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Hechos Lección 21 – Capítulo 9

EL LIBRO DE HECHOS

Lección 21, Capítulo 9

Comenzamos El capítulo 9 de Hechos la semana pasada, pero a propósito pospuse profundizar demasiado en los pasajes de las Escrituras para centrar nuestra atención en la persona de Pablo; o mejor Saúl, que era su nombre hebreo. Pablo es la versión en español de una palabra latina que probablemente es Paulus y parece que en general usó ese nombre, y ese nombre fue usado por él, cuando estaba tratando con judíos de la diáspora o gentiles que eran súbditos del Imperio Romano. Luego, tratando con hebreos, parece usar principalmente Sha’ul (Saúl en español).

Mi razón para hacer una pausa en este punto, y profundizar en Pablo, es que gran parte de lo que ocurrirá por el resto de los Hechos, implicará a Pablo en diferentes niveles. No hay fuente más incomprendida, mal citada e influyente para la doctrina cristiana que Pablo; por lo que es vital que hagamos todo lo posible para descubrir la intención que Pablo tiene cuando dice las cosas. Sin embargo, no podemos esperar entender más lo que Pablo quiso decir por las cosas que hizo y dijo en sus muchas cartas que dominan el Nuevo Testamento, de lo que podemos esperar entender lo que Homer quiso decir en lo que dijo en sus grandes poemas épicos “La Ilíada” y “La Odisea”, o por lo que Tolstói dijo en “Guerra y Paz”, hasta que entendamos como los individuos únicos que eran y en qué momentos particulares de la historia vivían , y en el contexto de su cultura, idioma, educación  y experiencias de la vida. Cada escritor habla desde la posición de su propia visión del mundo en particular, el lente a través de la cual ve cómo la historia y los acontecimientos se desarrollan e interpretan, incluso aunque no estén plenamente conscientes de esto. Por lo que, el pretender como si Pablo fuera una hoja de papel en blanco que no tenía una visión del mundo personal, o lo que sea que escribió es tan misterioso, que trasciende cualquier visión del mundo que pueda o no haber tenido, no sólo es ilógico, sino que lo hace menos que humano. Y para aquellos teólogos y comentaristas bíblicos que exigen que Pablo sea culturalmente neutral o que sus palabras no tengan ninguna o alguna conexión con quien es como persona humana, es por ninguna otra razón que para ese escritor o traductor sea totalmente liberado para hacer lo que él o ella quiere hacer con las palabras de Pablo.

Así que he estado armando una imagen para ustedes de quién es el Pablo histórico antes de examinar lo que dice; de donde vino, qué influyó en sus pensamientos y creencias religiosas y sociales, y qué términos utilizaba regularmente para él en el contexto de su experiencia judía en particular. Es complicado porque al igual que para cualquier persona, no podemos ser completamente descritos y etiquetados de acuerdo con un solo aspecto de nuestras vidas. No podemos describir más plenamente a Pablo, usando el término judío y así anticipar sus acciones y reacciones y procesos de pensamiento de lo que podemos describir completamente a una persona al azar como cristiana y asumir demasiado sólo de eso. Esto se vuelve especialmente importante, cuando algunas de las doctrinas más críticas que son fundamentales para nuestra fe como creyentes en Cristo, provienen directamente de los escritos de Pablo.

Para aquellos oyentes que podrían pensar que lo que estoy cubriendo no es algo que nadie más que un académico de la Biblia necesita saber, piense de nuevo. 

Para los gentiles occidentales del siglo XXI, aunque no te des cuenta, Pablo no podía ser más extranjero para nosotros. Así que vamos a seguir agregando a la biografía de Pablo.

