el ángel del Señor acampa alrededor de aquellos que le temen a Él y los rescata”.

El punto de vista de Rambam es que el uso del tefilín y los Tsitsit, y la sujeción de una Mezuza a los dinteles de la puerta de la casa de uno, trae al Señor y a Sus mandamientos en constante recordatorio al judío que hace tal cosa; y por lo tanto la probabilidad de que tal persona pecara conscientemente en contra de Jehová es remota. De hecho: según les he enseñado anteriormente, la palabra hebrea que normalmente (y a veces equivocadamente) se traduce al español, como “ángel” es Malach. Y en su sentido más claro malach significa simplemente mensajero, y ese es más el sentido que Maimónides quiere decir aquí.

A medida que continuamos hoy en nuestro estudio de Deuteronomio capítulo 6 nosotros vamos a estudiar cuidadosamente la práctica del judaísmo ortodoxo en el uso del tefilín, y el de colocar una mezuzá en la entrada a la casa de uno (y a menudo en cada puerta interior a través de la casa).

Vamos a volver a leer Deuteronomio 6 comenzando con el versículo 6 hasta el final del capítulo.

Volvamos a Leer DEUTERONOMIO 6:6 – hasta el final.

Cuando el versículo 6 dice, “estas palabras, que les ordeno, deben estar en tú corazón”, las mismas se refieren inmediatamente al Shema, Escucha o Israel, los 2 versos que vienen inmediatamente antes de lo que les acabo de leer ahora; y nosotros discutimos a fondo esos 2 versículos la semana pasada. Yo no voy a repasar todo eso, pero si te lo perdiste puedes ir a torahclass.com o pedir un CD y escucharlo porque este es el principio central de la fe judeo-cristiana. Por favor, tengan en cuenta que la frase, “estas palabras”, también se están refiriendo a todas las leyes y órdenes que ya han sido dadas, y están a punto de ser dadas, porque esta sección de Deuteronomio es en esencia una interrupción en el flujo de la entrega de la Ley para que así Moisés pueda hacer un punto crucial que los mandamientos de Dios deben llevarse a cabo en el contexto de amar al Señor. La idea es que el seguir estos mandamientos de una manera insensible o como un ritual mecánico pierde la intensión de los mismos. Observe además la instrucción de que la ley, la Torá, debe estar “en su corazón”.

Yo recalqué esto porque ha sido enseñado erróneamente por muchos líderes de la iglesia que el AT era un código de ley rígido y EXTERNO escrito en tabletas de piedra, mientras que el NT tendría la nueva dinámica de ser mandatos de Jesús escrito INTERNAMENTE en nuestros corazones. Tal cosa obviamente no es el caso (al igual que muchos de los mitos del AT versus el NT que han sido perpetuados por doctrinas anti-judías y no basadas en las Escrituras que deben ser eliminadas de nuestro pensamiento).

El versículo 7 le dice a Israel que enseñe estas leyes y mandamientos (especialmente el Shema) a sus hijos; esto no es una exhortación inactiva. Mencioné la semana pasada que Moisés no está gastando todo este tiempo y energía dando una repetición minuciosa de la Ley, y luego explicando sobre su significado, así como algún tipo de ceremonia celebrando el comienzo de la Guerra Santa para conquistar la Tierra Prometida. Más bien era que esta nueva generación no CONOCÍA mucho sobre la Ley. Sus padres, quienes eran la generación original del éxodo, ahora ya fallecidos, no hicieron su deber y trabajo de enseñarle a sus hijos (los que ahora están de pie ante Moisés para escuchar su sermón) las leyes de Dios; tampoco ellos siguieron muy en serio la Ley.