 La última vez dije que Pablo era originalmente un judío de la diáspora, que nació y creció (al menos por un tiempo) en Tarso de la provincia de Cilicia. Esta era una gran ciudad y Pablo era cualquier cosa menos un chico de campo como lo era Yeshua. En algún momento llegó a la Tierra Santa para vivir e ir a la escuela religiosa. Provenía de una prestigiosa familia que se identificaba como fariseos, algo bastante inusual cuando una familia judía vivía fuera de la Tierra Santa. Las divisiones sociales/políticas/religiosas dentro del judaísmo representadas por los partidos de los saduceos, fariseos y esenios estaban principalmente presentes en Judea y los judíos de la diáspora no tendían a dividirse y etiquetarse de esa manera. En la ocupación de la diáspora, la artesanía y el estatus social generalmente determinaba a qué sinagoga se podía asistir; no tan diferente del cristianismo moderno.

Es significativo que Pablo era un ciudadano romano, otro estatus inusual para un judío. No inaudito, pero no típico; y este estatus era muy ventajoso para Saúl, aumentándole credibilidad y le otorgaba derechos especiales. Esto enfatiza aún más la vida privilegiada en la que nació, y su facilidad de operar tanto en ambientes judíos como gentiles.

Pablo hablaba griego como su primera lengua. Sin embargo, para asistir a la Academia de élite de Gamaliel en Jerusalén para su formación religiosa, tuvo que ser fluyente en hebreo y estar familiarizado con el arameo. Pero aún más la Academia de Gamaliel era tan distinguida que para ser estudiante, Pablo habría tenido que demostrar un potencial increíble, ya que sólo un puñado de los mejores y más brillantes fueron admitidos. ¿Qué les enseñaron a los alumnos? El Tanak (el Antiguo Testamento, la Biblia Hebrea) y Halajá; es decir, se les enseñaron las Escrituras y la Torá Oral… Tradiciones. Encontramos a Pablo citando las Escrituras docenas de veces en sus cartas, por lo que él era muy conocedor de la Biblia. Sin embargo, al igual que en las instituciones cristianas, no es tanto lo que la Biblia dice realmente que importa tanto como lo que el maestro dice que la Biblia significa por lo que dice. Dicho de otro modo, la interpretación bíblica fue la clave, y las interpretaciones son lo que separa varias facciones del judaísmo unas de otras de la misma manera que separa las varias denominaciones cristianas modernas entre sí.  Y como Gamaliel era un fariseo (y también Pablo incluso antes de venir a la Tierra Santa), entonces fueron las interpretaciones bíblicas de los fariseos, que significa las Tradiciones de los fariseos, las que Pablo aprendió.

Así que quiero enfatizar una vez más: el mundo de los fariseos era el mundo de la Sinagoga.  Y el mundo de la Sinagoga enfatizaba la Torá Oral, Tradiciones. Así que los procesos de pensamiento de Pablo, la misma fibra de su entendimiento, fueron más influenciados por Halajá, que era el cuerpo de la ley judía que controlaba la vida cotidiana de los judíos.  Sin embargo, el Templo y el Sacerdocio era el mundo de los saduceos, y enfatizaron la Torá de Moisés. No aceptaron la Halajá de los fariseos; por supuesto, eso significa que tenían sus propias interpretaciones de lo que la Ley de Moisés significaba por lo que decía, y era en muchos aspectos importantes diferentes de las interpretaciones de los fariseos y por lo tanto a menudo diferentes de lo que se enseñaba en las sinagogas. Por lo que el Templo y la Sinagoga eran rivales en muchos aspectos.

Las sinagogas en la diáspora utilizaban la Septuaginta griega como sus Biblias. El LXX fue una traducción griega del Tanak que había sido creada alrededor del 250 A.C.; aunque en la Tierra Santa algunas sinagogas utilizaban la Biblia hebrea (el Tanak original) dependiendo de la afiliación de la Sinagoga. Pablo habría estado más familiarizado con la Septuaginta. Aunque nació en Tarso, Pablo dice en Hechos 22 que fue “criado” en Jerusalén. Lucas dice que en el momento en que Pablo sostenía los mantos de aquellos que, apedreando a Esteban, él era un “hombre joven”. Un “hombre joven” en ese día tenía entre 24 y 40 años. Así que Pablo había vivido durante algún tiempo en Jerusalén y estaba fuertemente adoctrinado en el tipo de judaísmo presente en la Tierra Santa, más que en el tipo de judaísmo practicado en las tierras extranjeras de la diáspora. Así que, aunque Pablo había sido sometido a influencias helenistas al principio de su vida, sería bastante incorrecto etiquetar a Pablo como un judío helenista. Como un académico de élite, él estaba familiarizado con ambos lados de la valla, por así decirlo. Él estaba tan cómodo entre los judíos hebreos como entre los judíos helenistas.

Me detendré aquí por ahora con la descripción del Pablo histórico, dándoles un ejemplo de porque es importante conocer la visión del mundo, la cultura y el contexto de la vida de una persona al interpretar lo que tiene que decir. Voy a tomar este ejemplo no de Pablo, sino de Su Maestro Yeshua. Hago esto por un par de razones; primero porque vemos que incluso Jesucristo no era una pizarra en blanco. Al menos lo que podríamos caracterizar como el atributo humano de Él, tenía una visión personal definida del mundo y un contexto de vida que debemos comprender para que podamos entender correctamente lo que quiso decir con lo que dijo. Después de todo, era un judío galileo rural, un artesano, que se comunicaba con otros judíos común y corrientes todos los días. Y el contexto de vida que quiero destacar es que el mundo de Yeshua era el mundo de la Sinagoga, no del Templo. Y en segundo lugar, aunque no pertenecía a ninguna parte, es mi opinión que probablemente estaba más cerca en filosofía religiosa a la de los Esenios. Sin embargo, a pesar de que se nos dice que no tenía entrenamiento religioso formal, fue el mundo de la Sinagoga en el que vivió y frecuentó, y no el mundo del Templo. De hecho, el registro del Nuevo Testamento muestra que sólo visitó Jerusalén y el Templo durante los días de las Fiestas Bíblicas, y que eso fue así para obedecer los requisitos de la Ley de Moisés. Por lo tanto, Él conocía muy bien las enseñanzas de los rabinos. Ciertamente no necesitaba entrenamiento en la Palabra de Dios ya que Él era la Palabra de Dios. El punto es que estaba bastante familiarizado con los términos de la Sinagoga, porque eso era parte de la vida social judía común y corriente.

El ejemplo que quiero darles proviene del discurso más famoso y extenso de Yeshua, el Sermón del Monte. Después de declarar clara y enfáticamente en Mateo 5:17-19 que no vino a cambiar ni a abolir la Ley de Moisés ni de los Profetas, así que nadie debe interpretar lo que está diciendo en esa luz, en el versículo 21 leemos esto:

LBLA Mateo 5:21 “ 21 Habéis oído que se dijo a los antepasados: «No matarás» y: «Cualquiera que cometa homicidio será culpable ante la corte».

Cuando un maestro judío o un rabino está en un debate (un Midrash) o instruyendo sobre la Torá, lo primero que dicen es lo que un maestro prominente o rabino ha dicho previamente al respecto. Y Cristo dice que los primeros maestros de sus padres habían dicho a esta multitud de judíos era “no asesinar” porque serán juzgados por ello.

 Pero ahora, de manera típica rabínica, Cristo da Su interpretación del mandamiento de no asesinar. Así que en el siguiente versículo Él dice:

LBLA Mateo5:22 22 Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: «Raca» a su hermano, será culpable delante de la corte suprema; y cualquiera que diga: «Idiota», será reo del infierno de fuego.

Para los seguidores de Yeshua, esta era la Torá Oral de Yeshua, o Tradición, acerca de lo que significa el mandamiento de no asesinar. Y a pesar de todas las enseñanzas erróneas que hemos escuchado que esencialmente Cristo disminuyó las restricciones de los mandamientos de Moisés, haciéndolo más fácil y menos grave, de hecho encontramos que los hizo mucho más estrictos. Aquí albergar ira o incluso decir algo desagradable contra un hermano (que significa un compañero hebreo) se consideró como quebrantar el mandamiento en contra del asesinato.

Unos cuantos versos mas tarde:

LBLA Mateo 5:31 “ 31 También se dijo: «Cualquiera que repudie a su mujer, que le de carta de divorcio».