En este punto se obtiene una breve serie de instrucciones que han formado una gran cantidad de tradición judía. Dice que las cabezas de los hogares deben hablar sobre el Señor y Sus mandamientos “cuando estás en casa, cuando estés fuera, cuando te acuestes, y cuando te levantes”. Esta afirmación es una manera literaria que no está en lo absoluto confinada a la cultura hebrea, pero es una que encontramos utilizada mucho en la Biblia; se llama merismo. Es decir, es una declaración poética destinada a transmitir una idea; es una expresión en que varias partes de la misma se combinan para presentar un concepto general. Por ejemplo, en un ejemplo anterior del merismo en Génesis se nos dice que Dios “creó los Cielos y la tierra”. La idea NO es que Él creó SOLAMENTE algo definido como “los Cielos”, y luego otra cosa a que llamamos la tierra…. el planeta mismo…..y luego nos dejan pensando si en realidad Dios NO creó otras cosas además de los cielos y la tierra. Más bien, esto simplemente significa que Dios creó todo porque para el hebreo los cielos representaban el infinito mientras que la tierra representaba lo finito. Así que la declaración acerca de CUÁNDO hablar sobre el Señor (cuando está en casa o lejos, acostado o al levantarse, etc.) simplemente significa “en todo momento” o “en cada situación”.

En el versículo 8 encontramos una instrucción que ha creado una controversia significativa dentro de la religión hebrea, y generalmente ha sido ignorada en el cristianismo; lo que debemos de atar estos mandamientos como un signo en nuestra mano y como un símbolo en nuestra frente. La controversia entre los judíos es si este mandamiento es uno LITERAL en el cual algún tipo de artefacto ritual debe ser realmente puesto en la mano y en la frente, o si se trata de una afirmación metafórica que simplemente significa que al igual que las palabras del Señor deben estar constantemente en nuestras mentes y habladas, las mismas también se deben llegar a ser parte de nosotros en algún tipo de sentido físico. Y el propósito es para uno constantemente recordarse de Jehová y Su Ley.

Un tiempo después de que la Ley fue dada algunos grupos de judíos coincidieron en que esto estaba hecho para ser tomado literalmente por lo que el uso del tefilín llegó a estar en existencia. En griego, y por lo tanto en el NT, nosotros vamos a encontrar la mención directa de estos objetos rituales usando la palabra “filacterias”.

Los tefilines o los filacteros, consistían de dos pequeñas cajas de cuero negro que contienen cuatro pasajes de la Escritura, y estas están pegadas a las correas de cuero negro. Una caja se coloca en el brazo izquierdo por los bíceps y la otra se coloca en la frente por o en el pelo. Las mismas se colocan antes y durante las oraciones matutinas de los judíos ortodoxos; sin embargo, NO se utilizan en el Shabat y otros días sagrados, porque se considera que la observancia del mismo día santo es una señal y nada más es necesario.

Antes de ponerse el tefilá (singular para el Tefilín) en el brazo se ofrece una oración. Esta oración nos dice que para el judío ortodoxo el uso del tefilín es visto como un Mandamiento de Dios. Ellos dicen en hebreo: ‘ he aquí, al ponerse el tefilín yo pretendo cumplir el mandamiento de mi Creador, Quien nos ha mandado a ponernos el tefilín, según está escrito en Su Torá. Y, a luego, en Deut 6:8 se cita: “ Y las atarás como una señal a tu mano, y serán tefilines entre tus ojos”.

La realidad, sin embargo, es que aunque esta última frase proviene de Deut. 6:8 la palabra hebrea tefilín NO está ahí; más bien la palabra es totefet, la cual correctamente significa ‘ bandas’. Por consiguiente, lo que tenemos aquí en el uso de tefilín es Tradición. Sin embargo, no todos los hebreos observaron esta tradición, y no hay evidencia de que esta tradición existiese antes del 250 A.C. Nosotros si sabemos por los registros que los fariseos hicieron el uso del tefilín una parte estricta de sus doctrinas, y en algún momento se llevó a usarlos no sólo en la oración de la mañana, sino que en todo momento, excepto cuando dormían. También sabemos que los hebreos que vivían en Samaria NO observaban esta tradición (que por supuesto era un gran insulto a los judíos de Judea). Parece que esto era principalmente una costumbre de aquellos judíos que vivían en Judea en el centro de la ortodoxia judía, Jerusalén. No hay registro de ningún uso generalizado del tefilín en Galilea donde vivió Yeshua.