Así que, en el mismo formato rabínico familiar Yeshua ahora discute un tema candente en Su día, el divorcio. Y comienza diciendo, que lo que ha sido declarado anteriormente por las enseñanzas anteriores de la Sinagoga sobre el divorcio, es que la esposa debe recibir un decreto oficial de divorcio y si el esposo va a hacer eso, entonces cumple con todos los requisitos del mandamiento. Pero luego, en el siguiente versículo, dice cuál es Su interpretación de la ley del divorcio:

LBLA Mateo 5:32 32 Pero yo os digo que todo el que se divorcia de su mujer, a no ser por causa de infidelidad, la hace cometer adulterio; y cualquiera que se casa con una mujer divorciada, comete adulterio.

Vemos que al igual que con el tema del asesinato, la interpretación de Yeshua sobre el divorcio fue mucho más estricta. La enseñanza cristiana más bien estándar en este pasaje es que Yeshua estaba hablando en contra de la Ley de Moisés y esencialmente cancelando los mandamientos del Monte Sinaí y reemplazándolos por los suyos. Si hubieras sido judío en ese día, y hubieras asistido regularmente a la Sinagoga, habrías escuchado esta forma de debate y enseñanza innumerables veces. Y de ninguna manera desafió o cambió la Ley de Moisés; era simplemente una cuestión de cómo interpretar correctamente la Ley de Moisés.

Pablo como rabino entrenado, también pensó y habló de la misma manera habitual de los rabinos. Por consiguiente, mientras que al gentil no iniciado, Yeshua podría sonar como si estuviera estableciendo un nuevo sistema de Leyes y hablando en contra del viejo sistema (pero no lo es), así es cuando escuchamos a Pablo hablar de la Ley, aunque pueda parecerle a un gentil, él nunca está hablando en contra de la Ley, sino que más bien está ofreciendo Su interpretación de la Ley.

Y lo está haciendo a la luz de sus propias experiencias de vida como fariseo, y debido a su formación en la Academia de Gamaliel, pero ahora muy influenciado por la revelación divina del Cristo resucitado y lo que los discípulos de Cristo le enseñaron.

Lo que yo te estoy diciendo no es especulación; es un hecho histórico derivado de una serie de fuentes confiables. Si puedes aceptarlo en tu mente, entonces leer las cartas de Pablo cambia dramáticamente. Su actitud hacia la Ley ya no parece negativa a veces, y algunas de las supuestas contradicciones que ocasionalmente parece ofrecer desaparecen. De repente, todo lo que dice vuelve a estar en línea con la Torá y con lo que Cristo enseñó. También vemos que mientras Pablo no repudia ni se aleja del judaísmo, a menudo está argumentando en contra de muchas de las tradiciones erróneas del judaísmo que eran populares, aunque incorrectas.

Así que, con eso como nuestro trasfondo, vamos a entrar en los pasajes de las Escrituras de Hechos capítulo 9.

Vamos a releer sólo los versículos de apertura de Hechos 9.

VOLVAMOS A LEER HECHOS CAPÍTULO 9:1-19

La mayoría de los comentaristas se referirán a Hechos 9:1 -19 como La Conversión de Pablo. Nada podría ser más engañoso o inexacto; y, lamento decir, aunque no creo que sea así, es una de las frases cristianas más antisemitas que uno podría usar. De hecho, Pablo mismo se pronunció en contra del concepto de conversión cuando un judío o gentil llega a la fe en Cristo. He hablado en contra del uso del término conversión y todo lo que la palabra implica y no voy a repetir esa enseñanza, aunque voy a resumir brevemente. En el diccionario y ciertamente en el sentido de la palabra como lo pensamos hoy en día, convertir significa metamorfosear. Significa convertirse en algo completamente diferente. Una oruga se convertirá, o metamorfosearse, en una mariposa. El resultado es que ya no hay ningún parecido entre una oruga y una mariposa; todos los rastros de la oruga han desaparecido y ha surgido una criatura completamente nueva. Pablo no se metamorfosea de una oruga judía a una mariposa cristiana.

Más bien Pablo regresó. Es decir, se apartó de interpretaciones equivocadas de la Ley y de los Profetas y se volvió hacia las interpretaciones correctas. Se apartó de rechazar a Yeshua como el Mesías que la Ley y los Profetas señalaron, y se volvió aceptarlo no sólo como Salvador, sino como Dios. Pablo no se convirtió en una nueva criatura; él era simplemente la misma criatura con un nuevo entendimiento. No dejó de ser judío y en su lugar se convirtió en un gentil. No dejó de obedecer la Ley de Moisés, y comenzó a obedecer un nuevo conjunto de leyes que Yeshua supuestamente creó. No renunció al judaísmo y adoptó el cristianismo, y no dejó de ir al templo o a la sinagoga y, en su lugar, se convirtió en ir a la iglesia. Así que mi nombre para Hechos 9:1 -19 es El regreso de Saúl.

El capítulo abre con la condición de Saúl (Pablo) antes de que regrese. Él está trabajando arduamente para acabar con esta nueva secta del judaísmo que se hace llamar El CAMINO. Pablo no tiene la intención de asesinar personalmente a nadie; ese no era su trabajo porque él era un académico. Pero sin duda, al igual que con Esteban, esperaba que al hurgar y arrestar a los seguidores de Yeshua el resultado fuera el mismo.

 Así, en el versículo 2 encontramos que Pablo va al Sumo Sacerdote y pide cartas de autorización para los líderes de la Sinagoga para identificar y entregarle a Pablo a cualquier persona en sus congregaciones que pueda ser simpatizantes de Yeshua. ¿Por qué ir al Sumo Sacerdote para obtener permiso? Porque el Sumo Sacerdote era el jefe del Sanedrín y Pablo estaba operando en una especie de capacidad oficial para el Sanedrín. ¿Y por qué ir a las Sinagogas? Porque especialmente en la diáspora la Sinagoga funcionaba como lo hacen las Iglesias en entornos rurales. Es decir, suelen ser el lugar de reunión local; ayuntamiento y santuario en uno. La sinagoga era el centro social y religioso de las comunidades judías que operaban en tierras extranjeras, y esto representaba alrededor del 95% de todos los judíos vivos.

Esto también muestra que a pesar de que había una separación de la estructura de autoridad y la operación entre el Templo y la Sinagoga, que como el Sanedrín era el Tribunal Superior Judío, y el jefe del Tribunal Superior Judío era el Sumo Sacerdote, entonces el Templo, por supuesto, tenía autoridad en cierto sentido sobre la Sinagoga y los que allí asistían. Así encontramos a Pablo en el camino a Damasco con una carta de autoridad para reunir a los creyentes en cualquiera de las varias sinagogas allí. Damasco estaba en Siria, parte del Imperio Romano, pero por supuesto fuera de la Tierra Santa. Como los creyentes de Jerusalén huyeron después de la ejecución de Esteban sin duda fueron estos fugitivos los que Pablo estaba buscando.

Fue un viaje de 130 millas de Jerusalén a Damasco, y en algún lugar a lo largo de la ruta Pablo fue confrontado por Dios; o mejor por Yeshua en espíritu. Una luz brillante estalló desde el cielo y fue tan aterrador y repentino que Pablo cayó al suelo con el susto; una voz se escuchó de las nubes que le preguntó a Pablo por qué lo estaba persiguiendo. En realidad, Lucas dice que las palabras del Cielo decían Sha’ul, no Pablo, lo que indicaba que el idioma que Saúl oyó era hebreo. Sha’ul, por supuesto, está perplejo y confundido y pregunta quién es el que está hablando con él. La voz dice que es Yeshua. Es evidente que el objetivo de Yeshua en identificarse con los creyentes perseguidos es mostrar plena solidaridad con ellos. Pero también señala que desde la perspectiva divina rechazar y perseguir a un adorador del Mesías porque están haciendo la voluntad del Mesías es lo mismo que rechazar y perseguir al Mesías Mismo.