Entonces, ¿acaso eran sólo los fariseos los que usaban el tefilín? Aparentemente no porque antiguos tefilínes fueron encontrados entre los artefactos de los Esenios en Qumran, y los mismos son mencionados dentro de los Documentos Comunitarios de los Pergaminos del Mar Muerto. Flavio Josefo también discute sobre el Tefilín y continúa explicando que a veces incluso los 10 mandamientos fueron incluidos entre los escritos que fueron guardados dentro de esas pequeñas cajas de cuero. Así que sabemos que cómo se usaban y lo que contenían cambió con el tiempo, y diferentes grupos de judíos desarrollaron diferentes tradiciones tefilín.

El tefilá principal se coloca en el centro de la frente y otra oración es recitada. Las correas en la parte posterior se anudan para formar la palabra hebrea dalet, y la correa del brazo de la mano debe estar en la forma de un yod. Estas tres letras hebreas forman el nombre Shaddai (Todopoderoso). Alfred Edersheim, un tremendo erudito hebreo/cristiano escribe sobre la importancia mística del Tefilín: por su valor e importancia a los ojos de los rabinos, era imposible exagerarlo.

Los mismos fueron reverenciados grandemente como las Escrituras. “Se dijo que Moisés había recibido la ley de su observancia de Dios en el Monte Sinaí; que el ‘ tefilín ‘ era más sagrado que la placa dorada en la frente del sumo sacerdote, ya que su inscripción encarnaba sólo una vez el nombre sagrado de ‘ Jehová, mientras que el tefilín ‘ lo contenía no menos de veintitrés veces ‘.

Alfred Edersheim también afirma que, aunque los fariseos eran escrupulosos sobre su uso: “la admisión de que ni los sacerdotes oficiantes, ni los representantes del pueblo los llevaban en el templo (Zebach. 19a, b), parece implicar que esta práctica no fue absolutamente universal”

Los fariseos querían ser conocidos por su piedad exterior, y como todos sabemos Jesús los criticó por esto y por otras acciones como hacer sonar trompeta cada vez que ellos contribuían dinero a los fondos del Templo. Pero lo que es clave es notar que (en su típica forma británica sutil) Edersheim dice que esta práctica de usar tefilín “no era muy universal”. Traducción: no fue sino una minoría de judíos los que hicieron esto.

Ahora, he escuchado a varios maestros de las Raíces Hebreas decir que Jesús llevaba tefilínes. Esto es algo muy poco probable. Yeshua era un judío campesino común de Galilea; Él a menudo mostraba la típica actitud Galilea de desdén hacia los inflados egos religiosos de las autoridades religiosas judías de Jerusalén y esto incluía a los fariseos que eran una parte vital de esa autoridad religiosa.

Permítanme ser claro: el uso del tefilín es al menos una interpretación ambigua de la Torá. Por consiguiente, ¿el uso del tefilín es necesariamente algo incorrecto? No. Pero de ninguna manera es un mandamiento Bíblico. El gran Rambam y muchos otros sabios judíos de élite dicen inequívocamente que la afirmación de “atarlos como una señal en el brazo y en la frente” es una metáfora y no está destinada a ser tomada literalmente. Pero al igual que cada tradición artificial o invención de un nuevo símbolo, hay peligro. Y encontramos ese peligro evidente simplemente en la palabra griega utilizada para Tefilín, que es la filacteria. La filacteria NO es una palabra griega especial inventada para describir este único hábito hebreo de algunos judíos que usan cajas de cuero y correas con pequeños pergaminos de las escrituras dentro de los mismos. Más bien la filacteria es un término griego bastante general que significa “Amuleto”. Un amuleto es un encanto mágico. Se trata de un pequeño objeto que se dice que posee poderes curativos o cualidades de protección. Y como uno podría esperar, entre los muchos judíos que decidieron usar el tefilín algunos pensaron en ellos como objetos que poseían el poder divino. De hecho, lo tenemos expresamente expresado en un antiguo Targum judío (en Cant. 8:3), que el ‘ Tefilín ‘ impidió a todos los demonios hostiles de hacer daño a cualquier israelita. Con esto dicho, no creo que debamos juzgar el uso de esta antigua tradición cultural por los judíos; sin embargo el emularlo como gentiles creyentes es una exageración.