Nuestra versión CJB (la Biblia Completa Judía) tiene razón al decir que la respuesta de Pablo fue “Señor, ¿quién eres tú?” a diferencia de lo que la mayoría de las otras versiones dicen señor (como refiriéndose a cualquier persona). Cuando Saúl respondió, no quería decir señor en el sentido del Señor Dios, sino más bien en el sentido de dirigirse a una persona de autoridad; así que “señor” tiene el mejor significado.  Yeshua respondió diciéndole a Pablo que se levantara del suelo y completara su viaje a Damasco. Pero cuando llegara allí alguien sería enviado a reunirse con él con más instrucciones.

El versículo 7 explica que Pablo tenía compañeros viajando con él; vieron la luz, oyeron la voz, pero no vieron a nadie que estuviera hablando. Estaban congelados de miedo y no podían decir nada. Pero Saúl estaba ciego. No fue la intensidad de la luz lo que le cegó sino los otros hombres habrían sido cegados también. Tampoco se castigó a Pablo por no creer. ¿Podría su ceguera visual ser una metáfora viviente que expuso su ceguera espiritual? Sí, creo que sí.

Hubo muchos acontecimientos anteriores en la historia de Israel que esencialmente lograron lo mismo. Una fue cuando Miriam se pronunció en contra de su hermano Moisés y cuestionó su autoridad. Ella estalló instantáneamente en Tzara’at, (conocida como lepra en la Biblia)  una enfermedad impura de la piel que es causada divinamente. Por consiguiente, la condición de Miriam fue revelada; ella era espiritualmente impura por dentro, a pesar de que se veía tan piadosa por fuera.

Los compañeros de Saúll tuvieron que guiarlo de la mano el resto de su viaje a Damasco y se quedó ciego por un tiempo después de su llegada. Durante ese tiempo no come ni bebe. El estaba ciego, no enfermo, por lo que probablemente él estaba ayunando cuando se dio cuenta de que había encontrado a Dios y debido a las instrucciones de Cristo sabía que estaba a punto de escuchar más de Dios a través de otra persona. El ayuno para prepararse para el oráculo de Dios era algo bíblico e invariablemente está acompañado con la oración.

Había un discípulo particular de Cristo en Damasco llamado Ananías. Ananías es un nombre hebreo, por lo que esta persona era un judío originario de la Tierra Santa, probablemente uno de los fugitivos que Pablo estaba tratando de arrestar. El Señor viene a Ananías en una visión y llama a su nombre. Ananías responde: “He aquí, aquí estoy, Señor”. No encontramos la palabra “he aquí” en la versión CJB (Biblia Completa Judía), pero debería estar allí porque el griego dice “idou”, que es una traducción griega de la palabra hebrea hineni. Hineni es una palabra que caracteriza la obediencia, la atención y la disposición a actuar con celo sobre lo que venga después. A menudo se asocia con los profetas de Dios. Dios le dice a Ananías que vaya a una casa determinada y pregunte por un hombre de Tarso y que este hombre estará orando (esto se relaciona con el ayuno de Saúl). Y mientras oraba Dios ha preparado a Pablo para este encuentro por medio de una visión de Ananías que viene a él, poniéndole la mano encima y restaurando su vista.

Pero Ananías fue escéptico de la instrucción de Yeshua de ir a Pablo porque la misión de Pablo de dañar a los creyentes era bien conocida. Yeshua no castiga a Ananías porque sabe cosas que Ananías no sabe. Así que explica pacientemente que Pablo ha sido elegido para una misión especial, y que será llevar las Buenas Nuevas a los gentiles, a los reyes gentiles e incluso a los hijos de Israel. Esta referencia a los hijos de Israel significa que los judíos de la diáspora que viven entre los gentiles, pero sin duda también está destinado a incluir a las 10 tribus dispersas de Israel, la mayoría de las cuales habían olvidado su herencia hebrea. Pero más, Yeshua le dice a Ananías que Pablo también va a descubrir que esta misión va a requerir un gran sufrimiento. Y de hecho hizo lo que, por ejemplo, Pablo dice en 2Corintios 11:

2Corintios 11:24-28 LBLA

24 Cinco veces he recibido de los judíos treinta y nueve azotes.

 25 Tres veces he sido golpeado con varas, una vez fui apedreado, tres veces naufragué, y he pasado una noche y un día en lo profundo.