Antes de empezar a discutir las mezuzas y su uso permítanme hacer algo bastante claro: la Biblia NO prohíbe toda posible fabricación o uso de símbolos. Fuimos creados como criaturas visuales y por lo tanto los símbolos son un elemento importante para ayudarnos a recordar nuestra posición y lealtad al Dios Todopoderoso.

Sin embargo, existen reglas y principios estrictos que rigen la elaboración o el uso de símbolos en la Torá. Y Deuteronomio en todas partes nos ayuda a ser muy cautelosos para no desarrollar símbolos que puedan ser utilizados (o tomados por otros) de una manera equivocada. La Torá tiende a prohibir firmemente los símbolos que tienden a antropomorfizar a Jehová; es decir, la misma habla en contra de algo que tendría a Dios tomando cualidades similares a las HUMANAS expresadas en formas similares a los humanos. Por lo tanto, no debe haber estatuas, ni pinturas, ni imágenes talladas de ningún tipo que se diga que lo represente a Él. Sinceramente, las maravillosas obras de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina probablemente nunca debieron haberse hecho, porque muchas de ellos tienen a Dios representado como un anciano barbudo flotando en las nubes. Y este tipo de imagen que llegó a ser tan popular en el período Renacentista ha impregnado inconscientemente (y en algunos casos conscientemente) a la iglesia y distorsionado enormemente la imagen de quién Dios es. Nos ha hecho pensar en él más como un sobrehumano, que como un no-humano infinitamente superior.

A nosotros también se nos prohíbe específicamente el uso de CUALQUIER cosa creada (que sea, creada por Dios) como modelo para un símbolo que se identifique con el Señor; cosas como estrellas, o la luna, o animales, o peces, o cualquier tipo de criatura del mar. Por el contrario, la Biblia nos da ciertos símbolos ordenados por Dios que estamos divinamente autorizados a usar, aunque dentro de unos límites. Y entre ellos se encuentran los tzitzit (flequillos) y tal vez el objeto que estamos a punto de estudiar a continuación, la Mezuza. Y note que NINGUNA de estas cosas que son ordenadas por Dios viola las reglas que el Señor establece sobre los símbolos y las imágenes.

La mezuzá es una continuación de la extrema importancia que Él pone en el acto del adorador de recordar quién es Él y que Él es nuestro Dios. Ahora esta instrucción en el versículo 9 de “escribir Sus leyes en los dinteles de las puertas de su casa y en sus puertas” es una donde los el judaísmo está en acuerdo que debe ser un mandato literal de colocar la escritura en la entrada a su hogar y en la entrada a un pueblo o ciudad. Sin embargo, también podría interpretarse razonablemente como una metáfora sobre honrar al Señor especialmente en nuestra propia casa.

Era común en la época de Moisés, así como antes y después, escribir algún tipo de mensaje o epíteto honrando a su Dios encima de su puerta; la mayoría de las sociedades hacía esto de una manera u otra. También era la norma tener algún tipo de mensaje en las principales entradas a las ciudades que pronunciaban la grandeza del rey o el dios honrado en esa ciudad; y no era diferente en Egipto de donde los israelitas habían salido. Por lo tanto, no es de extrañar que la orden de recordar al Señor, y de dedicar los predios al Señor, por medio de escribir algunas de Sus Escrituras en las entradas, se entendiera por completo como la continuación de esa costumbre que era muy común en el Medio Oriente.