26 Con frecuencia en viajes, en peligros de ríos, peligros de salteadores, peligros de mis compatriotas, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos;

 27 en trabajos y fatigas, en muchas noches de desvelo, en hambre y sed, a menudo sin comida, en frío y desnudez.

 28 Además de tales cosas externas, está sobre mí la presión cotidiana de la preocupación por todas las iglesias.

Uno sólo puede imaginar lo que estaba pasando por la mente de Ananías mientras contemplaba las palabras de Cristo de que Pablo llevaría el Evangelio judío a los gentiles. Esta tuvo que ser quizás la parte más incomprensible (probablemente la más perturbadora) de lo que escuchó en su visión. ¿Por qué querrían los gentiles un Mesías Judío y por qué querrían los judíos compartir su Mesías con sus opresores? Sin embargo, Ananías obedeció, entró y puso sus manos sobre la vista de Pablo y su vista regresó. Su bendición sobre Saúl fue en el nombre de Yeshua, el mismo que le quitó la vista a Pablo unos días atrás.

Pero ahora viene un tema que discutimos hace un par de lecciones atrás; La imposición de manos de Ananías también resultó en que Pablo recibiera el Espíritu Santo. Así que nos queda asumir que Pablo ya había llegado a creer en Yeshua (aunque no se nos lo dice directamente), probablemente durante su oración y ayuno.  Así que en algún momento después de venir a la fe, pero antes de la inmersión, el Espíritu Santo viene a morar en Pablo, pero sólo con la imposición de manos. Y junto con la morada del Espíritu viene la sanación. Mi convicción es que el fin de su ceguera física fue un testimonio real y vivo del fin de su ceguera espiritual; de lo contrario, la ceguera física no parece haber tenido un propósito discernible.

Nosotros discutimos la cuestión de la conexión entre la fe, el bautismo y el Espíritu Santo en profundidad en lecciones anteriores, pero el punto que quiero traer hoy, es que si bien las denominaciones cristianas a menudo insisten en una cierta secuencia autorizada de cómo y cuándo el bautismo y la morada del Espíritu Santo deben suceder y sucede, de hecho lo que hemos visto hasta ahora en el Libro de los Hechos , y verá más de esto en los próximos capítulos, es que no hay una fórmula o secuencia divina consistente; puede suceder de cualquier manera. A veces pueden ocurrir intervalos largos entre pasos; a veces todo sucede inmediatamente. A veces implica la intervención de otro; a veces todo sucede en privado. El Señor es soberano y tratará con nosotros como individuos y bajo Sus propios términos.

La curación que Pablo experimenta es como si las escamas cayeran de sus ojos. No hay razón para tomar esto como una expresión; algún tipo de sustancia escamosa literalmente cubierta sobre sus ojos durante varios días y luego todo a la vez se cae. El Sanado, salvado, preparado Pablo ahora está listo para que Dios comience a moldearlo y darle forma. Pablo termina su ayuno, y comienza a comer y beber de nuevo para recuperar su fuerza.

Vamos a leer un poco más de Hechos capítulo 9.

VOLVAMOS A LEER HECHOS CAPÍTULO 9:19 – 22

Se nos dice que Pablo pasó tiempo con los discípulos en Damasco, sin duda, lo que significa que se alojó con ellos mientras estaba allí. E inmediatamente fue a las Sinagogas para predicar a Yeshua como el Hijo de Dios. Inmediatamente es eutheos en griego, y debemos tener cuidado en cuanto a la intensidad que la palabra “inmediatamente” tiene en nuestra mente en el español moderno.