Por lo tanto en la era de Jesús esto era algo que todos los judíos….. de Judea, galileos, incluso los judíos Samaritanos y de la diáspora…..estaban de acuerdo. Ahora bien, cómo esto se iba a hacer no es algo que se elaboró en la Sagrada Escritura, por lo que, por supuesto, se desarrollaron tradiciones para poder manejarlo.

Parece que la práctica que vemos hoy en día con este pequeño artefacto rectángulo que puede ser fijado a una puerta comenzó en el segundo período del templo, ligeramente antes y durante el tiempo de Yeshua. Y dentro de este artefacto llamado Mezuza por lo general ponían algunas porciones de la Torá escritas usando letras en miniatura en un pequeño trozo de pergamino. Generalmente Deuteronomio 6:4-9 y 11:13-21 es lo que está escrito. Al igual que con el tefilín, los mezuzot también fueron encontrados en Qumran y además de tener esos versos en particular, varios de esos mezuzot antiguos también incluyeron los 10 mandamientos.

Tristemente, al igual que con el tefilín, este símbolo ordenado por Dios a veces tomó las características de un amuleto. Nosotros encontramos que incluso el gran líder religioso judío el Rabino Judá el Príncipe envió una Mezuzá al rey Ardavan con un mensaje diciendo que si él lo pegaba a los postes de la puerta de su casa el mismo lo protegería.

Al final la mayoría de los detalles que implican el uso de mezuzás son tradiciones, sin embargo, el principio de su uso (como con tefilín) es definitivamente Bíblico. Mi consejo es que si usted quiere utilizar una Mezuzá para indicar la lealtad de su familia al Dios de Israel o simplemente recordarse de los mandamientos del Señor al entrar y salir, que al menos siga las tradiciones judías estándar sobre la colocación PRINCIPALMENTE como testimonio por si una persona judía llega a su casa. Y lo principal a saber es que se debe colocarse en la parte superior 1/3 de la jamba de la puerta (lado derecho desde el exterior mirando hacia adentro), con la parte superior en ángulo hacia el interior de la casa.

Una cosa más: mientras que los dinteles de las puertas se refieren a su hogar personal, las entradas se refieren a la ciudad o el punto de entrada de la aldea. Los portones de la ciudad funcionaban como la Plaza de la ciudad en la era Bíblica e incluso como el área donde se llevaba a cabo la corte. No es nada diferente a la práctica que SOLÍA existir en los Estados Unidos de publicar los 10 mandamientos en nuestros tribunales de justicia para recordarles a todos que eran estos principios los que constituyen la base de todas nuestras leyes. Y que el Señor está mirando hacia abajo los procesos judiciales y quiere que su definición de justicia y misericordia se administre lo más humanamente posible.

Ahora en el versículo 10 el acto de recordar adquiere una clase diferente de importancia del tefilín y del mezuzot. La misma es en la pobreza o la prosperidad uno es exhortado a mirar hacia atrás en la historia (historia Bíblica, la historia de la salvación, e incluso nuestra propia historia personal) a las cosas maravillosas que Jehová ha hecho por nuestro bien. Sin embargo, no se equivoquen; el empuje principal de estos próximos pasajes es sobre recordar Su soberanía, ESPECIALMENTE en el tiempo de la PROSPERIDAD, porque es la tendencia del hombre a mirar más a nosotros mismos y a nuestras sociedades hechas por los hombres, y lejos del Señor, cuando las cosas van muy bien para nosotros. Esta es la parte de la lección de hoy donde está lo más importante así que por favor mantente atento.