 “Inmediatamente” en el uso típico de los días modernos tiene la sensación de que algo se apresura, o urgente, o casi instantáneo. Más bien la palabra euteos tiene el sentido correcto de inmediato o directamente, simplemente lo que significa que no había nada de ninguna nota que ocurriera entre dos eventos, y que no pasó mucho tiempo. Así que lo primero que hizo Pablo después de pasar unos días con los discípulos fue ir a hablar en las sinagogas. Sin duda durante ese tiempo, él y los discípulos discutieron sobre la teología y Halajá y esto le dio tiempo a Pablo para digerir todo lo que había sucedido en los últimos días.

Pero tenga en cuenta a dónde es que Pablo fue; a las Sinagogas. ¿por qué? Porque ahí es donde estarían los judíos. Así que, aunque la mayor parte de la misión de Pablo será para los gentiles, primero va a los judíos. Y se nos dice que Saúl enseñó que Yeshua era el Hijo de Dios, lo cual es interesante porque podríamos pensar que encontraríamos que las palabras que Pablo enseñó son que Yeshua es el Mashiach; el Mesías. No tomemos ligeramente lo que Pablo enseñó.

El Hijo de Dios no era sólo un término que Yeshua parecía favorecer para describirse a Sí mismo (junto con el Hijo del Hombre), tenía un significado definido en el mundo del judaísmo y especialmente si uno era un fariseo (que, por supuesto, Pablo lo era). Hijo de Dios fue un término que encontramos en el Antiguo Testamento que se refiere a toda la línea de reyes que viene del rey David; sin embargo, algunos de los Salmos, como 110, matizan este término para darle un tono mesiánico. Por lo tanto, en el uso bíblico dado tiempo atras hijo de Dios no tenía ningún sentido de que un rey Davídico era la deidad. Más bien es que como se suponía que Dios era el rey de Israel, pero hace mucho tiempo Israel había exigido a un rey humano que gobernara sobre ellos, entonces se suponía que el rey humano era el agente o pastor en la tierra, por así decirlo. El rey humano de Israel debía operar en una manera divina basada en la Torá comportándose más como siervo de su pueblo que como un gobernante superior egoísta tan típico de los reyes gentiles. Pero Dios iba a gobernar sobre el rey y el rey debía aceptarlo. Y se dice que el rey David ejemplificó esto como el siervo/rey pastor de Dios.

Por consiguiente, cuando Pablo predicó a Yeshua como Hijo de Dios, habría sido poco diferente si hubiera predicado al rey David como Hijo de Dios. Para el tiempo de Pablo, los fariseos estaban enseñando que venía un Mesías en el molde del rey David. No esperaban en absoluto que este nuevo rey David fuera otra cosa que un ser humano normal de carne y sangre. Así que como el Rey David fue llamado hijo de Dios por el Señor, entonces la parte más fuerte de la referencia es la parte del “Rey”. La parte de “Dios” significaba que este rey fue autorizado por Dios y bajo la regla de Dios. Así que cuando Pablo predicó a Yeshua como Hijo de Dios, en su mayoría significó que Yeshua era el rey ungido de Dios que viene de la línea del rey David. Y como el Halajá de los fariseos dijo que el próximo rey ungido de Israel sería de la línea del rey David, y sería su liberador de la opresión de Roma, entonces este rey era, por supuesto, el Mesías (el ungido). Una vez más; ningún pensamiento sobre la deidad estaba involucrado en ese concepto.

No me malinterpretes; No estoy diciendo de ninguna manera que Pablo estuviera predicando que Yeshua era sólo un hombre y no Dios. Es sólo que se nos dice que lo primero que Pablo enseñó sobre Yeshua fue que él era el rey Davidico que había sido profetizado. Y los fariseos dijeron que el rey Davídico era el Mesías.

A pesar de que los judíos de las sinagogas de Damasco no se habrían contado como fariseos, toda la Torá Oral (Halajá) que se les enseñó en las Sinagogas provenía de la enseñanza de los fariseos, porque todos los rabinos eran fariseos. Pablo tenía una audiencia que entendería fácilmente lo que estaba predicando. La cuestión era si lo aceptarían o no.

Continuaremos con el capítulo 9 de Hechos la próxima vez.