El Señor dice aquí en Deuteronomio 6: “no permitas que la abundancia te haga olvidar a tu Dios y recurrir a otros dioses…” cuanto hemos ignorado esa advertencia lo largo de la historia de la humanidad, la historia de Israel, la historia de la iglesia, y tal vez como nunca hoy en día en Europa y América. Es tan irónico que la única cosa que hace que la mayoría de la gente se aparte es la búsqueda y el logro de la riqueza. Eso es porque, en mi opinión, nos sentimos mucho menos dependientes del Señor cuando parece que tenemos todo lo que necesitamos y más. Créeme, no estoy de ninguna manera glorificando la pobreza o criticando la abundancia; Simplemente estoy diciendo que la prosperidad puede ser una cosa peligrosa. Tengo experiencia directa con eso. Hace muchos años atrás a mediados de mi carrera corporativa, el éxito trajo una gran caída para mí. No es que alguna vez haya dudado de que Yeshua fuera mi Salvador, o que el Señor Dios era y es; es que me olvidé de mi relación con Jehová, y no veía ninguna necesidad de consultarle en mi vida cotidiana porque tenía más de lo que jamás había esperado. Todo lo que tocaba parecía convertirse en oro. Me sentía completamente autosuficiente, orgulloso (arrogante probablemente sería una palabra justa para usar). No pensaba en sus caminos y sus leyes, ni siquiera en la realidad de, y en mi necesidad, de Su presencia. Ciertamente no pensaba en Su santidad ni daba gracias por las bendiciones que él me proporcionaba porque yo mismo me felicitaba por todos los logros. Luego vino la caída. Fue una lección dura y dolorosa de aprender que lo que el Señor dice, es lo que Él quiere decir, y la misma aplica a todo el mundo sin excepción.  

Y el Señor dice, comenzando en el versículo 10, que una vez que Israel finalmente posea la tierra que se le había prometido a Abraham 600 años atrás, y una vez que los israelitas comenzaran a beneficiarse de todos los preparativos que el Señor había hecho para ellos, que había algunas cosas que ellos necesitaban tener en cuenta o que (como yo) se encontrarían en un lugar en el que no van a querer estar en lo que respecta a la relación de ellos con el Señor y que tendrían consecuencias severas e ineludibles.

Así que mis queridos hermanos y hermanas en el Mesías, escuchen esta advertencia. En pocas palabras, a los hebreos se les dice que todo lo que están a punto de recibir, ellos no lo edificaron. TODO lo que están a punto de heredar, ellos no se lo han ganado con mérito. Las ciudades y casas en las que vivirán están siendo tomadas a la fuerza de las diversas tribus y naciones de Canaán que las construyeron (por el Señor están siendo tomadas) y todo simplemente entregado a Israel para el beneficio de Israel. Los viñedos con las uvas deliciosas y enormes que ellos disfrutarán, Israel ni las plantó ni las cuido. Los olivares que producirán todo el aceite importante necesario para todo, desde cocinar, alimentar sus lámparas de aceite, hasta ser ingredientes necesarios para varias de las ceremonias rituales que el Señor ha ordenado, son un regalo en el que otros trabajaron (por generaciones) e Israel está recibiendo todo sólo por presentarse. A Israel se le recuerda que ellos no se eligieron a sí mismos ni se separaron ellos mismos para ser el pueblo especial de Dios; el Señor los seleccionó y los bendijo como Suyos. Y, por cierto, no se rescataron de Faraón, tampoco; Dios lo hizo todo.

En resumen: todo lo que Israel necesita el Señor está preparado para entregarlos. Lo que Él quiere a cambio es su amor y confianza en Él. La verdad fundamental sobre el Reino de los Cielos es que todo lo que construimos con nuestras propias manos que provienen de nuestras propias mentes se quemará cuando llegue el fin de la historia; sin embargo, lo que el Señor construye a través de nosotros, sobrevivirá. La lección es que aquello que tiene algo de valor real es voluntad del Señor y alcanzado por el Señor. Y, Él merece todo el crédito y nosotros no.

Esto de ninguna manera indica que vamos a simplemente sentarnos pasivamente y esperar que las cosas buenas vengan a nuestro camino. NO, nuestras vidas deben ser un esfuerzo cooperativo con el Señor. Jehová les dice a los israelitas que Él ha preparado el campo de batalla delante de ellos y asegurado la victoria, pero ellos todavía deben seguir adelante en lucha y pelear la batalla. Ellos deben pelear cuando Él dice que peleen, donde Él diga que peleen, y no como les parezca a ellos. Ellos deben poner sus vidas en riesgo y estar dispuestos a renunciar a todo lo que les sea muy querido. La lección que se nos muestra aquí es que la acción por nuestra parte es invariablemente requerida y exigida por Dios. Pero, ¿cuáles son las características de las acciones que debemos tomar, y cómo sabemos que es el Señor el que nos dirige y no la mentalidad equivocada de un hombre impulsado por su propia agenda?

Moisés, el líder de Israel, sacrificó personalmente todo por la nación hebrea y fue constantemente responsable ante el Señor Y el pueblo. Moisés no vivía bajo un conjunto de reglas y exigía que todos los demás vivieran bajo otro. Los ancianos le eran responsables por cada paso a Moisés. Moisés no era menos apto para ser castigado por el Señor por un pecado o un acto de rebelión que cualquiera de los 3 millones de ciudadanos anónimos de Israel. Los planes y metas, aunque difíciles, eran para el bien del grupo y el Reino de los Cielos (la misma no era para que Moisés ganara una encuesta de popularidad) y cada paso en el camino era el cumplimiento de un pacto o promesa ordenado por Dios. El líder, Moisés, nunca llegó a beneficiarse económicamente o personalmente de su esfuerzo de 40 años. Algunas o todas estas características desempeñan un papel en nuestra determinación de si son los planes de los hombres o los planes de Dios a los que se nos pide que aceptemos.

Observa lo que sucede como resultado de seguir un plan o una agenda que no es verdaderamente del Señor aunque seguramente pueda que suene Santo. El versículo 14 dice: “no sigas a otros dioses……. cualquier dioses de los pueblos entre ustedes.” OK, voy a entrometerme un poco; hemos visto varias veces que el término bíblico para seguir a otros dioses es idolatría. Pero también hemos visto que Dios claramente etiqueta como idolatría la colocación de cualquier cosa por delante de Él. Esta definición de idolatría no es alegoría; Esta es la verdadera definición bíblica del Señor de la idolatría. ¿Acaso nosotros colocamos nuestras cómodas doctrinas y hábitos y prácticas personales que nos agradan, pero que a menudo no tienen validez bíblica, por delante de Su verdad porque Su verdad y Su camino no son tan fácil? ¿Acaso nos obligamos y nos decidimos a luchar hasta la muerte para aferrarnos a estas cosas dudosas porque nos gustan y por eso las racionalizamos? Eso es idolatría en su más puro sentido. Israel negó su idolatría en cada paso y sólo debido a la ira de Dios ellos alguna vez parecieron reconocerlo (y admitirlo) por lo que era.

¿Qué es lo que el mundo busca y quién es el que sigue el mundo? Por definición, el mundo busca y sigue cosas que no son de Dios o que son más importantes que Dios; el mundo busca otros dioses. El mundo busca al Dios de la prosperidad. El Dios de los derechos inalienables. El Dios de la libertad sexual. El Dios de la felicidad y el placer. El Dios de la armonía geopolítica. Cuando nosotros, los creyentes del Dios de Israel, buscamos usar el mismo tipo de cosas que el mundo prefiere para así poder atraer a nuevas personas, sólo que añadimos un elemento religioso, entonces NOSOTROS estamos en un camino peligroso. Pero como normalmente los hacemos en un ambiente cristiano, a menudo nos engañamos a nosotros mismos haciéndonos creer que podemos evitar los peligros de caer en la idolatría.

¿Y cuáles son los resultados de nuestras actitudes despreocupadas al respecto? El versículo 15 dice que la ira del Señor se levantará en contra de nosotros. Si oigo una vez más que nuestro padre no se enfada con su pueblo o nunca nos castigará, creo que tendré un infarto. Eso es apostasía y negación de la simple verdad Bíblica. Nosotros no somos perfectos delante de Sus ojos; Nosotros somos JUSTIFICADOS ante Sus ojos. Hemos visto el ejemplo de cómo el Señor trata Su justicia sobre Su propia gente que Él separó. Israel (el Israel REDIMIDO) fue castigado y disciplinado una y otra vez a menudo con una pérdida significativa de vida. Hemos repasado en la clase Torá los registros de las tribus que se decía que se desviaban regularmente, y encontramos que en el caso de Simeón y Dan ellos fueron destruidos y sus poblaciones se redujeron a la mitad y más.

Desde el 1965 la asistencia a la iglesia en América comenzó a mermar. ¿Por qué nuestra amada iglesia comienza a declinar? Yo lo adjudico a cuando el objetivo de la iglesia se convirtió en crecimiento y prosperidad por encima de casi cualquier otra cosa. YO se lo adjudico a cuando empezamos a movernos hacia el mundo en lugar de mantener nuestros estándares altos e intactos. Es interesante que la era de la Mega Iglesia, con su capacidad de proporcionar un entorno impresionante y una amplia gama de actividades y servicios para su congregación comenzó durante este mismo tiempo. Nosotros esencialmente estamos siguiendo la tendencia idéntica de Europa. 200 años atrás Europa era 90% cristiano; hoy en día es menos del 3%. Las iglesias ahora se están convirtiendo en mezquitas o se han transformado en escaparates o museos. En América los estudios más recientes demuestran sin duda alguna que el número de personas que asisten a la iglesia está cayendo a una tasa de aproximadamente 1% por año desde aproximadamente el 1990. Los estadounidenses que afirman ser cristianos están cayendo a un paso más rápido.

Hermanos, debemos enfrentarlo: el Señor no está complacido con nosotros. Hemos manipulado mientras Roma se quemó. Nosotros, los cristianos, hemos abandonado la simple belleza del Evangelio por una mercadotecnia astuta. Hemos reemplazado la enseñanza de la Palabra de Dios con sermones sobre la necesidad de dar más dinero o por quien debemos votar. Hemos llegado a creer que si nos presentamos al mundo no creyente mostrándonos atractivamente nos vamos a unir más. Por supuesto, el empaque que atrae al mundo no se parece mucho a las Leyes y los Mandamientos de Dios, ¿verdad? Y, por supuesto, se ha producido lo opuesto del efecto que se quería.

Los libros de Josué y Jueces relatan la caída de Israel hacía la apostasía y el desorden porque ellos decidieron que en lugar de seguir la exigencia del Señor de poseer la tierra que él preparó para ellos, y de luchar por lo que es correcto ante los ojos de Dios, ellos trataron de apaciguar sus vecinos paganos a través de la diplomacia, compromiso y tratado. Su esperanza era obtener su herencia por medios pacíficos de una manera racional y lógica similar a cómo el mundo había funcionado siempre. Israel TODAVÍA está tratando de hacer eso, y ahora también la iglesia. Créeme, yo no estoy echando culpa; más bien estoy aceptando la culpa. Pero ahora que hemos descubierto nuestro disparate y sabemos dónde hemos tropezado, vamos a determinar juntos, ahora, esta noche, reavivar nuestro amor por Dios, para recuperar su Palabra y aferrarnos firmemente a Sus principios, y para aumentar el ministerio exterior que siempre se ha esperado de nosotros. No luchemos tras la comodidad y la prosperidad, más bien vamos a abrirnos a Él y ver qué servicio Él quiere de nosotros; y qué bendiciones gloriosas Él puede tener esperando para nosotros sí sólo somos obedientes y no vamos detrás de otros dioses.

La semana que viene terminaremos con el capítulo 6.

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